LOS TERMOMETROS INFRARROJOS Y SU USO CORRECTO

LOS TERMOMETROS INFRARROJOS Y SU USO CORRECTO.

INTRODUCCIÓN:

Los termómetros infrarrojos han invadido buena cantidad de espacios públicos y privados para poder evaluar la temperatura de las personas, así como identificar a quienes podrían tener fiebre y, en consecuencia, la posible infección por SARS-CoV-2., conocido popularmente como COVID 19. Sin embargo, la forma en que comúnmente se usan actualmente limita su eficacia y confiabilidad.

En la nueva normalidad, cada vez es más frecuente encontrarse en la entrada de los espacios públicos, como escuelas, como restaurantes, centros comerciales, aeropuertos o bancos a personas con la encomienda de tomar la temperatura a través de termómetros infrarrojos con el fin de identificar a personas con fiebre (igual o mayor a 38°C) y negarle la entrada al establecimiento para evitar posibles contagios.

Sin embargo, este tipo de termómetros no son infalibles y su eficacia y confiabilidad dependen de su uso de forma correcta. Ya que, de lo contrario, pueden propiciar diversos problemas y sintomatologías en las personas que lo usaron: desde un gasto inútil de recursos y tiempos, hasta lecturas erróneas o confusas que les hagan creer a las personas que su temperatura es normal cuando no es así o, por el contrario, alarmarlas por tener un síntoma que en realidad no tienen, alterando su salud emocional.

DESARROLLO:

El principio básico de este tipo de termómetros infrarrojos es la termografía, es decir, la capacidad de captar el calor o la radiación que emiten las personas, y dependiendo de la longitud de onda, determinar su temperatura. Esto se realiza a través de un algoritmo, el aparato convierte las longitudes de onda en señales eléctricas y, después, en señales digitales, que se pueden interpretar fácilmente en grados, centígrados o Fahrenheit según sea el caso.

Es importante saber, que estos dispositivos no emiten luz ni radiación, solamente la reciben, por lo tanto, no implican ningún riesgo para los usuarios, ni para alguna parte de su cuerpo.

“Muchas personas le temen a la luz que ven cuando les colocan el termómetro en la frente, pero realmente esa luz no es dañina, solo sirve para marcar el punto donde se va a hacer la medición. El aparato no emite ninguna luz infrarroja, sino que capta las ondas infrarrojas que el cuerpo, en este caso la piel, emite”, dice Randall Gutiérrez Vargas, de la Universidad Nacional de Costa Rica, quien ha utilizado la termografía infrarroja en distintas investigaciones.

Por el miedo infundado a través de la mala publicidad al termómetro infrarrojo, muchas personas exigen que les tomen la temperatura en el brazo o la muñeca en lugar de la frente, sin saber que al hacerlo de ésta manera están propiciando un resultado erróneo.

Cada tipo de termómetro está diseñado para medir la temperatura en una parte específica del cuerpo. Esa información está incluida frecuentemente en el manual o instructivo de uso.

La mayoría de los termómetros infrarrojos que se están utilizando durante la pandemia de COVID 19 están diseñados para medir el calor de la frente debido a que, al ser una parte del cuerpo expuesta de manera permanente a la temperatura ambiente, puede tener menos variaciones. Sucediendo lo contrario, a otras partes como el brazo, el cuello o la muñeca, que pueden tener una temperatura más variable por humedad del cuerpo, del ambiente, la ropa o el movimiento de la persona.

Como ejemplo se puede anotar que nadie usa un guante en una oreja, ni un paraguas en los pies, ni un teléfono celular en el codo. Así de absurdo resulta usar los termómetros infrarrojos en partes del cuerpo para las que no fue diseñado.

No basta con usarlos, hay que saber interpretarlos, aun cuando el principio básico es el mismo, cada termómetro, dependiendo de la marca y el diseño, debe usarse según las instrucciones precisas que marca del fabricante. En su mayoría, por ejemplo, debe colocarse durante mínimo

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