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Wender.


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  Síntesis  •  1.280 Palabras (6 Páginas)  •  176 Visitas

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No fue sino recién en 1900 que los biólogos aceptaron los hallazgos de Gregor Mendel (1822-1884). En un solo año, su trabajo fue “redescubierto” por otros científicos que trabajaban en distintos países de Europa. El austríaco Erich Tschermak von Seysenegg (1871-1962) y el alemán Karl Correns (1864-1933), los dos últimos botánicos, junto con Hugo De Vries (1848-1935) son los tres científicos que rescataron a Mendel; aunque cada uno ignoraba la existencia de los otros. Algunos, en forma independiente, habían hecho experimentos similares y estaban revisando la literatura especializada para confirmar sus resultados y cada uno halló, en el brillante análisis de Mendel, que la mayor parte de su propio trabajo ya había sido anticipado. La investigación atribuida a Mendel atrajo una gran atención en todo el mundo y estimuló muchos estudios de investigadores que buscaban confirmar y extender sus observaciones. Entre ellos, se destacaron los científicos ingleses Reginald Punnett (1875-1967) –el genetista inmortalizado por el tablero de Punnett– y el zoólogo William Bateson (1861-1926). Bateson era un partidario de las ideas mendelianas y tradujo al inglés las obras de Mendel. Bateson, quien introdujo el término genética, demostró que las leyes de la herencia aplicables a los vegetales podían extenderse a los animales. Así, de acuerdo con el relato más extendido sobre la historia de la genética, el monje agustino Johann Gregor Mendel (1822-1884) (Johann era su nombre de bautismo pero adoptó Gregor al tomar los hábitos) fundó la genética “clásica”, “formal” o “mendeliana” al intentar resolver el problema de la herencia. Si bien su trabajo no había tenido impacto entre sus contemporáneos, varias décadas después, hacia principios del siglo XX, fue “redescubierto”, de manera independiente, por varios científicos, que lo analizaron, comprendieron su importancia y lo dieron a conocer. Sin embargo, de acuerdo con la interpretación de algunos historiadores de la ciencia, el tema central al que Mendel intentó dar solución no fue el problema de la herencia, sino el problema de la hibridación. Mendel estaba interesado en las prácticas realizadas por los criadores de animales y por los mejoradores de vegetales. Esas prácticas consistían en el cruzamiento de variedades que diferían en algunas pocas características en busca de reforzar la presencia de ciertos rasgos que consideraban de utilidad. Tomando en cuenta estas experiencias, Mendel dirigió su atención a investigar la posibilidad de que se originaran nuevas especies a partir del cruzamiento de especies o variedades preexistentes y, en relación con ello, se propuso encontrar una ley de validez universal sobre la formación y la evolución de los híbridos. Además, se propuso descubrir la ley que gobierna los cambios a los que están sujetas las características en que difieren los individuos que se cruzan (como semilla lisa y rugosa), a través de las sucesivas generaciones. Mendel comunicó sus ideas sobre estos problemas en su trabajo Experimentos sobre híbridos de plantas presentado en 1865 en la Sociedad de Investigadores de la Naturaleza de Brünn y publicado en 1866 en las Actas de esa Sociedad. Recién en 1919, el genetista Thomas Hunt Morgan hizo referencia explícita a dos leyes, “la ley de la segregación de los genes” y “la ley de la transmisión independiente de los genes” y atribuyó su descubrimiento a Mendel, por lo que se refirió a ellas como “primera ley de Mendel” y “segunda ley de Mendel”, respectivamente. Durante los 35 años en que el trabajo de Mendel permaneció en la oscuridad se había producido un progreso considerable en la microscopia y, en consecuencia, en el estudio de la estructura celular. En 1902, Walter S. Sutton (1877-1916), un estudiante graduado de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, se encontraba estudiando la formación de las células sexuales en machos de saltamontes. Mientras analizaba el proceso de meiosis, Sutton observó que, en las células diploides, había dos cromosomas de cada tipo y que éstos se apareaban al comienzo de la primera división meiótica. Notó también

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