Octavio Paz. Revolución, Rbeldia Y Rebelión

LAS CÉLULAS DE LA LIBERTAD

Octavio Paz, Ciudad de México, año de 1967. El autor nos expone la idea de cómo estos tres conceptos que ponen título al texto son paralelos; sin embargo, tienen una diferencia plena según el punto de vista en espacio tiempo que le dan ciertos autores.

Es cierto que los conceptos son paralelos en cierto modo; pero también los separa la persona que ejerce la acción: Son las palabras por si mismas armas cargadas de filosofía. Octavio Paz expone a la revuelta como un hecho irrelevante, sin mayor contenido o fuerza; no solo desde el punto de vista accionario y lingüístico; sino desde su misma carga filosófica.

La rebelión es referida como el movimiento que ejerce un grupo hasta cierto punto organizado pero sin una mentalidad o discurso que apoye el fin que persigue y por último se conceptualiza a la revolución como el término más cargado de fuerza, con un estandarte filosófico, generado por un grupo de personas pensantes y con el fin de cambiar al sistema.

Es importante la connotación que se le da a las palabras, ya que no solo es el significado establecido por un diccionario lo que nos crea una idea; sino la conceptualización personal: no es lo mismo vivir una revolución como cambio político y social, que tomarlo como una transformación ideológica y, sobre todo, el sentirse participe de la misma.

Idealizar las palabras y conceptualizarlas es rebasar el tan usado leguaje políticamente correcto, es decir, darle a las palabras no solo una jerarquía utópica, sino un significante fuerte y, sobre todo, hacerlas nuestras, brindarnos el poder de crear con ellas no solo para comunicarnos; sino para establecernos un fin: una meta fija. En este caso, tomar el estandarte de revuelta, revolución o rebelión como nuestros.

Fungir el papel de “ser” y no solo el de intérprete de las palabras, hay que volvernos los protagonistas de nuestras palabras, de nuestras ideas y por lo tanto de nuestra esencia. Volvernos las células de la libertad no solo en el lenguaje, ser esa partícula mínima de la sociedad y tomárnoslo con toda la seriedad que exigen las ideas y sobre todo, estandarizarlas en nuestros cuerpos, mentes y almas.

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