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René Descartes

5465767867867Tesis9 de Junio de 2015

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René Descartes

René Descartes,1 también llamado Renatus Cartesius (La Haye en Touraine, Turena, 31 de marzo de 1596-Estocolmo, Suecia, 11 de febrero de 1650), fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, así como uno de los nombres más destacados de la revolución científica.

SU FILOSOFIA

Descartes trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia, y en concreto de las matemáticas. Antes de configurar su método, la filosofía había estado dominada por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, Descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría". Por esta razón determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla. El único conocimiento seguro a partir del cual comenzó sus investigaciones lo expresó en la famosa sentencia: Cogito, ergo sum, "Pienso, luego existo". Partiendo del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física.

RAZON Y METODO. SU UNIDAD

1. - UNIDAD DEL SABER Y DE LA RAZÓN

En la primera de sus reglas para la dirección del espíritu afirma Descartes: "Todas las diversas ciencias no son otra cosa que la sabiduría humana, la cual permanece una e idéntica, aun cuando se aplique a objetos diversos, y no recibe de ellos más distinción que la que recibe la luz del sol de los diversos objetos que iluminan.". Las distintas ciencias y los diversos saberes, son pues, manifestaciones de un saber único.

Esta concepción unitaria del saber proviene, en último término de una concepción unitaria de la razón. La sabiduría es única porque la razón es única: la razón que distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente, la razón que se aplica al conocimiento teórico de la verdad y al ordenamiento práctico de la conducta, es una y la misma.

2. - LA ESTRUCTURA DE LA RAZÓN Y EL METODO

Puesto que la razón, la inteligencia, es única, interesa sobremanera conocer su estructura y funcionamiento, para poder aplicarla correctamente, y de este modo, alcanzar conocimientos verdaderos y provechosos.

Hay dos modos de conocimiento, según Descartes: la intuición y la deducción. La intuición es una especie de "luz o instinto natura" que tiene por objeto las naturalezas simples: por medio de ella captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la razón misma, sin posibilidad alguna de duda o error. La intuición es definida por Descartes del siguiente modo (Regla III): "Un concepto de la mente pura y atenta, tan fácil y distinto que no queda duda ninguna sobre lo que pensamos; es decir, un concepto no dudoso de la mente pura y atenta que nace de la sola luz de la razón, y es más cierto que la deducción misma".

Todo el conocimiento intelectual se despliega a partir de la intuición de naturalezas simples. En efecto, entre unas naturalezas simples y otras, aparecen conexiones que la naturaleza descubre y recorre por medio de la deducción. La deducción, por más que se prolongue en largas cadenas de razonamientos, no es, en último término, sino una sucesión de intuiciones de naturalezas simples y de las conexiones entre ellas.

Como la intuición y la deducción constituyen el dinamismo interno y específico del conocimiento, este ha de aplicarse en un proceso de dos pasos:

1. - En primer lugar un proceso de análisis hasta llegar a los elementos o naturalezas simples.

2. - En segundo lugar, un proceso de síntesis, de reconstrucción deductiva de lo complejo a partir de lo simple.

A estos momentos se refieren las reglas segunda y tercera del Discurso del método: "Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible y necesario para resolverlas mejor" (regla segunda); y " Conducir por orden mis pensamientos comenzando por los objetos más fáciles y simples de conocer para subir poco a poco, por pasos, hasta el conocimiento de los más complejos; suponiendo incluso un orden entre aquellos que no se preceden naturalmente los unos a los otros" (regla tercera).

Esta forma de proceder no es, pues, arbitraria: es el único método que responde a la dinámica interna de una razón única. Hasta ahora, piensa Descartes, la razón ha sido utilizada de este modo solo en el ámbito de las matemáticas, produciendo resultados admirables. Nada impide, sin embargo, que su utilización se extienda a todos los ámbitos del saber, para que se produzca unos frutos igualmente agradables.

6ª PARTE DEL MÉTODO

Reflexiona sobre la tarea y alcance de la investigación científica.

Tras la condena de Galileo, se plantea publicar sus investigaciones aduciendo razones a favor y en contra:

A FAVOR: -El bienestar de la Humanidad.

-El progreso científico.

EN CONTRA: -Evitar controversias.

Descartes piensa que el progreso científico debe dominar la naturaleza debiéndose practicar la filosofía haciendo de los hombres maestros y dominadores de la naturaleza, por lo que es necesario combinar racionamiento teórico con observación personal.

LA PRIMERA VERDAD Y EL CRITERIO

? 1. - LA DUDA METODICA

Al caracterizar el racionalismo, el entendimiento ha de encontrar el sí mismo las verdades básicas a partir de las cuales sea posible deducir el edificio entero de nuestros conocimientos. Este punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta, de la que no sea posible dudar en modo alguno. Solo así el conjunto del sistema quedaría firmemente fundamentado.

La búsqueda de un punto de partida absolutamente cierto exige la tarea previa de eliminar todos los conocimientos, ideas y creencias que no aparezcan dotados de una certeza absoluta: hay que eliminar todo aquello de lo que sea posible dudar. De ahí que Descartes comience con la duda. Y esta duda es metódica, es una exigencia del método en su momento analítico. El escalonamiento de los motivos para dudar presentados por descartes hace que la duda adquiera la máxima radicalidad:

? 1. La primera y más obvia razón para dudar de nuestros conocimientos se halla en la falacia de los sentidos, que nos inducen a veces a error. Ahora también, ¿qué garantía existe de que no nos inducen siempre a error? La mayoría de los hombres consideran altamente improbable que los sentidos nos induzcan siempre a error, pero la improbabilidad no equivale a la certeza y, por eso, la posibilidad de dudar acerca del testimonio de los sentidos nos queda totalmente eliminada.

? 2. Cabe, pues, dudar de que las cosas sean como las percibimos por medio de los sentidos, por ello no nos permite dudar de que existan las cosas que percibimos. De ahí que Descarte añada una segunda razón -más radical- para dudar: la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. A veces los sueños nos muestran mundos de objetos con extremada viveza, y al despertar descubrimos que tales universos no tienen existencia real. ¿Cómo distinguir el estado de sueño del de vigilia y cómo alcanzar certeza absoluta de que el mundo que percibimos es real? ( como en el caso de las falacias de los sentidos la mayoría de los hombres -si no todos- cuentan con criterios para distinguir la vigilia del sueño; pero estos criterios no sirven para fundamentar una certeza absoluta.)

? 3. La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño permite dudar de la existencia de las cosas y del mundo, pero no parece afectar a ciertas verdades, como las matemáticas: dormidos o despiertos, los tres ángulos de un triángulo suman 180º en la geometría de Euclides. De ahí que Descartes añada el tercer y más radical motivo de duda: tal vez exista algún espíritu maligno -escribe Descartes- "de extremado poder e inteligencia, que pone todo su empeño en inducirme a error" (Meditaciones, 1). Esta hipótesis del "genio maligno" equivale a suponer que tal vez el entendimiento humano es de tal naturaleza que se equivoca siempre necesariamente cuando piensa gastar la verdad.

En definitiva, hay que encontrar un camino que dote a la conciencia de un criterio de certeza, firme y sólido del que deducir la realidad.

El único criterio para descubrir la verdad, según Descartes, será la Duda Metódica.

Pues duda y certeza son expresiones de la capacidad racional, formas del pensamiento porque quien duda piensa, quien piensa existe. Convirtiéndose esta afirmación en la primera evidencia que desvanece todos los motivos de duda, el principio de la filosofía cartesiana.

De todo menos del propio hecho de pensar se puede dudar, porque la duda ya es pensamiento en sí misma, el "cogito, ergo sum", de esta manera, se convierte en regla general del saber, criterio universal y paradigma de toda verdad y certeza.

2. - EL COGITO Y EL CRITERIO DE LA VERDAD

La duda llevada hasta este extremo de radicalidad parece abocar irremisiblemente al escepticismo, esto pensó Descartes algún tiempo hasta que, por fin, encontró una verdad absoluta, inmune a toda duda, por muy radical

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