Regino y Manola

En este cuento tenemos a Regino y Manola, una pareja casada, que al comenzar con su “nueva” vida, descubren que no todo es tan feliz como muchos los pintan. Manola se vuelve enojona, criticona y egoísta, y Regino inconforme con el comportamiento de Manola se vuelve indiferente y malhumorado. El descanso viene cuando la mamá de Manola enferma y ella tiene que viajar hasta donde su madre para cuidarla; Regino estando solo, unas semanas después comienza disfrutar de su libertad, aunque su esposa siempre le escribía. En esas cartas de Manola, Regino empezó a darse cuenta de ciertos detalles extraños en el comportamiento de esposa, llegando al punto en que él pensó que estaba loca. Cuando al fin regresa, Manola era otra persona, comprensiva, amigable, amorosa, la esposa que todo hombre desearía tener. Algunos meses después tienen un hijo al que llaman Cutberto, y viven el matrimonio más feliz que se haya conocido, para la sorpresa de todos sus familiares. Pasados varios años, Cutberto se enamora de Vera, una chica inteligente con belleza excepcional, pero que sospechosamente sus papas rechazan. Cutberto en su afán por casarse con Vera, decide revelarse contra sus padres, y justo cuando va a decírselos se lleva una gran sorpresa porque su padre le dice que acepta su relación con Vera, exigiéndole lo mejor para ella. El muchacho creyendo que su suegro había influido en la decisión de su padre, se va muy contento. La realidad fue que cuando Manola se fue de viaje, Regino aprovechó para librar tensiones con la esposa del que pronto será su suegro, dando como resultado a Vera su verdadera hija, y Manola libró tensiones con el supuesto padre de Vera, dando como resultado a Cutberto. La culpabilidad de los dos los hizo darse cuenta de lo mucho que cada uno significaba para ambos.

Moraleja: la culpabilidad hace felices los matrimonios, pero tiene que ser por ambas partes, porque si no la formula no funciona.

Mi opinión: este fue uno de los cuentos que más me gusto, no sólo por la trama y el desenlace sorpresivo, si no porque aquí no hay etiquetas, por lo menos de “indios”.

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