EL HOMBRE EN FRENTE DE MÍ

                                          EL HOMBRE EN FRENTE DE MÍ

¿Qué es el hombre, y porque se interesa en su reflejo? Deseo de importancia, conocimiento, o solo una necesidad innata de esto…Posiblemente un poco de todo esto, o nada.

El hombre en su ignorancia acepta y rechaza conocimientos, dependiendo del efecto de estos en é (claro está); lo cierto es que el deseo de importancia de este es innato, pero ¿Cómo satisfacerlo? Talvez buscándolo en su reflejo, y ¿Por qué no? Allí puede ver todo eso que le enorgullece, pero también eso que le entristece, pero como ser inteligente es lógico que busque la perfección, aun no sabiendo exactamente qué significa esta. Pero no solo contemplando su reflejo satisface su deseo de importancia, no lo considera suficiente, por ello quiere que los demás le den esa importancia que él amerita y desea.

“El hombre es un ser social por naturaleza”, constata Aristóteles que el hombre nace con la característica social, y la va desarrollando a lo largo de la vida, ya que este necesita del otro para sobrevivir, este necesita del otro para conocerse, la pregunta es ¿el conocimiento que el hombre obtiene mediante los otros lo acepta lo rechaza?

Si se considera al hombre como un espejo, dado que este es un ser social, cada relación entre individuos podría considerarse como un espejo infinito; mi ser se refleja en el otro, y el otro se refleja en mí, y al tiempo su imagen rebota hacia él, dado que soy un espejo; por ello se supone que la vida del hombre está determinada en parte por los demás.

Si se da inicio a una relación con otra persona, es normal identificar sus cualidades, ahora, hay ciertas cualidades que le agradan al hombre de esta otra persona, y esto está sumamente relacionado con esas cualidades que son del total agrado del hombre, es decir lo que me gusta del otro me gusta de mí, y sobra decir que lo que me disgusta del otro, es eso que me disgusta de mí mismo.

Dado que el hombre es un ser social, y considerándolo como un espejo, este por medio de las relaciones sociales puede darse a conocer, obtener autoconocimiento y con este obtener equilibrio en su ser; aceptando la similitud que hay entre él y el otro ser; dejar las expectativas egoístas; aceptar a los demás y auto aceptarse.

“Hay dos maneras de difundir la luz, ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja”

                                                         Edith Wharton

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