ANÁLISIS DE “EL ESPACIO VACÍO”

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           ANÁLISIS DE “EL ESPACIO VACÍO”

            ASIGNATURA DE ANÁLISIS CRÍTICO

            Integrantes:

       Stephanye Rivera / Allan Salinas / Kathia Cornejo / Lucas Péndola /      

         Karen Araya / Bastian del Campo

            Sección 1

            Profesor:

           Sebastian Dahm

EL ESPACIO VACÍO

El libro el espacio vacío relata ciertos aspectos que debemos cuidar cuando hacemos teatro. Estos aspectos son los llamados espacios vacíos, por medio de experiencia y anécdotas que ayudan a explicar lo que el autor piensa y a las conclusiones que este ha llegado.

El espacio vacío, da un parámetro que permite ver en qué punto nos encontramos con respecto al teatro que estamos haciendo y que tan vivo es el mismo. Este informe se divide en cuatro secciones: teatro mortal, teatro sagrado, teatro tosco y teatro inmediato.

TEATRO MORTAL

En este capítulo, el autor expresa que sin un objetivo no podemos dejar que el teatro deje de ser mortal. Peter Brook comenta que alguien puede tomar cualquier espacio vacío y llamarle un escenario desnudo, lo único que se requiere es alguien que camine en este espacio y otro que lo observe para llamarlo un “acto teatral”.

Cuando hablamos de teatro mortal el autor relata que lo mortal no es lo que está muerto si no que es lo que está por morir y tiene posibilidad de refrescarse para levantarse. Este teatro, Brook lo categoriza como un teatro malo y engañoso.

En la actualidad no hay realmente una relación que se situé entre la gente y el teatro. El teatro no aporta porque es insuficiente para la sociedad. Los creadores trabajan por dinero. El autor hace una referencia a Stanislavski quien expresa que en el teatro mortal podemos encontrar a los actores payasos; en Brodway el teatro se convierte en un negocio en el que asista o no la audiencia, el equipo de trabajo no pierde nada. Esto hace que la gente se decepcione del teatro y no se arriesgue a pagar, esperando que se presente el espectáculo de forma gratuita. Cabe destacar la siguiente cita “si el buen teatro depende de un buen público, entonces todo público tiene el teatro que se merece. No obstante, debe ser duro para los espectadores que les hablen de la responsabilidad de un público”.

En un espectáculo si la gente no se lleva nada es mortal. Como dijimos anteriormente sin un objetivo la audiencia se distrae del espectáculo y comienza a atender otras necesidades.

En otra sección de este capítulo el autor expresa que cada vez los actores nos acercamos más a la verdad, por eso nos cuesta trabajo representar orgánicamente un texto serio o rebuscado y terminamos por imitar la forma sin darle vida. Antes de hablar el actor debe analizar y crear mediante la exploración.  Para que esto pueda ocurrir el actor puede realizar dos cosas que son, el hacer según la acción de la acotación o el sentir de la propia imaginación del intérprete a través del texto. También el autor comenta que no hay que encasillarse en un solo estilo teatral ya que eso significa ponerle límites al teatro, que lo hace mortal debido a la incompetencia. El teatro ha ido perdiendo importancia debido a que no tiene un objetivo preciso  ni constante, esta inconstancia se puede apreciar desde la formación del actor. También, él habla que la cultura de los espectadores influye al momento de hacer teatro.

TEATRO SAGRADO

El autor expresa en este capítulo que la pasión es fundamental y que el actor debe llevar a escena lo que no ve de la vida, es decir lo que no apreciamos. El secreto está en no “imitar”  algo de lo que no se tiene conocimiento. Debemos de ser capaces de encarnar lo invisible. Por ejemplo el autor hace una referencia al “kathakali” y a otras teatralidades orientales, las cuales funcionan debido a que no estudian las formas que en si son complejas, sino todo lo que hay detrás, desde el origen. En occidente necesitamos un objetivo que debe hacernos ver el teatro como algo de suma importancia, para esto el actor debe estudiar y adquirir una conciencia de lo que hace y así poder usar la imaginación como una herramienta que hace que todos vayamos hacia un mismo objetivo. Se trata de un asunto cultural,  ya que no nos permitimos apreciar aquellas cosas que también se requieren, como la respiración y el silencio.

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