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Ensayo De Ciencias

kjulianna0231 de Octubre de 2012

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Ciencia y tecnología

2.1 Conocimiento común, científico y tecnológico

Algunos supuestos de base

*El conocimiento común, la ciencia y la tecnología, son formas del conocimiento humano que comparten

propiedades esenciales, pero se diferencian unos de otros por sus intereses y por la forma como se construyen.

Es común ver la ciencia y la tecnología como actividades que sólo unos privilegiados puedan llevar a cabo; hay una gran

cantidad de estereotipos y creencias en ese sentido, pero son totalmente infunda-das; en efecto, contrariamente a lo que

en ocasiones se cree, ellas son tan propias del ser humano como pueden ser el arte o la agricultura.

A través de la historia, las sociedades de seres humanos han desarrollado una gran cantidad de conceptos y de ideas

válidas (es decir, acordes con una cierta realidad) acerca del mundo físico, biológico, ps íquico y social. Gracias a las

estrechas relaciones lógicas entre ellos existentes, han conformado verdaderos sistemas de conocimiento llamados

teorías, que le han brindado al hombre, a través de generaciones, la oportunidad de entender cada vez mejor la especie

humana y el entorno en el que ella habita. El método de construcción de esta “red” de ideas y conceptos, ha invo-lucrado

siempre a la observación cuidadosa, al pensamiento ordenado y disciplinado, a la imaginación, a la experimentación, a la

crítica y la tolerancia a ella y, ante todo, a la honestidad, la humildad y el amor por la verdad.

Pero todos estos sistemas de conocimiento se han ido construyendo sobre la base del conocimiento que comúnmente se

tiene acerca de un determinado sector de la realidad. Ese conocimiento común es sometido a la disciplina y el rigor

propios de los científicos, que a su vez han ido refin ándose gracias a la actividad misma de la comunidad cient ífica. Esta

disciplina, o como la hemos llamado, método de construcción, le da al conocimiento científico ciertas propiedades que lo

diferencian del conocimiento común y que en ocasiones lo hacen ver como inalcanzable. Pero son, en esencia, el mismo

fenómeno humano; es decir, la ciencia y la tecnología son actividades humanas y quienes se dedican a ellas no son

necesariamente seres privilegiados.

Existen diversos tipos de conocimiento. El primero que mencionaremos recibe habitualmente el nombre de conocimiento

común u ordinario que construye el hombre como actor en el Mundo de la Vida. El segundo se conoce bajo el nombre de

conocimiento científico y el tercero bajo el de conocimiento tecnoló-gico.

Todos ellos comparten rasgos fundamentales. El primer rasgo com ún es que todo conocimiento (el común, el científico y

el tecnológico) implica la existencia de una representación mental de aquello que es conocido; esta representación

puede ser lingüística o pictórica (en términos de im ágenes), kinestésica (en términos de movimientos), auditiva o

cualquier otra forma de representación debida a uno de los sentidos o a una combinación entre ellos. El segundo es que

toda forma de conocimiento sólo se hace posible dentro de un contexto social. El tercero y último que señalaremos es

que todo conocimiento tiene un valor adaptativo al mundo físico o socio-cultural e individual. Al lado de estas

características comunes, cada una de estas formas de conocimiento posee otras específicas que las distinguen de las

demás.

Hay propiedades que distinguen al conocimiento científico y al tecnológico del com ún. La primera y más importante es la

intención teórica del científico y del tecnólogo. Todo científico o tecnólogo intenta hacer teorías de gran generalidad

acerca de lo que quiere conocer; cuanto más general sea una teor ía, más importancia tendrá dentro del contexto de la

comunidad de científicos dedicados a esa área de conocimiento. El conocimiento com ún, por el contrario, no se

preocupa por la construcción de teorías que vinculen hechos y procesos aparentemente sin ninguna relación. El

conocimiento del hecho o del proceso mismo es ya satisfactorio. Para alguien que no hace ciencia, saber que el exceso

de sol produce cáncer en la piel es suficiente en la mayoría de los casos. Probablemente algunos pregunten por qué los

rayos solares producen cáncer; pero cuando se les responda aludiendo a los rayos ultravioleta y su efecto en los núcleos

de las células de la piel, esta respuesta parecerá satisfactoria en la gran mayoría de los casos. El científico y el

tecnólogo, en cambio, reaccionan en forma muy diferente. Preguntar án por qué los rayos ultravioleta afectan como lo

hacen los núcleos de las células; se preguntarán por la relación de estos efectos con las funciones del sistema

inmunológico; dudarán si realmente son los rayos ultravioleta los que causan estos efectos o si será algún otro fenómeno

ligado a estos rayos; tratarán de vincular este tipo de cáncer con otros; tratarán de acoger la relación entre rayos

ultravioleta y cáncer de la piel dentro de una teoría que dé cuenta de todas las otras formas de cáncer; tratar án de

extraer algún principio para la curación de este tipo de cáncer y la de cualquier otro. En pocas palabras, el conocimiento

de algo nuevo no satisface enteramente la curiosidad del científico o del tecnólogo sino que, por el contrario, les plantea

muchísimos nuevos problemas que sólo se resolverán con la construcción de una gran teoría capaz de explicar la

relación entre los fen ómenos en cuestión y muchas otras relaciones conocidas y otras que se pondr án en evidencia

gracias a la construcción de la teoría misma. En el supuesto “por cada puerta que se cierra, se abren diez”, señalaremos

Ministerio de Educación Nacional

esta característica del quehacer científico.

Una segunda diferencia que existe entre el conocimiento común, el conocimiento científico y el conocimiento tecnológico

es la importancia que tiene para los dos últimos, la actividad dentro de un grupo. Todo conocimiento se ve influido y

“tiene vida” dentro de un grupo social; pero el conocimiento científico y el tecnológico son eminentemente productos de

un proceso de producción social; no puede existir conocimiento científico o tecno-lógico sin la investigación, la discusión,

y en algún momento, el consenso en torno a las mejores razones, los mejores conceptos y los mejores desarrollos

técnicos dentro del contexto de una comunidad llamada comúnmente “comunidad científico-tecnológica”, interesada por

una determinada área del saber. El conocimiento científico o tecnológico adquiere su car ácter de tal cuando se produce

dentro de esta comunidad y “circula” en ese contexto. Se trata de un producto social que debe ser legitimado por el

sistema que lo produce, para lo cual debe ser sometido a un proceso muy bien determinado, muy exigente, y aceptado

universalmente por los miembros del sistema social en cuestión.

El conocimiento común no sigue un proceso de esta naturaleza para ser legitimado. Sigue un proceso que depende en

gran medida de los individuos mismos que lo aceptan como válido y, en una pequeña parte, del medio socio-cultural en

el cual ellos se encuentran inscritos. Otro elemento importante es que muy pocos de los que aceptan este conocimiento

como válido son conscientes de que es necesario agotar un proceso para poder legitimar un conocimiento; incluso la

mayoría aceptarán un determinado conocimiento como válido sencillamente porque otros lo han acep -tado.

Podríamos decir entonces que el conocimiento cient ífico y el tecnológico son productos sociales en tanto que el

conocimiento común es más un acontecimiento individual. El cono -ci-miento científico y el tecnol ógico como productos

de una actividad humana, tienen refe-rentes tangibles en las bibliotecas y las hemerotecas; también en los aparatos y los

procedimientos para resolver problemas; estos productos “circulan” entre los miembros de la comunidad en forma

sistemática a través de las diversas formas escritas (revistas, libros, correspondencia personal) y mediante el contacto

personal en los seminarios, simposios, congresos, etc. Estos productos deben entenderse siempre como productos

parciales y provisionales y en continuo cambio. De hecho, al mismo tiempo que circulan entre los miembros de la

comunidad, se modifican, se perfeccionan. En cuanto al conocimiento común no podemos decir que no posea referentes

tangibles o que no “circule” entre quienes lo comparten. Pero ni los productos son tan claros y propios de este tipo de

conocimiento, ni su “circulación” es sistemática e institucional. Pero lo que es mucho más importante, el conocimiento

común no se perfecciona en forma continua gracias a una voluntad explícita como en el caso del conocimiento científico

y el tecnológico. Podría decirse incluso, que la razón de ser de una comunidad científica o tecnológica es precisamente

cumplir con la misión de perfeccionar en forma continua su producto.

*La ciencia y la tecnología se fundamentan en principios y supuestos explícitos en tanto que el conocimiento

común no requiere de este tipo de fundamentos.

Los científicos y tecnólogos comparten una buena cantidad

...

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