Nariz

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Reporte visita al Museo de la Medicina mexicana.

Asignatura: Historia de la Enfermería y Partería.

Prof. Lic. Blanca Estela Solórzano Ruiz.

Alumna: Contreras Luna Ana Betzabe.

Grupo: 1010.

La visita la realicé en compañía de mis compañeras Salma y Juanita, y mi amiga Elizabeth, llegamos al lugar el cual me pareció tiene una hermosa arquitectura, iniciamos el recorrido en la sala de medicina prehispánica, llena de códices y pequeñas figurillas. En la medicina prehispánica mesoamericana, la enfermedad era considerada un castigo divino a causa de los pecados cometidos, también creían que se originaba por influencia de los enemigos y energías dañinas. Había muchos cráneos expuestos con secuelas de enfermedad, algo muy sorprendente.

En ese tiempo practicaban la medicina empírica y mágica, también influía la religión como pauta importante para la curación, y la alimentación. Los padecimientos más comunes eran en los huesos y desgaste físico por la excesiva actividad física. La cosmogonía jugaba un papel importante en las culturas maya, olmeca, teotihuacana. Los sacerdotes se encargaban a cuidar de la salud del pueblo, y sus gobernantes.

Mientras recorría la sala, observé algunas estatuillas extrañas, con la cabeza modificada. La razón de esto era el embellecimiento físico, piezas dentales con incrustaciones de obsidiana, técnica realizada con fines ornamentales. Después vi unos códices que hablaban de la obstetricia, en el México antiguo el embarazo y el nacimiento fueron procesos de vida simbólicos y rituales, representaban una gran batalla.

Continuamos con la sala de medicina en el virreinato época en la cual la Nueva España estuvo sujeta a muchas epidemias. La fe fue el instrumento para vencer a la enfermedad, las personas se encomendaban a las imágenes milagrosas, quienes por su cercanía a Dios podían hacer desaparecer sus dolencias, si el santo cumplía con su labor el fiel pagaba el favor concedido con un exvoto. Lo más bonito de esta sala fue cada uno de los exvotos, pinturas con la historia de los enfermos agradeciéndole a sus imágenes milagrosas la sanación, también pudimos observar los primeros libros de Anatomía, Fisiología. Luego entramos a la sala de herbolaria, había una gran cantidad de plantas tradicionales perfectamente conservadas las cuales se usaban para la curación de diversos males por sus propiedades medicinales, también vimos algunos utensilios; como la balanza de precisión, mortero y rallador para procesar raíces. Me encantó como se veían el nopal y la flor de cempasúchil. Terminó el recorrido por estas salas, fuimos a la sala de Histología donde vimos muchos microscopios y una línea del tiempo que explicaba su origen.

Entramos a la sala de los modelos en cera, los cuales mostraban diversos padecimientos en la piel, además de ETS. Eran tan reales y grotescos. Al caminar por los pasillos pudimos ver algunos laboratorios e instrumental antiguo, incluso un consultorio.

Una de las salas que más me gusto fue Anatomía con cada modelo desde la Antigua Grecia, hasta las técnicas usadas hoy en día, la pequeña Venus anatómica una muñeca desarmable,  parecida a Barbie con órganos expuestos. Los modelos hechos de cera, y lo más sorprendente los órganos exhibidos : el corazón, árbol bronquial. Las vísceras y un esqueleto.

Pero lo mejor fue el cadáver, me pareció algo asombroso observar de cerca la piel, cada órgano.  Después vimos la sala de Cirugía reconstructiva  y las fotografías de las intervenciones, las personas que nacen con alguna malformación congénita o tuvieron algún accidente,  y las obras de un pintor que se dedicaba a retratar estas escenas.  También pasamos por las salas de Otorrinolaringología y Oftalmología, ambas con muchas fotografías y el instrumental requerido para operaciones, y la creación de anteojos. Llegamos a la Sala de Embriología, la más asombrosa. Es increíble que a partir de algo tan pequeño se origine una vida, vimos cada uno de los órganos en formación y por supuesto a los fetos, y al bebé listo para nacer. No era la primera vez que veo algo así, pero en verdad me quedé sin palabras.  Finalmente visitamos la antigua Botica del siglo XIX, cada utensilio y frasco encerraba una historia.

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