Valentín

Valentín (Eugenio Derbez) es el soltero más mujeriego de Acapulco, hasta que un día, una mujer de su pasado deja un bebé en su puerta y desaparece. Valentín decide ir a Los Ángeles en su búsqueda, pero en vez de encontrar a la madre, encuentra un hogar para él y su hija Maggie (Loreto Peralta). Siendo un papá sin experiencia, educa a Maggie y a la vez se establece como uno de los mejores especialistas de Hollywood, con su hija como su mayor admiradora. Mientras ella crece, Valentín también se ve obligado a madurar, convirtiéndose en un verdadero hombre. Pero cuando la niña cumple 7 años y aparece la madre biológica de Maggie, Valentín se da cuenta de que está a punto de perder a su única familia y a su mejor amiga, su hija.

El comediante mexicano Eugenio Derbez hace su debut como director de cine con la cinta "No se aceptan devoluciones", una película donde las emociones y la comedia abundan y entretienen al espectador. Además de dirigir, Derbez interpreta al personaje principal, un playboy mexicano de nombre "Valentin" que vive en Acapulco. La vida de soltero de Valentín termina cuando una de las tantas turistas con las que ha pasado tiempo le deja un bebé que es hijo de ambos, acto seguido la mujer desaparece.

Valentín decide hacerse cargo de la niña, pero no deja de buscar a la mamá, por lo que emigra a los Estados Unidos para ver si puede regresar a la niña, por ende el título de la película. Pasan seis largos años y Valentín se ha convertido en doble de acción en la industria cinematográfica y la relación con su hija Maggie (Loreto Peralta) no podría ser mejor. Entonces la madre (Jessica Lindsey) reaparece en sus vidas, tratando de recuperar a su hija.

La película está dirigida principalmente al público latino, esto es más que evidente en los subtítulos, donde mucho se pierde en la traducción, sobretodo en los chistes. Sin embargo, la película aborda temas más universales como el amor, el miedo a la paternidad, la migración y la identidad cultural.

Aunque aveces se siente un poco sobreactuado, ese es el sello característico de Derbez y no afecta las escenas dramáticas que le sacarán una lágrima a más de uno. La película cuenta con una buena trama, pero es sobretodo la química entre Derbez y Peralta lo que hace de esta película una buena elección para ver en el cine.

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