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Enviado por   •  30 de Mayo de 2013  •  1.399 Palabras (6 Páginas)  •  345 Visitas

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LOS ARGUMENTOS POR COMPARACIÓN O ANALOGÍA

II. EL ARGUMENTO A FORTIORI

 

 

Índice:

El argumento a fortiori

Argumentum a maiore ad minus

Argumentum a minore ad maius

La pregunta que argumenta

Combinación de argumentos

Resumen

 

 

Quien faze la canasta fazerá el canastillo Arcipreste de Hita.

 

La comparación con ejemplos mayores y menores: el argumento a fortiori

 

Al razonar por analogía con un argumento a pari, nos fijamos únicamente en la existencia de una semejanza, dando por supuesto que es del mismo grado en ambos casos. No sólo decimos, por ejemplo: ambas son inteligentes, sino: tan inteligente es la una como la otra. Basados en ello argüimos que lo válido en el primer caso debe serlo en el segundo por la misma razón.

 

Del mismo modo, podemos utilizar ejemplos en los que aquello que comparamos (la misma razón) es mayor o menor en un caso que en otro. De este modo llegamos a la conclusión con más fuerza (a fortiori), a mayor abundamiento, con mayor razón.

 

Juan es más alto que Pedro.

Luego si Pedro alcanza, Juan alcanzará por la misma razón, pero aumentada.

 

Los casos siguen siendo cualitativamente iguales (ambos son altos), pero la cantidad del aspecto que comparo varía, así es que el argumento gana en contundencia.

 

Tornó a probar [Don Quijote] si podía levantarse; pero si no lo pudo hacer cuando sano y bueno, ¿cómo lo haría molido y casi deshecho?

 

Este argumento se tomó prestado de las matemáticas:

 

                     Si A es mayor que B, y B mayor que C, con más razón A es mayor que C

 

Caben aquí dos posibilidades: podemos comparar nuestro caso con uno mayor o con uno menor, es decir, podemos probar las cosas menores por las mayores y, al revés, las cosas mayores por las menores.

 

Si Pedro alcanza, más alcanzará Juan porque es más alto (alcanzará con más razón).

Si Juan no alcanza, menos alcanzará Pedro (que es más bajo) (no alcanzará con más razón).

 

            a. El argumento de mayor a menor: Cuando apelamos a un ejemplo en el que la razón se da en un grado mayor que en nuestro caso, el viaje de lo conocido a lo desconocido transcurre de lo más a lo menos (argumentum a maiore ad minus):

              

        Si vale para lo que es más, vale para lo que es menos:

Fedra— Cuando a los nobles les parece bien lo vergonzoso, con mayor razón le parecerá hermoso al vulgo.[1]

 

        Quien puede lo más, puede lo menos:

A los que hemos desalojado de las alturas, ¿dudaremos de enfrentarlos en campo raso?

Sin duda golpea a sus vecinos quien hasta a su padre golpea.[2]

 

           Si no puede lo más, tam­poco podrá lo menos:

Si cuatro legiones no bastaron, menos podrán dos.

David fue el más señalado en santidad, Sansón en fuerza y Salomón en sabiduría, y a todos tres los sacaron de quicio las mujeres. Pues ¿quién se podrá en esta parte apoyar sobre sus fuerzas, virtud y literatura? (Hornero)

 

        Quien da lo más, da lo menos.

Hacia el siglo XI, los partidarios del obispo de Roma sostuvieron que quien da lo más, da lo menos; que los cielos envolvían la tierra, y que si Pedro tenía las llaves del continente, tenía también las llaves del contenido.[3]

 

 

b. El argumento de menor a mayor: Cuando aportamos un ejemplo menor, vamos de lo menos a lo más (argumentum a minore ad maius). Escojo un ejemplo que queda superado por la cosa de que se trata:

 

        Si está prohibido lo menos, está prohibido lo más:

Si está prohibido causar heridas, está prohibido matar.

Si está prohibido andar por el césped, está prohibido arrancarlo.

Si está prohibido gritar en el aula, con más razón lo estará en la biblioteca.

          

            Si es posible en malas condiciones, más lo será en las buenas:

 

Don Quijote— El toque está en desatinar sin ocasión y dar a entender a mi dama que si en seco hago esto, ¿qué hiciera en mojado?

 

        Si es malo en lo menos, peor será en lo más:

Quien no tiene ánimo para dar un jarro de agua al que ha sed, no tendrá lástima de quitar el pan al hambriento.[4]

Un hombre que, viendo que teníamos éxito, se atrevió a traicionarnos ¿qué nos habría hecho si hubiéramos fracasado?

Y

...

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