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Biografía de Esopo


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2011  •  Biografías  •  373 Palabras (2 Páginas)  •  588 Visitas

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Biografía de Esopo.

vivió alrededor del 600 a. C.1 Heráclides Póntico, lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon.2 Fedro en sus fábulas esópicas, recopilación de fábulas de Esopo, le sitúa en la ciudad de Frigia. Suidas también dejó escrito que procedía de la misma ciudad.2 En un escrito atribuido a Planudes, atribuye el lugar de nacimiento de Esopo en Amorium de Frigia.2

En la época clásica su figura se vio rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.

Fue asesinado en Delfos, tras una acusación falsa de robo.

Fábula: La zorra y la cigüeña.

Sintiéndose un día muy generosa, invitó doña zorra a cenar a doña cigüeña. La comida fue breve y sin mayores preparativos. La astuta raposa, por su mejor menú, tenía un caldo ralo, pues vivía pobremente, y se lo presentó a la cigüeña servido en un plato poco profundo. Esta no pudo probar ni un sólo sorbo, debido a su largo pico. La zorra en cambio, lo lamió todo en un instante.

Para vengarse de esa burla, decidió la cigüeña invitar a doña zorra.

-- Encantada -- dijo --, yo no soy protocolaria con mis amistades.

Llegada la hora corrió a casa de la cigüeña, encontrando la cena servida y con un apetito del que nunca están escasas las señoras zorras. El olorcito de la carne, partida en finos pedazos, la entusiasmó aún más. Pero para su desdicha, la encontró servida en una copa de cuello alto y de estrecha boca, por el cual pasaba perfectamente el pico de doña cigüeña, pero el hocico de doña zorra, como era de mayor medida, no alcanzó a tocar nada, ni con la punta de la lengua. Así, doña zorra tuvo que marcharse en ayunas, toda avergonzada y engañada, con las orejas gachas y apretando su cola.

Para vosotros escribo, embusteros: ¡ Esperad la misma suerte !

No engañes a otros, pues bien conocen tus debilidades y te harán pagar tu daño en la forma que más te afectará.

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