Don Alfredo
jarturom16Resumen22 de Octubre de 2018
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Es una hermosa tarde de verano, viendo el atardecer dijo Don Alfredo sentado en su silla al borde de un peñasco y viendo su horizonte, el sol asomaba su luz entre las nubes llenando el valle con su resplandor, a lo lejos divisa los cafetales verdes con sus frutos rojos que brillaban por lo maduros que están, es tiempo de cosecha dice a viva voz sin que nadie lo escuche y viendo tan hermoso paisaje decide que es hora de marcharse a su hogar, se levanta toma su machete se sacude el polvo se su pantalón y camina entre trillos hechos por el mismo de tantas veces que fue a su lugar de estar, en el camino piensa en lo que ha vivido y vivirá a pesar de su avanzada edad, con su lento andar y todo el camino que aún le falta recorrer de pronto en su camino se topa a Don Julio y a su joven nieto Roberto, don julio lo saluda muy calurosamente y le presenta a Roberto que a su corta edad es muy cordial y con un aire emprendedor,
- Me alegra verlo Don Alfredo, dice Don julio con su voz fuerte.
- Como esta mi amigo tiempo de no saludarlo
- El es mi nieto Roberto camina conmigo por las tardes
- Es muy valiente el chiquillo caminar tanto con su abuelo (mientras revolotea su cabello)
- Claro de hecho vamos para la casa ya es un poco tarde son pasadas las 4 debemos llegar a cenar
- Los acompaño en su andar.
- Vamos Don Alfredo.
Mientras caminaban los tres, historias van y vienen, contando remembranzas, recuerdos y anécdotas, atentamente escuchaba el pequeño Roberto, preguntando algunas cosas mientras los 2 abuelos hablaban de sus hazañas.
Dice Don Alfredo: recuerdo que en mis tiempos la vida es diferente más tranquila sin tanto apuro no como hoy en día que veo a mis hijos pensar en el mañana sin que llegue el día veo que la vida no la disfrutan, pero que podemos hacer Julio viejo amigo, ya nosotros vivimos la vida y la disfrutamos mientras dure diciendo entre risas de nostalgia. Siente ese olor de los corrales y lecherías es único Don Alfredo comenta Don Julio, caminaban entre trillos y el sol se ocultaba entre las montañas y apenas se lograba ver las primeras estrellas en la penumbra de la tarde, ya casi llegamos dice Don Julio ya huele a frijoles recién hechos y desde acá veo el humo de las chimeneas donde nos están llamando para cenar. Ya son casi las 6 viendo su viejo y empolvado reloj, sucio por el polvo del campo que labra Don Alfredo.
-Mi viaje a llegado a su fin Don Alfredo gusto el acompañarlo viejo amigo espero que el camino nos vuelva a unir para seguir contando anécdotas le comenta Don julio
- Hasta mañana mi amigo que la pase bien con su familia y que la cena le aproveche.
Siguiendo su camino cerca de su casa ya pasadas las 6 de la tarde Don Alfredo se detiene por un momento para ver la oscuridad de la noche que lo termina de acompañar a su casa.
Toca la puerta de madera con rendijas entre sus tablas que a su vez deja pasar el suave calor de las brasas y el acogedor calor de su hogar.
Adelante la puerta está abierta dice su señora, Don Alfredo pasa sin pensar, llega hasta la cocina donde su esposa Doña Alba.
-Vieja, estuve donde acostumbro ir a descansar después del trabajo, estuve viendo los cafetales y ya están listos para cosechar, los granos ya están rojos de lo maduros que están le comenta mientras se sienta en la silla donde acostumbra cenar.
- En un momento le sirvo la cena viejo, exclama Doña Alba mientras termina de secarse sus manos en su delantal
- Si, vieja dice Don Julio con un tono de agradecimiento.
- Sería bueno que le digas a Don Tomas que sus cafetales ya están listos para la recolecta porque el capataz de su finca por andar tomando no le pone interés a su trabajo.
- Si mañana busco a Don Tomas y le digo tal vez pueda ayudarle en la recolecta.
Al calor de la chimenea, mientras terminaba de saborearla rica cena preparada por su esposa, escuchando la leña arder pasaron las horas, decidieron que era hora de descansar paso la noche.
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