El zarco
Gabriela AlvarezEnsayo27 de Noviembre de 2021
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AUTOR: ALTAMIRANO IGNACIO MANUEL
TITULO DEL LIBRO: EL ZARCO
PERSONAJES PRIMARIOS: MANUELA, EL ZARCO
PERSONAJES SECUNDARIOS: DOÑA ANTONIA. PILAR, NICOLÁS, DOÑA ANTONIA, LOS PLATEADOS, PRESIDENTE JUAREZ
PERSONAJES TERCIARIOS: EL PREFECTO, LA FAMILIA EXTRANGERA, FELIX PALO SECO, JUAN LINARES, EL TIGRE, EL COYOTE, SALOME PLASENCIA, EL JINETE, EL VIGILANTE, EL AMARILLO, MARTIN SANCHES CHAGOLLAN, JUAN.
INICIO: Yautepec una población de tierra caliente, donde los naranjos y limones florecen todas las estaciones, este conjunto oriental cambia por la mezcla de otras plantas americanas como los platanares, mameyes y zapotecas.
En 1854 perteneciendo Yautepec aun al estado de México, hizo un recuento de sus árboles en esta parte de la población, se encontró que se contaba con más de quinientos mil árboles. La población en esta zona vivía casi exclusivamente de sus árboles frutales y antes de que existiera el ferrocarril de Veracruz, el poblado de Yautepec abastecía únicamente naranjas y limones a la ciudad de México.
Se dice que un apacible rio transparente no es violento más que en las crecientes del tiempo de lluvias, que divide el pueblo y el bosque atravesando la plaza. Ese rio es verdaderamente el Dios fecundador de toda la comarca y el padre de los dulces frutos que nos refrescan durante los calores de verano, y que alegran las fiestas populares en México en todo el año.
Pero una tarde de agosto del año de 1861 el pueblo de Yautepec parecía envuelto en las sombras de la noche.
Los vecinos que peculiarmente después de sus tareas diarias, solían salir a tomar aire fresco, no se atrevían a salir de sus casas, y es que, a esas horas en Yautepec y en los pueblos de los alrededores había peligro de un asalto de los bandidos con los horrores de matanza, raptos, incendios y exterminio.
El carácter de aquellos bandidos conocidos como los plateados fue algo extraordinario y excepcional, una explosión de vicio, crueldad y de infamia que no se había visto jamás en México.
Los bandidos sabiendo de la dificultad que tenía el gobierno para perseguirlos, se habían organizado en grupos de cien, doscientos y hasta quinientos hombres, y así recorrían impunemente toda la comarca, imponiendo fuertes contribuciones a las haciendas y a los pueblos, estableciendo por su cuenta peaje en los caminos y poniendo en práctica todos los días el secuestro de personas, a veces los plateados se establecían en un cuartel general desde donde se ordenaban los asaltos y plagios, allí también solían tener los escondites en que encerraban a los plagiados dicho cuartel se encontraba en Xochimancas, hacienda no tan lejos de Yautepec.
DESARROLLO: Una tarde en el poblado de Yautepec en el patio de una casa pobre, pero de graciosa apariencia que estaba situada a las orillas del poblado y sobre los bordes del rio, bajo los árboles de su frondosa huerta de limones, naranjas y platanares, se encontraba una familia compuesta por una señora de edad y dos hermosas jóvenes.
Una como de veinte años un poco pálida para ser de tierra caliente soberbia y de ojos obscuros y vivaces, ella estaba sentada en un banco rustico, entretenida enredando su trenza con una guirnalda de rosas blancas y caléndulas rojas.
La otra joven tendría unos dieciocho años era morena con ese tono suave y delicado de las criollas que se alejan del tipo español, sus ojos grandes y obscuros y en su boca se dibujaba una sonrisa triste cada vez que su compañera se burlaba de ella, se podría decir que su carácter era opuesto al de la otra, pero al igual que su compañera colocaba en sus trenzas una guirnalda de azares que había cortado de los limonares y naranjos.
Manuela burlándose de ella dijo esa tonta no puede terminar de poner las guirnaldas en sus trenzas y todo por querer cortar los azares más frescos y más altos, y es que, quiere casarse pronto y a toda costa.
Replico Pilar eres tú la que quiere casarse, ya que, usas y escoges los azares de preferencia, yo, no pienso casarme todavía por lo cual uso las flores que a mí me agradan además con esa corona de azares pareciera que vestirás de muerta, así entierran a las doncellas.
No hablen de esas cosas grito la señora, los tiempos no están para hablar de cosas tristes, y tú, Manuela deja que Pilar se ponga las flores de su agrado.
Manuela dijo que para que se ponían tantas flores si no podían salir a lucirlas al baile que había en el pueblo o por lo menos asomarse por la ventana, bonitos tiempos dijo la señora ¿para qué querríamos más fiestas? Si tenemos que vivir escondiéndonos de los plateados, no veo la hora en que venga mi hermano de México y nos lleve, aunque sea a pie, en esta tierra es imposible vivir ya no es vida la que llevamos en Yautepec. Por las mañanas nos asustamos si suena la campana, corremos a escondernos a la casa de cualquier vecino, por la tarde no podemos caminar por la plaza sin pegarnos un susto y por la noche no podemos dormir escuchando gritos y disparos. No podemos vivir de esa manera, no se habla más que de robos y asesinatos. Con tantos sustos a diario me preocupa tenerte aquí Manuela dijo la señora, todos en el pueblo me dicen que debo enviarte a Cuernavaca o a México. El pueblo dice que eres muy bonita y que si te ven los plateados podrían irrumpir por la noche y llevarte.
Y si no viniera mi hermano no quedaría otra opción que el que te cases.
¿Y con quien debería casarme? dijo Manuela
Con Nicolás respondió la madre, él te quiere y seria dichoso que le dijeras que sí, hace más de dos años viene día a día a visitarte sin importarle las lluvias, los peligros y desaires tan injustos que le das, pero él tiene esperanzas de convencerte con su cariño y aceptes ser su esposa.
Que podría hacer Nicolás contra los plateados si solo es el herrero de la hacienda de atlihuayan, si el dueño de la hacienda siendo el un señorón no puede hacer nada contra ellos dijo Manuela.
Nicolás es un hombre valiente y que todos en la hacienda de Atlihuayan lo quieren mucho y los plateados no se atreverían a hacer nada contra ti dijo la madre.
No quiero casarme con él, prefiero cualquier cosa antes de juntarme con ese hombre, incluso prefiero a los plateados dijo Manuela.
Momentos después escucharon llegar a Nicolás, Pilar se levantó y fue a abrir la puerta, Nicolás entro hasta el jardín donde se encontraba Manuela y su madre, se sentó junto a ellas y la madre pregunto ¿Qué noticias nos traes Nicolás? Nicolás respondió hace algunos días los plateados se llevaron al purgador de la hacienda de San Carlos y el día de ayer por la mañana mataron a unos arrieros que iban de Cocoyoc al camino a México.
La señora atemorizada respondió no veo el día en que pueda irme a México con mis hijas.
A lo que Nicolás contesto. Si usted quiere irse a México en estos días podría ser posible, ya que un grupo de soldados de Cuernavaca viene para acá, queriéndose encontrar con un grupo de plateados que hace algunos días mataron a una familia de extranjeros que se dirigían para Acapulco.
Ya por la noche un jinete caminaba sobre un sendero obscuro en cuanto llego a un cruce fue por el camino hacia Yautepec dejando a su espalda la hacienda de atlihuayan, llegando a un estrecho camino , el jinete bajo de su caballo y empezó a caminar cuando alcanzo a escuchar que un caballo bajaba por la colina y cuando alcanzo a verlo se escondió en unos matorrales, el hombre vestía muy elegante y, a decir verdad tenía la apariencia de bandido, el cual se dirigía hacia Yautepec y cuando llego a su destino se aproximó a una cerca, y no tardo en aparecer una figura blanca y el plateado dijo en voz baja ¿eres tú Manuelita? y ella respondió Zarco mío aquí estoy. Aquel Zarco era el famoso bandido que había llenado de terror toda la comarca.
Aquella cerca no era tan alta y gracias al tronco del zapote Manuelita podía tener frecuentes entrevistas nocturnas con aquel bandido. Aquel hombre no bajaba de su caballo aun cuando hablara con su amada siempre preparado para siempre preparado para una huida o una pelea mientras tanto, doña Antonia madre de Manuela no estaba al tanto de las frecuentes entrevistas de su hija, pero las huellas de patas de caballos no tenían sentido para ella.
Esa noche Manuelita estaba ansiosa por ver a su amado, y, en cuanto lo vio le dijo que pensó que no volvería a verlo, a lo que el Zarco respondió que casi no regresaba porque había tenido una pelea y casi lo matan entonces Manuela le pregunto si él tenía algo que ver con la matanza de Alpuyeca y el respondió que comandaba a los plateados y sorprendido pregunto como ella sabía la noticia tan pronto, ella comento que el herrero de la hacienda de Atlihuayan había platicado sobre ese suceso con su madre por tal motivo su madre quería llevársela a México y manuela no quería irse y la única forma de impedirlo era casándose con el zarco a lo que él le contesto que ella estaba acostumbrada a otro tipo de vida de las que el llevaba ella llena de angustia dijo que aria lo posible por complacerlo.
El la beso tan apasionadamente tal como un hombre enamorado besa a la mujer que ama.
Alejándose de ella, dijo, no hay otra salida más que irnos juntos, pero no ahora, vendré por ti maña a las once de la noche quiero que estés lista con tus cosas, lleva el dinero y las alhajas que te he dado. Después del bolso de su abrigo saco unas pequeñas cajas y basándola se las dio y se alejó en su caballo.
Tan pronto la joven lo perdió de vista tomo una linterna y tan apresuradamente abrió las cajas que el Zarco le había dado en la primera había un costoso anillo, en la segunda unas pulseras en forma de serpiente y en la tercera un par de pendientes que aun llevaban sangre fresca, tomo las joyas y las enterró junto con las demás y entro a su casa.
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