La Afonia

La afonía

Es un trastorno caracterizado por la incapacidad de hablar o falta de voz debido a un esfuerzo excesivo de las cuerdas vocales, a una enfermedad orgánica o causas psíquicas.

Una de las causas más comunes es la ruptura del 'nervio laríngeo recurrente', el cual dirige casi todos los músculos de la laringe, pero también puede deberse a:

- Enfermedades del aparato respiratorio como; laringitis, bronquitis crónicas, asma...

- Parálisis o engrosamiento de las cuerdas vocales

- Intervenciones quirúrgicas: traqueotomía o intubaciones

- Gritar a menudo.

- Mala respiración o uso del tono de la voz inadecuado

- Sustos, abandonos, accidentes...

- Hiperactividad, timidez, inhibición...

- Ambiente en el que se mueva el niño: familias que gritan o ambientes con excesivo nivel de ruido...

- Alteraciones de la audición.

Cuando hablamos de afonía, nos encontramos con varios tipos:

- Afonía de los clérigos: trastorno caracterizado por perdida de la voz como consecuencia de un esfuerzo excesivo de las cuerdas vocales

- Afonía espástica: trastorno en el cual una persona es incapaz de hablar debido a la contracción espasmódica de los músculos abductores de la garganta.

- Afonía histérica: incapacidad para producir sonidos vocales,

generalmente de naturaleza psicológica, donde las cuerdas vocales no pueden juntarse o separarse durante el habla, sin embargo no se tiene ningún impedimento para hacerlo al problema por ejemplo al toser

- Afonía paralítica: trastorno caracterizado por perdida de la voz por parálisis o afección de los nervios laríngeos.

- Afonía paranoica: incapacidad de hablar sin causa orgánica que la determine, típica de algunas formas de enfermedad mental. Mutismo de los alienados.

Los niños que sufren este trastorno suelen reunir las siguientes características:

• Niños con carácter hiperactivo, con tendencia a juegos físicos violentos.

• Ambientes familiares ruidosos y excitados con padres ansiosos y directivos.

• Padres con disfonías crónicas con posible imitación de modelos por parte del niño.

• Niños de alto riesgo a sufrir trastornos como rinitis o laringitis.

• Niños con trastornos pulmonares como el asma

• Niños intervenidos quirúrgicamente en casos de amigdalitis severas.

• Niños intervenidos

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