Sistemas Politicos
ljeflores6 de Noviembre de 2011
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QUE ES UN SISTEMA POLITICO
Es la plasmación organizativa de un conjunto de interacciones estables a través de las cuales se ejerce la política en un contexto limitado. Este sistema viene formado por agentes, instituciones, organizaciones, comportamientos, creencias, normas, actitudes, ideales, valores y sus respectivas interacciones, que mantienen o modifican el orden del que resulta una determinada distribución de utilidades, conllevando a distintos procesos de decisión de los actores, que modifican la utilización del poder por parte de lo político a fin de obtener el objetivo deseado.
En un sentido muy laxo, un sistema político es el conjunto de instituciones públicas, organizaciones de la sociedad, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada y, por lo general, desigual y conflictiva distribución de utilidades.
La expresión “sistema político” y su plural se han instalado no sólo en el lenguaje de la ciencia política, sino también en el lenguaje común de un modo tan arraigado como términos políticos de mayor tradición como ideología, Estado o partidos. No obstante, es bastante más difícil precisar qué denota exactamente este vocablo.
El término fue traído al campo de la ciencia política, desde el terreno de la informática, la teoría cibernética de las comunicaciones y de la llamada teoría de los sistemas generales propuesta por Bertalanffy, pasando por la sociología de Parsons, con el propósito expreso de construir categorías de análisis y enfoques conceptuales novedosos que permitieran romper con el enfoque jurídico e institucional dominante en los estudios políticos hasta la mitad del siglo XX.
CUANTOS SISTEMAS POLITICOS EXISTEN
Teniendo en cuenta que el Estado es el centro de todo el sistema político de la sociedad pues este último gira en torno a él, podemos afirmar que han existido tantos tipos de sistemas políticos como tantos tipos de Estado ha conocido la historia de la humanidad en coherencia plena con las bases sentadas por Marx y Engels para el análisis de las distintas formación económicas sociales a pesar de que los sistemas esclavistas y feudales no hablaron nunca de sistema político.
Hacemos tal afirmación a juzgar por los rasgos que lo caracterizan o definen:
El modo de producción a que responde.
Qué clase o clases detentan el poder político.
Contra qué clase o clases ejercitan ese poder político.
Habiendo determinado por estos rasgos diferencias esenciales entre los distintos tipos de sistemas políticos encontramos también entre ellos características que los asemejan que son expresión de regularidades aún más generales del desarrollo, nos referimos a que tres de los mismos se basan en modos de producción que a su vez tienen como núcleo la propiedad privada; al hecho común de la presencia del Estado en todos los tipos conocidos; y a la presencia de instituciones solo similares por su forma, tanto en el sistema político burgués como en el tipo socialista; diferencias y semejanzas que sirven para demostrar en qué sentido se ha operado el progreso y las tendencias actuales en la organización de las sociedades y sobre qué base, en tanto que las similitudes, más aparentes que reales, son utilizadas por los ideólogos burgueses para negar el desarrollo histórico o aceptarlo solo parcialmente.
Existen diversas tipologías de sistemas políticos y muchas de ellas comparten una misma carencia: son construidas con fines esquemáticos o comparativos, pero en la medida en que, como se vio antes, no hay una teoría de los sistemas políticos validada y general, están demasiado atadas a las circunstancias históricas y a la naturaleza específica de los casos incluidos en ellas. Dicho de otro modo, son básicamente esquemas de ordenación de datos elaborados, la mayor parte de las veces, a partir de generalizaciones empíricas.
En las tipologías que aquí vale la pena mencionar destaca la de Samuel Huntington. La misma obedece al cruce de dos variables que el autor identifica como claves para explicar el desarrollo político: el nivel de institucionalización y el de participación política. Según su nivel de institucionalización, los sistemas políticos pueden estar gobernados principalmente por leyes o por personas. La participación, a su vez, puede ser baja, estando restringida a un pequeño grupo de personas pertenecientes a la élite burocrática o la aristocracia tradicional; puede ser media, cuando los grupos de las clases medias acceden a la política o puede ser alta, cuando a estos dos tipos de grupos sociales se suman los sectores populares.
La relación entre ambas variables no pretende sólo crear esquemas de clasificación, sino que obedece a una hipótesis que pretende explicar la estabilidad: a medida que aumenta la participación política, debe crecer la institucionalización o de lo contrario no se mantendrá la estabilidad del sistema. De la relación hipotética entre institucionalización y participación Huntington deduce las diferencias entre dos tipos básicos de sistemas políticos: cívicos y los pretorianos. Los sistemas cívicos son los que gozan de un alto nivel de institucionalización respecto de su nivel de participación, mientras que los pretorianos son los que tienen bajos niveles de desarrollo institucional y elevados niveles de participación que se expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando métodos propios, actúan directamente en política. Los niveles de desarrollo institucional y de participación son variables de una sociedad a otra por lo que los sistemas cívicos y pretorianos pueden darse en diversos niveles de participación política, pero en definitiva el pretorianismo es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones pueden enfrentar.
Huntington identifica finalmente seis tipos de sistemas políticos tal como se muestra en el siguiente cuadro:
Cuadro 1. Tipos de sistemas políticos según Huntington
Participación
Política
Relación de Institucionalización-Participación
Alta: Cívica
Baja: Pretoriana
Baja: tradicional
Media: transicional
Alta: moderna
Orgánica
Progresista
De participación
Oligárquica
Radical
De masas
Esta tipología muestra como el estudio de la política desde la perspectiva del comportamiento del sistema político da autonomía a la politología. Ella ofreció una perspectiva para el estudio de los problemas de estabilidad, orden y cambio de los Estados y sociedades en desarrollo virtualmente imposible de llevar a cabo desde la perspectiva más tradicional del estudio de sus formas de gobierno y, como se sabe, produciendo un importante cambio de perspectiva respecto de la compleja relación entre modernización y estabilidad política al mostrar que no necesariamente una mayor participación política conduce a un sistema político desarrollado y sostenible.
Desde una perspectiva teórica distinta, Apter clasifica los sistemas de acuerdo a como se expresan simbólicamente las normas de una sociedad en combinación como se define la autoridad, es decir el grado de responsabilidad de los dirigentes con los dirigidos. Los valores pueden representarse como ideologías o como religiones, como preceptos éticos o como metas sociales concretas; es decir, de modo instrumental o de manera consumatoria. La autoridad puede ser ejercida jerárquica o piramidalmente. Así, del cruce de las dos variables Apter deriva cuatro tipos de sistemas:
Cuadro 2. Tipos de sistemas políticos según David Apter
Normas
Autoridad
Jerárquica
Piramidal
Valores Consumatorios
Sistemas de Movilización
Sistemas Teocráticos
Valores Instrumentales
Sistemas Burocráticos
Sistemas de Conciliación
Los sistemas de movilización (cuyo ejemplo típico es el de la China de Mao) poseen una ideología política universalizante que permite que las cuestiones de interés se pacten como cuestiones de valor. El sistema no tiene que ser necesariamente de “izquierda”, puede combinar elementos de ésta y de la “derecha” o ser puramente de “derecha”. Incluyen un líder carismático o profético que moviliza con una ideología proselitista y que tiene que enfrentar el problema que Weber identificó como “ritualización del liderazgo” que conduce, a su vez, a la declinación de las creencias y la búsqueda del interés personal sobre el comunitario. Los sistemas de conciliación son representativos, aunque no necesariamente democráticos (la categoría incluye casos de sistemas de un solo partido muy representativo). La vida pública es entendida en términos de fines instrumentales por lo que enfrentan el problema de la pérdida de significación de la misma y aparición de conflictos que violentan el marco legal o los mecanismos de negociación de los que depende el sistema. Los sistemas burocráticos son el resultado del cambio de alguno de los dos sistemas previamente descritos como consecuencia de la búsqueda de soluciones al problema de la accesibilidad de la élite. Propenden a favorecer los reclamos de representación basados en el interés y los regulan de acuerdo a patrones institucionalizados y reconocidos. Los sistemas teocráticos son sólo casos históricos, según Apter, el ejemplo típico es el feudalismo europeo.
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