Refexion para padres de familia

REFLEXIÓN PADRES DE FAMILIA PRESENCIAL

Imagina que estas en casa durmiendo tranquilamente cuando de repente suena tu despertador, como de costumbre lo apagas, te levantas y decides tomar un rico baño para despertar bien.

Siente como las gotas de la regadera caen por tu cabeza, tus hombros, tu espalda y va mojando todo tu cuerpo, comienzas a enjabonarte y conforme lo vas haciendo vas dando un masaje relajante. Ahora sales de bañarte, te vistes cómodo, vas a despertar a tu hijo lo cual es difícil porque no se quiere levantar, te empiezas a desesperar, sin embargo, te pones firme y logras que lo haga, los apresuras para que se pongan el uniforme cuando ves que faltan pocos minutos para las 8:00 am y salen corriendo para alcanzar a llegar a la escuela antes de que cierren. Después regresas a casa, preparas tu desayuno favorito, te sirves, te sientas a la mesa y vas disfrutando cada bocado. Al terminar recoges la mesa y lavas los trastes.

Ahora te dispones a hacer tus actividades de siempre (si trabajas o haces el quehacer de la casa), piensa en todas esas cosas que haces, sin embargo, el tiempo pasa tan rápido que cuando menos lo esperas ya es hora de que tu hijo salga de la escuela, así que vas por él.

Al llegar el maestro o maestra de tu niño te dice que quiere platicar contigo y te comenta sobre un problema que hubo donde tu hijo se vio involucrado, prometes hablar con tu hijo y te retiras. Llegando a casa revisas las libretas de tu hijo donde indican las tareas del día de hoy, le pides a tu hijo que comience a hacerlas pero se resiste a eso, por lo que comienza a llorar, a enojarse y tú no sabes cómo manejar ese momento, discuten un poco pero al final se tranquilizan ambos y comenzar a hacer las actividades juntos, dejando de lado todos tus pendientes para ayudarlo.

Te das cuenta que tiene que hacer una actividad en la que tú no sabes cómo explicarle el procedimiento, observas un video en internet para poder saber cómo se hace y entonces logras apoyar a tu hijo, al terminarla observas que lograron hacerla correctamente y que tu hijo se siente feliz de haber logrado hacer algo que no sabía.

Finalizan las tareas de la escuela, pero aun te falta realizar lo que dejaste pendiente, entonces comienzas a hacerlo aun cuando ya te sientes cansada. Al terminar quisieras descansar un poco, pero tus hijos quieren que juegues con ellos, te das el tiempo de hacerlo y divertirte junto a ellos.

Ahora si te tomas un tiempo, te recuestas un rato en tu cama, respiras profundo y te permites experimentar tus sentidos de una forma muy aguda, sientes la textura de tu ropa en todo el cuerpo, comienzas a escuchar cada detalle de tu alrededor, percibes los olores cerca de ti, alejas todos tus pensamientos y simplemente te centras en el aquí y el ahora, en tú respiración.

Cuando te sientas relajado, relajada, realizas una respiración profunda y comienzas a abrir tus ojos lentamente.

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