Etica en alimentos transgenicos

Introducción

        La posibilidad de transferir de características de una especie a otra, de adaptar una especie para necesidades específicas y buscar un mejor desarrollo de manera más eficiente, siempre ha sido un pensamiento lejano e incluso alienígena para la humanidad. Pero a pesar de que este pensamiento sea tan distante para muchos, esta posibilidad ya la encontramos en el día de hoy, gracias a los avances de la biotecnología, somos capaces de obtener y más importante aún, crear organismos transgénicos. Estos organismos, los definimos como organismo cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no se produce naturalmente en el apareamiento ni en la recombinación natural. Con nuevos genes, y nuevas proteínas, los organismos exhiben características propias del organismo foráneo desde el cual se obtuvo el material genético.

Ahora, más específicamente, definimos a los alimentos transgénicos, también conocidos como GM Foods (Genetically modified foods), como todos los alimentos que han sido genéticamente modificados, es decir, son aquellos a los cuales se les han incorporado genes de especies foráneas con el fin de mejorar características especificas en el organismo objetivo.

Desarrollo

        La reflexión en lo que respecta a la bioética nos puede ayudar a percibir en mejor manera las consecuencias que pueden derivar del uso de los previamente mencionados alimentos transgénicos. Poniendo en una balanza los pros y contras el uso de estos alimentos, exponiendo de manera consecuente los datos factuales respecto a estos, y así, buscando un juicio más racional y fundado respecto al asunto, podremos llegar a una conclusión más clara respecto al efecto de los alimentos transgénicos en distintos ámbitos. Centrándonos en el ámbito social y económico del efecto de estos alimentos.

Los argumentos a favor y en contra de los transgénicos se basan en perspectivas éticas ampliamente diferentes, que involucran valores. Las controversias tienden a polarizar a la sociedad, siendo dos lados marcados lo científico contra lo tradicional. Es bien sabido que para muchos la modificación génica en si misma es inmoral, por adulterar ya lo previamente instaurado, afectando el valor intrínseco de los seres vivos. En dicha controversia, las creencias personales, en torno a la figura de la divinidad y a la imagen sacra de la naturaleza tienen una gran influencia. Las preocupaciones morales y éticas son factores importantes que influyen en el temor de las personas sobre posibles riesgos ocasionados por la producción de alimentos transgénicos.

Analizando los puntos en contra, aparecen los siguientes puntos

• Algunos genes foráneos les conceden resistencia a antibióticos comunes a los alimentos, por ende, al consumir estos los alimentos marcados, es factible que se aceleré la resistencia a antibióticos en las bacterias patógenas del intestino. A pesar de que el evento es improbable, podría ocurrir, y es más probable que ocurra en animales que se alimenten de transgénicos.
• Se podría dispersar un gen no natural produciendo daños no medidos en los ecosistemas
• Podría generar plagas con resistencia a insecticidas
• Se podrían generar nuevas malezas resistentes o supermalezas (resistentes a herbicidas y plaguicidas) por transferencia de genes de cultivos a malezas de especies afines.
• Pueden producir alergias, por la inclusión de nuevas proteínas a la dieta que pueden afectar directamente al sistema inmune humano (por ejemplo, alergias producidas por el producto de genes de nuez de Brasil, genes de pez en fresas, gen de lectina en papas)
• Podría existir un impacto no medido en la biodiversidad de ecosistemas específicos, a causa del fomento de monocultivos transgénicos.

Finalmente, un factor importante es el efecto socioeconómico de los alimentos transgénicos, debido a que su modelo, con protección a la propiedad intelectual, tiende a la monopolización del mercado agrícola, lo que afecta directamente a la mantención y aumento consecuente de las diferencias sociales. Por esta tendencia al monopolio, se corre un gran riesgo de colusión, así haciendo que los precios vayan en constante aumento en vez del declive lógico en estos esperable de un menor costo de producción y mayor eficiencia al ser trabajados.

Se cuestiona constantemente si el ente privado se puede adueñar de la cualidad intrínseca de los seres vivos a reproducirse, por medio de estos previamente mencionados derechos de propiedad intelectual sobre las especies previamente modificadas. No resulta ético el apropiarse y tomar posesión sobre una especie entera, un atributo de la naturaleza, por mas que haya sido previamente modificada.

Un claro ejemplo de los intereses comerciales en la monopolización de la producción de transgénicos se vio cuando en 1994 la compañía Agracetus obtuvo una patente europea sobre los derechos de una semilla de soya transgénica, obteniendo así derecho sobre los cultivos y variedades de esta semilla. Producto de esta adquisición, la empresa Monsanto en noviembre de 1994 llevo a Agracetus a juicio, alegando que la pretendida invención carecía de “un paso inventivo y de innovación”. Posteriormente, Monsanto decidió retirar la demanda y comprar Agracetus en su totalidad, junto con la nueva patente. Y así, las transnacionales avanzan con un monopolio agrario. Desde 1999 Monsato cobra un porcentaje por el rehusó de sus semillas.

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