Rehabilitación Lumbalgia

Para la terapia física, no todos aquellos que padecen un cuadro de dolor lumbar recibirán esta terapéutica; se tienen que evaluar en el paciente el grado del dolor, el tiempo de evolución, la probable etiología, entre otros factores explicados posteriormente. Las indicaciones de cuando recibir rehabilitación y cuáles ejercicios a realizar las da la Asociación Estadounidense de Terapia Física (APTA en inglés) a través de su sistema de clasificación basada en el tratamiento como guía de práctica clínica.

La primera evaluación comienza con un médico de primer nivel de atención, quien determinará cual será el abordaje más apto para el paciente. Existen tres opciones: manejo médico (especializado), rehabilitación, y autocuidado. Aquellos con signos de alerta para patologías graves tal como fracturas o tumores, deben ser atendidos o referidos acorde a su enfermedad (manejo médico). Igualmente, los pacientes con comorbilidades que no responderían a una terapia física por ejemplo artritis reumatoide o sensibilización central por dolor crónico, requieren un manejo médico.

Los cuadros dolorosos de algunos pacientes no son suficientemente graves y pueden manejarse con autocuidados; cuando el dolor sea incapacitante, o pueda serlo, entonces lo apropiado es la rehabilitación, quienes son la mayoría que padecen lumbalgia.

Los pacientes destinados a la terapia física deben de ser evaluados nuevamente, mas ahora será para determinar cual de tres enfoques se le aplicarán: modulación de síntomas, control de movimientos, o optimización funcional. El enfoque dependerá de la intensidad del dolor, el estado de discapacidad, y la percepción del estadio clínico; además hay que tener en cuenta si existen ciertas comorbilidades y el estatus psicosocial del paciente.

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