Problematización de los géneros literarios

I.P.E.S. Paulo Freire

TEORIA LITERARIA[pic 5]

Profesorado en educación Secundaria de Lengua y Literatura

Ciclo Lectivo: 2017

Alumnos: Arancibia, Elena.        

Profesor: María

Tema: Problematización de los géneros literarios.

La tensión entre lo canónico y lo marginal

        Hay olor a muerte

Un obrero está por suicidarse,

todos hacen la vista gorda.

• ¡Es tu culpa! -grita- Mientras se lanza de un puente color carmesí.  
• Yop, comosellame.

La literatura, deforme creación de mundos posibles y ficticios, siempre fue campo de batalla, y también de gloria para aquel que en un regocijo brilló de tanto poder, sin embargo, la resistencia popular literaria aún sigue escupiendo versos que gritan a sollozos por encontrar un lugar como manifestación cultural. Pues, la partición de géneros literarios tradicional excluye algunas formas contraculturales que tienen características reconocibles de los supuestos que componen la literaturidad^[1], no obstante, aún no poseen categorización literaria.

        Es cierto que varios literatos en su momento no fueron reconocidos como tales, y hoy tienen su lugar en los géneros literarios. Muchos de ellos tuvieron un arma en común, la palabra, y a través de ella expusieron una realidad -de tantas- o percepción de ella, enmarcada dentro de relatos de denuncias sociales, por consecuencia, los lineamientos hegemónicos vigentes impuestos por consensos direccionados desde ciertos estratos de poder, en la tarea de selección de obras, decidieron omitir esta pluralidad de voces.

        Muchos de los literatos buscaron un lugar de refugio, ¡un lugar!, dentro de la cultura literaria, lucharon desfavorablemente y solo pudieron ganar, una vez ese genio creador subversivo rumbo a la tumba se fue con ellos. Por ejemplo, el intelectual, Echeverría escribió arduas obras literarias, que fueron calladas por el poder de turno. Esteban cometió el penoso error de reflejar la vida del mal llamado salvaje, del pobre, del que pensó diferente, sus obras se publicaron tiempo después de su muerte, a través de una recopilación. Otro ejemplo, el periodista y escritor Walsh, a través de su literatura militante e incluso comprometida, no solo fue callado, vivió y murió convirtiéndose en el eterno héroe literario de los diferentes, desapareció en la última dictadura militar.

        Esta literatura considerada marginal, no por ser poco llegadora, sino por no poder llegar a los mecanismos que ejercen macropoder, como empresas o el mismo Estado, es cruelmente despreciada e ignorada. A veces, fugazmente es reconocida dentro de medios de comunicación alternativos, populares o digitales. ¿Será que los literatos de estas categorías solo buscaron un lugar en la cultura literaria? Cesar Gonzales dice: ‘’Aparte de excluirte económicamente, te excluyen cultural y simbólicamente. Te excluyen porque sos el negro de una villa, el negro de mierda, vas a ser chorro, obrero y nada más’’^[2]. Actualmente, Camilo Blajaquis -nombre artístico- es un escritor y expositor, denunciante social, de una realidad bastante cruda, civilizada, ¡claro que civilizada!, pues, no hay documento de cultura que no lo sea, al mismo tiempo, de barbarie^[3].

        Es cierto que el progreso trae beneficios, pero eso no quita que la historia se halla escrito con sangre, es cierto también que el consenso social trae armonía a los Estados, pero cuando existe acuerdo, hay opresión. Estas formas de reconocer legítimamente a la literatura, encajan perfectamente en las teorías del consenso en donde el orden es necesario para el funcionamiento de la sociedad, sin embargo, el motor del cambio es el conflicto, y es en ese instante en donde lo que realmente trae progreso no solo cultural o literariamente, sino espiritualmente, es la ruptura, que es esencial para la creación del arte y de nuevos movimientos literarios. Estas rupturas vomitan realidades fuertes mediante colores, formas, letras y palabras. Se manejan en distintos ámbitos y con distintas disciplinas.

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