OBRA DE TEATRO: Entre Rejas
julalegtz9 de Junio de 2015
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OBRA DE TEATRO: Entre Rejas
PERSONAJES: (Por orden de intervención.)
POLICÍA
HOMBRE
La escena está compuesta por una mesa y dos sillas, simulando una sala de interrogatorio de la policía.
En la escena se encuentra sentado un hombre. Aparece un policía de paisano.
POLICÍA.- Se ha metido en un buen lío, amigo.
HOMBRE.- ¿Por qué dice usted eso?
POLICÍA.- Porque le hemos trincado con las manos en la masa.
HOMBRE.- ¿Y cómo quiere pillarme? Si soy pastelero.
POLICÍA.- Sí. Pero le hemos pillado con el pastel. ¡No lo niegue!
HOMBRE.- No se lo niego. Era un encargo.
POLICÍA.- ¡Ajá! O sea, que era consciente de lo que estaba haciendo.
HOMBRE.- Por supuesto. Soy un profesional. Llevo quince años ejerciendo.
POLICÍA.- ¿Nunca ha estado entre rejas?
HOMBRE.- Porque soy pastelero.
POLICÍA.- Sí. Eso me ha quedado claro. ¿Y qué hace usted en sus ratos libres?
HOMBRE.- Hago figuras con los tapones de las botellas.
POLICÍA.- ¡No me cambie de tema! ¿Sabe por qué está aquí?
HOMBRE.- ¿Por qué?
POLICÍA.- Eso me lo tiene que responder usted a mí.
HOMBRE.- Me lo tendrá que decir usted, que es quien me ha traído.
POLICÍA.- ¿Quién le hizo el encargo?
HOMBRE.- No puedo revelar mis fuentes.
POLICÍA.- ¿De qué fuentes me habla? Aquí el que tiene fuentes soy yo.
HOMBRE.- Yo tengo una de chocolate. Es tipo fondue. ¿Las suyas cómo son?
POLICÍA.- Son de carne y hueso. Y son las que me han llevado a usted. ¡Y no me cabree!
HOMBRE.- Tranquilícese. Si quiere vuelvo más tarde. (Hace ademán de levantarse.)
POLICÍA.- ¡Siéntese! De aquí no se va hasta que yo descubra quién le manda.
HOMBRE.- No me ha mandado nadie. Me ha traído usted. ¿Recuerda?
POLICÍA.- Bien… Podemos hacer esto eterno, o podemos terminar rápido. Usted decide.
HOMBRE.- Prefiero rápido. Tengo muchos encargos aún.
POLICÍA.- Y me lo dice en la cara. Se le va a caer el pelo.
HOMBRE.- Eso dice mi peluquero. Debe ser del estrés.
POLICÍA.- ¡Debe ser de las leches que le voy a dar!
HOMBRE.- Me vendrían muy bien. Entre los huevos y la leche, a la hora de hacer pasteles se me va un pico.
POLICÍA.- Dígame, ¿quién es el que le pide los encargos?
HOMBRE.- Mis clientes.
POLICÍA.- Así que son varios, ¿eh?
HOMBRE.- Cuantos más, mejor. Está la cosa como para desechar clientes.
POLICÍA.- Es usted un sicario.
HOMBRE.- No sé lo que es eso.
POLICÍA.- No disimule conmigo. Que yo sé por qué le he traído.
HOMBRE.- Menos mal. Pues dígame, ¿por qué?
POLICÍA.- No, no, no. ¿Usted piensa que soy tonto? Es usted quien me tiene que decir por qué está aquí.
HOMBRE.- Es que no lo sé. ¿Por hacer pasteles?
POLICÍA.- Por hacer pasteles no traemos a nadie.
HOMBRE.- ¿Entonces?
POLICÍA.- Apúnteme aquí la dirección y los nombres de sus clientes.
HOMBRE.- No los recuerdo a todos. A algunos los veo una vez al año.
POLICÍA.- ¡Escriba algo, coño!
HOMBRE.- Está bien… (Coge el bolígrafo y comienza a escribir. Cuando termina se lo entrega al policía.)
POLICÍA.- (Observando el papel.) ¿Qué es esto?
HOMBRE.- Una receta de un pastel de
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