La Venganza.

La venganza es el cobrar, el hacer sufrir a aquel que nos ha hecho daño con un mismo o mayor dolor, para que sienta el mismo lo que se ha sufrido buscando así sentir el placer, la alegría, la conformidad y la satisfacción que sacie mi alma destruida y herida.

El barbero tal vez un hombre sencillo, honrado y simple quien aun cuando no deseaba el mal ni que otros sufrieran dolor o pena, es llevado por su alma a actuar cegado por la venganza la que le gobernó, le invadió y le llevo a hacerse igual o aun peor que su mismo enemigo. Es así como este sentimiento si así se le puede llamar a este cancerígeno elemento de destrucción, carcomió su alma tan terriblemente que le llevo perder el control de sí mismo dando como fruto la muerte tanto de su enemigo como de su propia alma, quitando el poco de conciencia plena que le mantenía.

Y es así como se concluye que esta emoción o sentimiento, la venganza, no es la mejor manera de hacer justicia porque al final solo trae consigo mayor amargura y dolor; lo único posible para contrarrestarle trayendo al alma una verdadera paz es la realidad de que cada uno a su debido tiempo tendrá que dar cuentas por sus obras, pues hoy se puede ser el victimario o la victima; solo Dios que pesa los corazones puede dar a cada uno según sus actos, y el mismo dice “ mía es la venganza, yo pagare” Él es El único que puede sacar la venganza de nuestro corazón y obrar la verdadera justicia.

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