El Zarco

El Zarco

Introducción

Es una novela histórica que narra los episodios de lucha, amor y venganza desencadenados en Yautepec, Morelos, por la violenta invasión bandolera en la tierra caliente. Que asoló la región central de México, ante disturbios político-militares entre 1861 y 1863, luego de la guerra reforma o guerra de tres años, e inicio de la segunda intervención francesa en 1862.

Centrado aún más a la historia esta nos habla también de la historia de amor que surge entre la muchacha más hermosa y cuidada del pueblo de Yautepec, Manuelita, y el jefe de la banda de bandidos los plateados.

Desarrollo

Una noche de agosto de 1861, la población se refugió temprano en sus viviendas a causa del terror que tenían a los bandoleros, llamados o apodados como los plateados, pues se dedicaban a saqueos, matanzas, secuestros, quemas y exterminios en pueblos y haciendas aledañas en la región sur del Estado de México. Yautepec no estuvo exento de estos ataques, por lo que durante el día colocaron vigías en las torres de las iglesias para advertir a la población de la llegada de los bandidos, de esta manera, los habitantes de tenían tiempo de esconderse en sus casas o en las iglesias. Pero siempre fue imposible montar esas vigías de forma nocturna por lo que durante la noche el pueblo siempre estaba expuesto a los ataques de dichos forajidos.

 La guardia civil no pudo intervenir porque estaba en medio de una guerra civil, dejando libres a los bandidos. Este crimen fue introducido al país por el español Cobos. Los bandoleros eran conocidos como los plateados por su vestimenta similar a la del charro actual solo que llevaban algunos adornos de plata.

Hablando desde la perspectiva centrada de la vida de Manuela se dice que ella era una joven de 20 años, tez pálida, ojos negros, cejas aterciopeladas, cabello negro y residente de dicho pueblo. Esta vivía con su madre una anciana honrada y de buenas costumbres. En dicho lugar también vivía su ahijada Pilar quien era de la edad de Manuela, Pilar era una joven criolla que se denominaba como la hija humilde del pueblo y tenía un carácter opuesto a Manuela debido a que era huérfana pero Doña Antonia (Mamá de Manuela) se había encargado de cuidar desde pequeña.

Doña Antonia le ha reprochado a Manuela el rechazo que le tiene a Nicolás quien es un joven trigueño del tipo indígena bien marcado pero con un cuerpo esbelto, fortachón, ojos negros y dulces, nariz corva, boca grande y varonil, que busca casarse y cortejar a la señorita Manuela, esta le recalca el rechazo a Nicolás por denominarlo como un indio horrible por ser un muchacho de pueblo y herrero de la hacienda Atlihuayan.

Pasando al otro lado de la moneda encontramos a los famosos “Plateados” o bandidos

De este lado de la moneda se encuentra “El zarco” Hombre de 30 años, alto, bien dotado físicamente, espalda ancha y literalmente cubierto de plata, este bandido era temido y respetado por el verdor de sus ojos, a su vez vestía una chaqueta de paño oscuro con bordados de plata, calzoneras con doble hilera de chapetones de plata unidos por cadenillas y agujetas del mismo metal; se cubría con un sombrero de lana oscura, de alas grandes y tendidas, y que tenían tanto encima como debajo de ellas una ancha y espesa cinta de galón de plata bordada con estrellas de oro; rodeaba la copa redonda y achatada una doble toquilla de plata, sobre la cual caían a cada lado dos chapetas también de plata, en forma de bulas rematando en anillos de oro Llevaba, además de la bufanda de lana con que se cubría el rostro, una camisa también de lana debajo del chaleco y en el cinturón un par de pistolas de empuñadura de marfil, en sus fundas de charol negro bordadas de plata. Sobre el cinturón se ataba una canana, doble cinta de cuero a guisa de cartuchera y rellena de cartuchos de rifle, y sobre la silla un machete de empuñadura de plata metido en su vaina, bordada de lo mismo.   , dicho bandido vivía en una hacienda abandonada llamada Xochimancas, esta era la guarida de los desalmados malhechores, ahí tenían escondidos a los ricos que secuestraban y a los que torturaban, les cortaban los dedos y las orejas para chantajear a sus familias y presionarlas a pagar su rescate.

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