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Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  792 Palabras (4 Páginas)  •  235 Visitas

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¿Por qué nos gusta tanto el fútbol

Es un asunto en el que he pensado con cierta frecuencia, y ahora, con esta alegría tan descomunal que acaba de darnos a todos la selección de basket, me martillea la cabeza con frecuencia. ¿Por qué es el fútbol, si no el deporte rey (prefiero esta bonita denominación para el atletismo) el más popular a nivel planetario, hasta el punto de ser reconocido como el fenómeno social por antonomasia de nuestro tiempo? ¿Por qué lleva en las preferencias de la mayor parte de los aficionados esa ventaja tan sideral al resto de manifestaciones deportivas, y en particular al baloncesto, su máximo perseguidor? Voy a intentar sintetizar en estas pocas líneas las que a mí me parecen mayores razones para tamaño desequilibrio.

El primer argumento proviene de la sencillez de su práctica: basta conseguir un grupo de gente dispuesta a jugar, y algo que haga las veces de balón: yo he visto jugar a fútbol con botellas vacías, con latas de coca-cola, con trapos engurruñados, con pelotas de tenis… Para hacer las porterías, nada más sencillo que poner cuatro piedras o similares en el suelo. Se sortean los equipos, ¡¡¡y a jugar!!! No hace falta una canasta como en baloncesto, ni una red como en volley, y la propia naturaleza del balonmano, por ejemplo, hace indispensable las dos dimensiones de la portería y plantea graves restricciones sobre la forma y las características de la bola.

Abundando en lo anterior, las reglas del fútbol son realmente sencillas, y a diferencia de muchos otros deportes, se han mantenido prácticamente invariables en lo fundamental con el paso de los años. Ninguna innovación del calibre de, por ejemplo, el lanzamiento triple en baloncesto, ha sido introducida en mucho tiempo, y esto facilita la comprensión y el desarrollo del partido. Incluso la regla más difícil y, a la vez, más científica del fútbol, el fuera de juego, tiene su origen en hechos realmente simples, casi de perogrullo: la necesidad de evitar aglomeraciones en el área que sólo conducen al barullo y también la deshonestidad y caradura del típico “ratonero” que no baja a ayudar a sus compañeros y se queda a esperar junto al portero un rebote o pase largo que le habilite para lograr un gol con el mínimo esfuerzo. Por otro lado, el hecho de que se dispute en tiempo real añade un componente importante de cercanía; en baloncesto, por ejemplo, la acumulación de tiempos muertos puede desconectar a un espectador del partido, especialmente si es televisado, Excepto en Norteamérica, claro donde se asumen los parones con curiosa naturalidad.

Una razón de índole completamente diferente, que también ha apuntado Dadancuando hablábamos de esto, es que casi cualquier cualidad fisica o técnica, explotada adecuadamente, puede conducir al éxito (en mayor o menor grado) en este deporte: se puede vivir casi exclusivamente del golpeo con la derecha, como Beckham; del regate, como Onésimo o el Burrito Ortega; de la velocidad, como Roberto Carlos; de la capacidad de utilizar adecuadamente un cuerpo inmenso, como Jancker oQuinn, o el bajo centro de gravedad, como Munitis… Y como contrapartida, se puede ser muy bueno en fútbol con lastres que incapacitarían casi para cualquier otra actividad deportiva: Salinas era un manual de problemas de coordinación, Zidane fue lentitud pura, la cintura de Koeman era de plomo, Garrincha fue zambo, Uwe Seeler tenía un pie más grande que otro… y todos se sobrepusieron aprovechando al máximo para triunfar las cualidades que sí tenían. Así, el fútbol está abierto casi a cualquiera, no debes ser un atleta como en voleibol, ni ser alto o con coordinación espectacular como en basket, ni un armario como en balonmano. Basta que lo que sepas hacer, consigas hacerlo realmente bien.

Para terminar, tengo que hablar de lo que me parece la razón suprema, lo que hace al fútbol lo más grande: el GOL. Ese elemento extraño que posee un carácter precioso que no tiene el “tanto” en ningún otro deporte. Es un descomunal generador de tensión cuando hay pocos o el partido está igualado, y el hecho de ver muchos en el mismo partido convierte automáticamente a éste en un evento prácticamente inolvidable. Es su escasez lo que los hace tan preciosos, sin contar el hecho de que pocas cosas hay tan míticas como ser testigo directo de un gran gol, o que este se consiga en un partido importante. Por otro lado, los goles resumen los partidos de manera tajante, lo cual desde el punto de vista mediático es primordial. Así, en este caso, el lugar común es bien cierto, los goles son la salsa del fútbol. Nada que ver con las decenas de canastas en un partido de basket, o los puntos del volley o los goles del balonmano. Un gol es un tesoro.

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