El dramaturgo y poeta Federico García Lorca

YERMA

Esta es una novela escrita por el dramaturgo y poeta Federico García Lorca, quien nació en el año de 1898 y muere en el año de 1936.

Yerma, una mujer que por circunstancia de la vida es estéril, espera con gran ansiedad llegar a tener un hijo. Su marido, Juan, modesto ganadero y labrador de tierras propias, el piensa todo lo contrario de tener un hijo. Se casaron por petición del padre de yerma quien la obligo a casarse y ésta la aceptó, pensando que el era el futuro padres de sus hijos, pero lamentablemente no fue así. Al no cumplirse su afán de maternidad, comienza a de¬batirse entre la esperanza y la desesperación; a medida que ésta va sobrepasando a aquélla, el carácter de Yerma se endurece; vive en una tensión extrema que la va en-frentando consigo misma, con su marido y, en cierto modo, con la sociedad en que vive y con toda la natu¬raleza.

Juan, que se ha hecho a la idea de no tener hijos y aun a la comodidad de no tenerlos, quien aun no sabe que jamás podrá tenerlos debido a su esterilidad de ella al igual que el. Propone que adop¬ten a un sobrino, hijo de un hermano de Yerma, Ésta rechaza tal idea, porque su anhelo de maternidad propia de tener un hijo a quien le pueda dar amor y muchas felicidades. y sólo al concebir un hijo y al través de parto y crianza se podrá satisfacer.

Esta crea, piensa que si se hubiera casado con Víctor, el pastor, hubiera tenido hijos y su vida seria mejor; no sin cierta confusión, siente que amaba a Víctor y no ama a Juan y que es esa falta de amor por lo que cree que es la causa de que no hayan tenido hijos. Su concepto de la honra, senti¬miento más bien, le impide buscarlos en otro hombre que no sea su marido. Hundida en la desesperación, habla y actúa de manera que atrae la murmuración pública y Juan trae a casa a sus dos hermanas solteronas, como vigilantes de Yerma.

Acude ésta a casa de una vieja conjuradora, Dolores, que tiene fama de conocer remedios yerbajos y ora¬ciones, contra la infecundidad, y tiempo después acude a una romería que anualmente se celebra en la ermita de un santo famoso en toda la comarca porque trae fe¬cundidad a las casadas sin hijos. Allí, teniendo como fondo un pintoresco ambiente en el que cristianismo y paganismo se funden, Juan revela a Yerma su conoci¬miento de su propia esterilidad y de la de ella. Poco después, cuando intenta hacer el amor, Yerma lo estran¬gula ahorcándole el cuello y concluye la novela con sus terribles palabras deci¬sivas: he matado a mi hijo, yo misma he matado a mi hijo.

Aquí nos podemos dar cuenta la falta de amor y de desconfianza que existía entre ambos, por lo que conllevo a la muerte de su esposo. Ambos actuaban de manera diferentes y jamás estaban desacuerdo en cosas del hogar, si ellos hubieren tenido un poco de amor podrían haber soportado esta fatal noticia que los condujo

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