La ratoncita distraída

La ratoncita distraída

Había una vez una ratoncita llamada Tita, era muy pequeña y le gustaba pasear mucho, ella asistía como todas las niñas y los niños a la escuela. Sus compañeros de clase son la rana, la pollita, la vaca y su maestro es: “el profesor Panda”.

A todas las y los animales del zoológico les agrada ir a la escuela, incluso a Tita. Ella se divierte mientras sus demás compañeras y compañeros prestan atención. Tita se pasea por el salón mirando todos los materiales como: los colores, crayolas y todo lo que tiene forma, le saca la punta a su lápiz, muerde su botella de agua o escucha ruidos en otro salón, entonces se levanta de su asiento y va en búsqueda de descubrir el origen de los ruidos.

Todas sus compañeras y compañeros saben que Tita es muy distraída en clases, pero igual es muy buena participando y todas y todos la quieren.

Tita hacia muchos esfuerzos por mantenerse sentada en clase y estar atenta a lo que le decía el profesor Panda. Sin embargo no siempre lo conseguía, porque a tita le costaba mucho estarse quieta y aún más, no distraerse fácilmente. Los veterinarios y profesores del zoológico decían que tita tenía TDAH, que era activa, distraída y le costaba prestar atención, pero ella no entendía lo que quería decir eso, ella pensaba que era algo malo y se avergonzaba de ello.

Nadie parecía entenderla, su día a día estaba repleto de dificultades. Tita no podía parar, para ella era prácticamente imposible estar sentada en clase. Y por lo tanto siempre le llamaban la atención. Ella creía que los demás pensaban que era molesto, que era torpe e incapaz de hacer las cosas bien.

Así que ella muy triste y enfadada, empezó a portarse peor. A ella ya le daba igual su comportamiento porque siempre le llamaban la atención.

Un día llego una nueva integrante al colegio de tita, era una coneja llamada Boni es muy tranquila y de buen carácter. En poco tiempo conoció a cada uno de sus compañeras y compañeros, sabía cómo eran y que cosas les preocupaban. Tita parecía sorprendida ya que la nueva compañera no parecía enfadarse con ella a pesar de que era muy distraída.

Un día La coneja Boni se acerco al profesor Panda -y le dijo- ¿Profesor Panda, no cree que Tita podría ayudarla con las clases para que se distraiga menos?

- Fíjate que no lo había pensado Boni, ¡es buena tu idea! esto ayudará a Tita a poner más atención en clases. -respondió el profesor-

En seguida se notaron los cambios. El profesor Panda puso en primera fila a Tita para evitar que se distrajera con otras cosas. También le pedía a que le ayudase a repartir hojas, a borrar la pizarra, etc. y de este modo, Tita podía estar moviéndose sin distraer, apoyando al profesor Panda. Esto le sorprendió mucho ya que nunca había pensado que podía hacer algo útil con su necesidad de moverse.

¡Pero las cosas no se quedaron en eso! El profesor Panda se puso a investigar más y empezó a dar clases de una forma especial, un día les puso música, otro día les puso una película, etc. Solía decirles que no se preocuparan que cada uno trabajen a su ritmo mientras él supervisaba lo que hacían. Esta forma de aprender se adaptaba mejor al aprendizaje de Tita.

Así que el profesor panda platico con Tita y -le pregunto- ¿Cómo te sientes? ¿te gusta asistir a la escuela?

-A veces me siento triste porque no puedo controlar mis movimientos, actuó antes de pensar y me distraigo fácilmente. En ocasiones al trabajar en equipo con mis compañeros por estar distraída no escucho las indicaciones que dice y retraso el trabajo en equipo, -contestó Tita-

El profesor Panda escucha detenidamente a Tita -y dice- Cada animal es diferente, hay que son muy altos, otros más chiquitos, con pelaje abundante algunos son tranquilos, otros activos o nerviosos, pero todos son únicos y especiales.

Lo importante es que cada una y uno de nosotros conozca sus propias características y emociones para poder gestionarlas y realizar diferentes actividades que te relajen, puedan trabajar mejor, y sentirse más alegres.

¡Gracias, profesor Panda! -dijo alegremente Tita.

Con el apoyo del profesor, la coneja Boni y todos sus compañeras y compañeros, la vida de Tita fue más feliz, Con estos pequeños cambios y mucha comprensión. Dejo de avergonzarse y ahora podía comprenderse.

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