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Resumen de Erase una vez don Quijote


Enviado por   •  11 de Abril de 2013  •  351 Palabras (2 Páginas)  •  2.832 Visitas

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Resumen de Erase una vez don Quijote:

Cápitulo 1

Temblad gigantes del mundo.

Don quijote, un hombre alto flaco y amarillo, vivió hace muchos siglos en una aldea de la Mancha, (España) entre campos de trigo y molinos de viento.

Su nombre real era Alonso Quijano y después de los 50 años decidió hacerse caballero andante y cambió su nombre por Don Quijote de la Mancha, inspirado por la lectura demencial de libros de caballería. Dejó de dormir, comer y vendió sus tierras para comprar más y más libros.

Estos libros de caballería eran protagonizados por los “caballeros andantes” que iban a caballo con una lanza en la mano, una espada colgada al cinto y un escudo apretado al pecho, para enfrentarse a los malvados y proteger a los desposeídos, dispuestos incluso a dar su vida

Para ser caballero andante rescató de un rincón de su casa una armadura y una lanza de sus bisabuelos, las limpio, sacó brillo y remendó el casco y dijo entonces su primera palabra como caballero andante “temblad, gigantes del mundo, aquí está don quijote de la mancha”.

Y como necesitaba de un caballo, después de pensarlo cuatro días le puso ROCINANTE a su viejo caballo que estaba en los puros huesos. Y como necesitaba una princesa a la que amar con locura, decidió que Aldonsa Lorenzo, una campesina del pueblo del Toboso, que tenía un bigotillo, brazos gruesos, pelo como paja y manos como rastrillo sería su princesa Dulcinea del Toboso, quien en su mente alocada era hermosa, con la piel blanca como la nieve, mejillas rosadas como claveles, cabellos dorados como el sol y manos como alas de angel.

Capitulo 2

Dulcinea no tiene ojos de sapo

Con sus armas, caballo y dama a quien amar Don Quijote salió a los caminos a buscar aventuras y como a los dos días nos encontraba, ni ejércitos ni gigantes contra los cuales pelear se enfrentó con el primero que encontró, un mercader que iba a Murcia a vender seda y a quien le preguntó si no era dulcinea la más bella, y como el mercader le...

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