SISTEMA ÓSEO

SISTEMA ÓSEO

Esqueleto

Es el armazón del cuerpo y está formado por la unión de 206 a 207 huesos. En el esqueleto se distingue el esqueleto axial y esqueleto apendicular.

El esqueleto axial forma el eje del cuerpo e incluye los huesos de la cabeza, la columna vertebral y los huesos del tórax y el esqueleto apendicular, los huesos de las extremidades superiores (hombro, brazo, antebrazo y mano) y de las extremidades inferiores (cadera, muslo, pierna y pie)

Huesos

Son órganos duros, blanquecinos, de forma y tamaño variable.

Funciones:

• Dan forma al cuerpo

• Son elementos de sostén

• Son órganos pasivos de locomoción

• Forman articulaciones

• Forman palancas

• Son órganos de protección

• Prestan inserción a los músculos

• Son órganos hematopoyéticos

• Son reservorios de grasa

• Son reservorios de calcio

• Regulan las presiones internas

Estructura: en general, en los huesos se encuentran, en mayor o menor cantidad, dos tipos de tejido óseo, el tejido óseo denso o compacto y el tejido óseo esponjo- so. El tejido óseo compacto constituye la mayor parte del cuerpo de los huesos largos y forma una delgada capa alrededor del tejido esponjoso de las extremidades de los huesos largos y del tejido óseo esponjoso de los huesos cortos y planos.

El tejido óseo denso o compacto en realidad también es poroso, pues se haya recorrido longitudinal- mente por numerosos y minúsculos canales, denominados canales de Havers, que sirven de paso a los vasos sanguíneos que lo nutren.

Los vasos sanguíneos y nervios, penetran al hueso perpendicular- mente desde su superficie, a través de los canales de Volkman, conec- tándose con los vasos sanguíneos de los canales de Havers y de la cavi- dad medular.

El tejido óseo esponjoso delimita numerosos espacios ocupados por la médula ósea roja (tejido hematopoyético) encargada de producir glóbulos rojos y blancos. No tiene canales de Havers, las células que lo constituyen reciben nutrientes directamente de la sangre circulante de los vasos sanguíneos de la médula ósea roja.

En el tejido óseo se distinguen dos tipos de células: los osteoblastos, los osteoclastos, cada uno de los cuales tiene diferente función. Los osteoblastos son responsables de la producción de sustancia matriz ósea durante el crecimiento, remodelación o reparación de los huesos. En tanto que, los osteoclastos son responsables de su resorción, con el objeto de remodelarlo o para liberar el calcio y utilizarlo en otras funciones corporales.

La actividad osteoblástica es estimulada, especialmente, por las hormonas sexuales (especialmente testosterona y esteroides anabólicos), pero en cantidades grandes provocan la desaparición rápida del cartílago epifisiario de crecimiento en la adolescencia. La actividad osteoclástica es estimulada por la hormona paratiroidea y por el exceso de vitamina D.

La vitamina D es producida a partir de una sustancia presente entre las grasas del tejido subcutáneo llamada 7-dihidrocolesterol mediante la acción de los rayos ultravioleta solares y su función consiste en ionizar al fosfato de calcio, presente en los alimentos, para que pueda ser transportado a través de la pared intestinal hacia la sangre.

Periostio: todos los huesos están rodeados por una membrana fibrosa, densa y blanca llamada periostio, formada por dos capas. La exterior es de tejido conjuntivo y contiene vasos sanguíneos, linfáticos y nervios que penetran en el hueso. La interior es fibras elásticas y contiene osteoblastos (células osteogénicas) El periostio es esencial para el crecimiento, reparación y nutrición del hueso y sirve de punto de inserción para los ligamentos articulares y tendones.

Clasificación de los huesos

Tomando en cuenta el predominio de una o más de sus dimensiones, los huesos se pueden clasificar en tres grupos:

• Huesos largos.

• Huesos planos.

• Huesos cortos.

Huesos largos: se caracterizan porque en ellos predomina la longitud sobre sus otras dos dimensiones; tienen un cuerpo prismático, llamado diáfisis y dos extremidades abultadas o epífisis. La diáfisis está formada por tejido óseo compacto y es hueca. Esta oquedad es la cavidad medular ocupada por tejido adiposo, la médula ósea amarilla (tuétano) En las epífisis encontramos tejido óseo esponjoso, rodeado de una delgada capa de tejido óseo compacto. La superficie de las epífisis está recubierta de una capa delgada de cartílago hialino que sirve para reducir la fricción en las articulaciones. En los espacios del tejido esponjoso se aloja la médula ósea roja.

El eje longitudinal de los huesos largos es ligeramente curvo, lo que los hace más resistentes. Los encontramos formando palancas y columnas de soporte en los miembros superiores e inferiores.

Los huesos largos del cuerpo son: la clavícula, el húmero, la ulna o cubito, el radio, los metacarpianos y las falanges en los miembros superiores. En las extremidades inferiores se encuentran: el fémur, la tibia, la fíbula o peroné, los metacarpianos y las falanges.

Huesos planos o anchos: en éstos predominan la longitud y la anchura sobre su espesor. Están consti- tuidos por dos láminas de tejido óseo compacto, más o menos paralelas y entre ellas tejido óseo esponjoso. Su función es la de formar bóvedas y cajas protectoras, además de proveer de grandes áreas para la inserción de algunos músculos.

A este grupo pertenecen: todos los huesos del cráneo y de la cara, el hioides, el omóplato o escápula, las costillas, el esternón y el iliaco o coxal.

Huesos cortos: sus tres dimensiones son semejantes entre sí. Están hechos de tejido óseo esponjoso rodeados por una delgada capa de tejido óseo compacto.

Se incluyen en este grupo las vértebras, los huesos carpianos, la rótula y los huesos del

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