Comentario Crítico De Jóvenes En Serie

Estoy de acuerdo con Tomás Salas, es fácil porque justifica adecuadamente sus afirmaciones. Con lo que no me gustaría estarlo es con el derrotismo que desprenden sus palabras del final del texto: la casi imposibilidad de que sean posiciones éticas las que configuren los grupos humanos; la pregunta retórica de ¿Qué queda a nuestros jóvenes?; la comodidad e inacción que atribuye a los jóvenes a los que acusa de preferir lo alicorto y modesto pero seguro de las preferencias estéticas, antes que los principios éticos; la ironía final con la alusión al fútbol, etc.

La alusión al fútbol evidentemente no es casual, porque es el deporte más practicado en este país y que mueve masas e ingentes cantidades de dinero. Millones de personas ven los llamados en los medios de comunicación “partidos del siglo” (de los cuales hay varios cada año). El autor lo coloca como ejemplo de algo que incorpora al individuo a un grupo, en definitiva, a una tribu. Es como decir que en la sociedad actual están los emos, los rockeros, los pijos, los del Barcelona y los del Madrid.

Internet es, probablemente, el arma más poderosa de la globalización. No sé si la globalización es mala o buena en sí misma, pero no puedo evitar sentir cierta simpatía por los llamados movimientos antiglobalización, porque me da la impresión de que defienden al individuo y sus libertades y peculiaridades, por encima de la alienación que parecen querer imponer los dirigentes de los países más poderosos.

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