Argumentar e indagar

Argumentar e indagar.

A fin de poder argumentar de manera consistente, es necesario indagar en los hechos, averiguar las hipótesis que pueden explicar esos hechos y presentar como conclusión la hipótesis que juzguemos correcta.

Argumentar no puede consistir simplemente en reiterar nuestra conclusión, si no que explicar el proceso que nos llevó a ella.

Para argumentar es importante aprender a pensar críticamente, es necesario examinar las opiniones contrarias, evaluarlas, hacer distinciones y matizar, o si es el caso, refutar las afirmaciones de la contraparte.

En la refutación como en la confirmación de las propias son necesarias la claridad y el orden. Para la claridad es de ayuda la brevedad, utilizar argumentos cortos, y palabras sencillas.

En la progresión de la argumentación debe entenderse el orden lógico y/o psicológico de los razonamientos.

Análisis y síntesis en la argumentación.

Las funciones básicas de la mente son el análisis y la síntesis.

En el análisis entran en función las preguntas que ayudan a desmenuzar los elementos a partir de una visión de conjunto, es decir profundizar los elementos hasta sus partes más simples.

El análisis permite separar, aislar, desligar los diversos elementos de un hecho a fin de esclarecer y desenmarañar ingredientes que lo presentaban como un hecho complejo y confuso.

Lo contrario al análisis es la síntesis, la cual no puede hacerse sin el primero. La síntesis supone la selección de rasgos clave que primero se descubrieron en el análisis y se agrupan de modo sintético y convincente. Con la síntesis la fuerza se concreta sobre un elemento fundamental que construirá la base de la argumentación.

“Es la fusión de elementos que tienden al mismo punto en un foco central que en su fuerza concreta ilumina lo disperso del conjunto”.

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