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Espondilitis Anquilosante


Enviado por   •  25 de Marzo de 2014  •  1.370 Palabras (6 Páginas)  •  196 Visitas

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Espondilitis Anquilosante

La espondilitis anquilosante es una enfermedad crónica de origen desconocido asociada significativamente al antígeno del complejo mayor de histocompatibilidad HLA-B27 que afecta las entesis y la membrana sinovial de la columna vertebral, las sacroiliacas y las articulaciones de las extremidades, principalmente las inferiores.

Espondilitis Anquilosante o EA es una enfermedad reumática inflamatoria, progresiva y dolorosa, que afecta la espalda, esto es la columna vertebral y las articulaciones sacroiliacas. La enfermedad normalmente comienza en la adolescencia o en la edad adulta temprana y es raro que co¬mience después de los 45 años.

La espondilitis anquilosante o EA, es un tipo de artritis que primariamente afecta la espina o espalda. Espondil se refiere a la espina dorsal, itis significa inflamación. Anquilosante es un término que significa rígido.

La severidad de los síntomas y la discapacidad varían de persona a persona. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado pueden ayudar a controlar el dolor y la rigidez asociadas con la ES y reducir o prevenir una mayor deformidad.

La sacroileítis es el sello característico de ésta enfermedad.

Existe una prolferación ósea variante que conduce a una fusión entre los cuerpos vertebrales y pérdida de la movilidad espinal.

Las articulaciones típicamente afectadas son:

Esqueleto axial

Temporomandibular

Acromioclavicular

Art. Costales

Esternoclavicular

Por otra parte, existe pérdida de la expansión torácica, así como pérdida de la flexión lumbar y atrofia de la musculatura paravertebral.

Se presenta entésis, que es una inflamación de las inserciones ligamentosas y tendinosas, acentuada en talón de Aquiles, fascia plantar que provocan un dolor discapacitante.

La articulación coxofemoral se afecta en un 2 % de los casos

Además, se puede acompañar de uveítis anterior no granulomatosa, inflamación aguda ocrónica inespecífica de la mucosa o submucosa del íleon, yeyuno o colon, trastornos del ritmo cardiaco y valvulopatía aórtica. Las manifestaciones clínicas e histopatológicas resultan de dos fenómenos estrechamente relacionados: inflamación y proliferación osteocartilaginosa. La identificación de cada uno de ellos es determinante en la terapéutica, ya que hipotéticamente el control sostenido de la inflamación reduce el riesgo de alteraciones estructurales irreversibles.

Las repercusiones de la enfermedad abarcan diversos aspectos.

El paciente sufre dolor crónico, diversos grados de discapacidad, trastornos de la imagen corporal y graves repercusiones en su relación con otras personas, en su desarrollo personal y profesional y en general en su calidad de vida.

En el sexo masculino la edad de presentación más frecuente se encuentra entre los 25 y 30 años; en la población mexicana, el inicio de los síntomas se ubica entre los 15 y 25 años de edad.

La espondilitis es 3 veces menos común en mujeres que en hombres, pero los estudios más recientes nos dicen que la enfermedad en mujeres es solo la mitad de frecuente que en los hombres. Sin embargo, en mujeres la evolución de la enfermedad suele ser más lenta. La espondilitis también afecta a niños, aunque al inicio de la enfermedad suele ser de una manera un poco diferente, por ejemplo, el niño suele tener dolor de talón, rodilla o cadera (en vez de dolor de espalda y rigidez) debido a la existencia de inflamación de partes blandas en la unión de los tendones y ligamentos (zona denominada entesis), dando lugar a la entesitis.

En la EA, las articulaciones y los ligamentos que normalmente permiten a la espina moverse y flexionarse se inflaman. La inflamación produce dolor y rigidez que usualmente comienza en la espalda baja. Con el tiempo, la enfermedad puede progresar a la espina superior, pecho y cuello. Como resultado, las articulaciones y los huesos (vértebras) pueden fusionarse, causando que la espina se vuelva rígida e inflexible. Otras articulaciones, tales como las caderas, los hombros, las rodillas o los tobillos también se pueden inflamar.

Con el tiempo, el dolor y la rigidez pueden progresar a la espina superior e incluso a la cavidad de las costillas y al cuello. Ultimadamente, la inflamación puede causar que los huesos sacro iliaco y vértebras se fusionen o crezcan unidas. Cuando los huesos se fusionan, la espina y cuello pierden su flexibilidad normal y se vuelven rígidos. La cavidad toráxica también se puede fundir, lo cual puede limitar la expansión normal del pecho y dificultar

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