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Lluvia Acida


Enviado por   •  22 de Abril de 2014  •  2.706 Palabras (11 Páginas)  •  185 Visitas

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¿Qué es la lluvia ácida?

Algunos líquidos como el jugo de limón y el vinagre, tienen un sabor agrio; esta acritud se llama acidez y a estos líquidos se los conoce como ácidos.

Se dice que el agua destilada es neutra; no tiene acidez alguna. El agua de lluvia normal es ligeramente ácida. Pero en zonas muy contaminadas, la lluvia puede ser tan ácida, o incluso más, que el jugo de limón o el vinagre. Cuando los ácidos fuertes se introducen en ambientes naturales pueden causar graves daños a las plantas, a los animales y a las personas. Estos ácidos pueden incluso corroer gradualmente edificios y diversos materiales.

La mayor parte de los óxidos de azufre y de nitrógeno que se combinan con agua para formar lluvia ácida se producen al quemar combustible. El azufre existe de manera natural en el carbón, el petróleo y el gas natural, que desprenden óxidos de azufre. El nitrógeno se encuentra en los combustibles líquidos y en la atmósfera, y también se evapora de los fertilizantes agrícolas.

Pese a su nombre, la lluvia ácida no siempre es húmeda. Las sustancias que se combinan para formarla pueden también producir un polvo seco e invisible que, al caer en un determinado lugar, daña seriamente el medio ambiente.

Las centrales térmicas son uno de los principales emisores de las sustancias químicas que producen la lluvia ácida.

Al quemar combustible liberan por sus chimeneas sustancias contaminantes, entre ellas óxidos de azufre y de nitrógeno. Parte de la contaminación cae en los alrededores en forma de sedimento seco. El resto asciende llevado por el aire y se combina con el vapor de agua para formar ácidos, que caen posteriormente en forma de lluvia ácida.

El problema de la lluvia acida

El problema de la lluvia ácida tuvo su origen en la Revolución Industrial, y no ha dejado de agravarse desde entonces. Hace mucho que se reconoce la gravedad de sus efectos ahora a nivel mundial, como ejemplifican los periodos de smog ácido en áreas muy industrializadas.

No obstante, la gran capacidad destructiva de la lluvia ácida sólo se ha hecho evidente en las últimas décadas.

Una extensa área que ha sido objeto de múltiples estudios es el norte de Europa, donde la lluvia ácida ha erosionado estructuras, ha dañado los bosques y las cosechas, y ha puesto en peligro o diezmado la vida en los lagos de agua dulce.

El pH es el símbolo que utiliza la química para medir la acidez o alcalinidad de las soluciones (equivale al logaritmo decimal negativo de la concentración de iones hidrógeno). Una solución neutra tiene un pH de 5,6 a 7 (la escala va de 0,0 a 14,0), por debajo de 5,6 se considera medio ácido y por encima de 7,0, medio alcalino.

La llamada lluvia ácida tiene un pH inferior a 5,6 y puede ir hasta 2,5 y excepcionalmente 1,5.

Una solución con un pH 6 es diez veces más ácida que una de pH 7, una de pH 5, cien veces más ácida, la proporción se va multiplicando por diez a medida que disminuyen los valores del pH.

¿Cómo se forma la lluvia ácida?

Cuando se forma la lluvia ácida, estas sustancias químicas caen al suelo mezcladas con el agua de las precipitaciones. Puede ser en forma de granizo, lluvia, llovizna, nieve o niebla y sus efectos pueden provocar importantes daños tanto en el medio ambiente como en la salud animal y vegetal. Los gases contaminantes responsables de la formación de lluvia ácida son el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre, y pueden recorrer cientos o miles de kilómetros, trasladándose por acción del viento, antes de precipitar a la superficie.

El agua de lluvia tiene un nivel de PH que ronda los 5,6. Es ligeramente ácida debido a la presencia de dióxido de carbono atmosférico (se considera que es lluvia ácida cuando el PH del agua presenta menos de PH 5), pero en muchas ocasiones puede llegar a tener un PH 3, igual al del vinagre.

Causas del incremento de acidez del agua de lluvia

El modo de vida desarrollado por el ser humano ha aumentado la emisión a la atmósfera de determinados gases capaces de experimentar reacciones químicas que los convierten en ácidos al disolverse en el agua de lluvia.

Estos gases son dos principalmente: el dióxido de azufre (SO2, se estima que contribuye en un 60 - 70%) y los óxidos de nitrógeno (NO2, contribuyen en torno al 30%); el porcentaje restante, en torno a un 6%, sería responsabilidad de otras especies químicas.

Actividades humanas que originan la emisión de estos gases

Todos son consecuencia de los procesos de combustión, que son los más efectuados habitualmente, tanto a nivel doméstico (calefacciones), como a nivel industrial (obtención de energía eléctrica por vía térmica, combustiones en calderas); además, los medios de transporte, individuales y colectivos, incorporan motores en los que se queman combustibles de mejor o peor calidad.

Los óxidos de azufre se emiten al quemar combustibles de baja calidad, que contienen azufre, en general son carbones o fracciones pesadas del petróleo; mientras que los óxidos de nitrógeno se producen, en mayor o menor cantidad, en todas las reacciones de combustión por reacción del oxígeno y nitrógeno del aire a temperaturas elevadas.

Efectos de la lluvia ácida

El fenómeno de la lluvia ácida (incluida también la nieve, las nieblas y los rocíos ácidos) tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente, porque no sólo afecta a la calidad del agua, sino también a los suelos, a los ecosistemas y, de modo particular a la vegetación: bastan 0,01-0,02 ppm de ácido (que corresponden a 10-20 mm./m3 en la atmósfera) para matar los líquenes; por su parte, las coníferas no sobreviven a concentraciones mayores de 0,07-0,08 ppm.

Las regiones montañosas sometidas a precipitaciones de lluvia o nieve ácidas están, a menudo, compuestas por granito y otras rocas ígneas, que producen suelos delgados carentes de los agentes químicos capaces de neutralizar los ácidos presentes en esta clase de precipitaciones.

Otro efecto de la lluvia ácida es el aumento de la acidez en las aguas dulces, como consecuencia del incremento de metales pesados muy tóxicos (plomo, aluminio, mercurio, cinc y manganeso), que provocan la ruptura de las cadenas tróficas y del proceso reproductivo de los peces, condenando a los ríos y lagos a una lenta pero implacable disminución de su fauna. Los lagos tienen un pH casi neutro, debido a que minerales como el

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