REACCIÓN EN CADENA DE LA POLIMERASA

El procedimiento de la Reacción en Cadena de la polimerasa tiene el propósito, de llevar a cabo la síntesis de un número enorme de copias de regiones cortas de DNA. La PCR requiere dos oligómeros nucleotídicos que sean complementarios a las hebras de DNA de una región de interés. Los oligómeros actúan como cebadores para que la DNA polimerasa extienda la cadena. La repetición del ciclo de la PCR proporciona grandes de cada molécula de interés en cuestión de horas, en comparación con los días y a veces semanas utilizados en las técnicas de clonación. Esta amplificación de DNA puede aplicarse a una muestra de DNA purificado o a una pequeña región de mezcla compleja de diferentes DNA. La secuencia de DNA a amplificar debe ser previamente conocida o bien debe ser clonada en un vector para poder aprovechar las secuencias flanqueantes conocidas. La PCR produce moléculas de DNA de doble hebra que se completan al final de cada ciclo después de que todos los moldes han sido copiados. Para iniciar una nueva ronda de replicación, la nuestra se calienta para desnaturalizar el DNA y, en presencia de un exceso de oligonucleotidos cebadores, se enfría para permitir la hibridización del molde de monohebras con los oligonucleotidos libres. Entonces se inicia un nuevo ciclo en presencia de DNA polimerasa y los cuatro dNTP. El calientamiento hasta los 95° C que se requieren para desnaturalizar el DNA inactiva la mayoria de las DNA polimerasa excepto aquellas que son termoresistentes, como la Taq, aislada de Thermus aquaticus, y que se emplea para evitar la adición de nuevo enzi-ma en cada ciclo de replicación.

Las más comunes aplicaciones de la PCR en ámbitos científicos son:

Secuenciación: una de las razones más comunes para el uso de la PCR es la formación de suficiente cantidad de ADN molde para su secuenciación. Es mucho más sencillo y rápido que la clonación en células.

Estudios evolutivos: mediante la PCR se pueden amplificar genes de organismos ya extinguidos, como del mamut, o restos antiguos humanos. Se pueden comparar estos genes con los genes semejantes de organismos actuales y poder reconstruir árboles filogenéticos. El PCR también se ha utilizado para conseguir el mapa del genoma humano.

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