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Enviado por   •  22 de Marzo de 2017  •  Ensayos  •  3.883 Palabras (16 Páginas)  •  219 Visitas

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Ámbar Dorado es una niña de tercer año que estaba muy emocionada, ya que se sentaría con su amigo Justo Daniels para su viaje a China. Cada vez que su clase se iba de viaje, a ella le tocaba viajar con él. De hecho, lo hacían desde que se conocieron en Kínder. Ámbar era una niña muy desordenada. Por otra parte, Justo se columpiaba y hacía sonidos de reloj cucú, Ámbar pensaba que tenerlo de amigo le hacía la vida muy divertida. Lo mismo le pasaba con su maestro el Señor Coten. Ponían todas las sillas de la clase haciendo una fila, simulando un avión, con pasillos y un sitio para el piloto, copiloto y auxiliares de vuelo. El Señor Coten siempre era el piloto porque ninguna otra persona de la clase, tenía tarjeta de conducir. Una vez le tocó a un compañero ser el piloto y los llevó a otro lugar, por eso nunca más dejó que otro fuera el piloto. Pero sí, pueden ser copilotos o auxiliares de vuelo. Ámbar pensaba que cuando le tocara a ella, le gustaría ser copilota. No quería tener que repartir bolsitas de maní porque hay niños que hacen ruidos como los monos cuando comen el maní y otras bobadas.

Decía que ella y Justo no hacían bobadas, sino que pasaban leyendo la revista de Tercero B en el vuelo (la hacían entre todos, y el crucigrama lo inventaba el Señor Coten). La Clase se había puesto en fila para que el Señor Coten revisara los pasaportes. Ana Burton tenía una foto horrorosa, cada vez que le revisaban su pasaporte Ana se quejaba de la foto del pasaporte. Todos tienen una foto que les hicieron en el colegio, excepto Brenda Colvin que se la hizo el Señor Coten porque empezó a asistir a clases cuando ya le habían hecho la foto a todo el curso. Ana y Ámbar observaban sus fotos y Ana le decía que parecía que se había peinado con un rastrillo del jardín. Ámbar al fijarse en su foto, se fija en sus ojos castaños y nariz pecosa. El pelo, castaño un poco despeinado sujeto con dos ligas. Iba vestida con su ropa favorita una camiseta muy larga que le trajo su tía Pamela de un viaje a Londres y unas mallas negras. Se le había olvidado que les harían la foto a pesar que el Señor Cote ese los recordó millones de veces, es que ella es una niña muy despistada. Justo le dice, a mí me gusta tu foto, sales tal cual eres. Entonces Ana le dice, es decir desordenada riéndose. Situación que molesta mucho a Ámbar y le dan ganas de arrancarle la cinta que lleva en la cabeza. Justo le dice que ni se le ocurra, Justo siempre sabía lo que Ámbar estaba pensando y Ámbar lo que Justo estaba pensando. Después de esto el Señor Coten les revisa pasaportes y tarjetas de embarque y Mario Afortunado los dirige a sus asientos. Estando todos sentados, Mario les enseña a ajustarse el cinturón de seguridad y les explica que deben hacer en caso de emergencia. En ese minuto, el Señor Coten toma su micrófono de mentira y les dice que se preparen para el viaje más bonito de sus vidas. Habían despegado camino a China.

Después del viaje a China, el Señor Coten les mostró una película sobre China y sacaron su cuaderno para hacer un trabajo sobre el viaje. Justo y Ámbar recortaron fotografías de los folletos que les hizo llegar la agencia. Decidieron hacer postales con las fotografías. Una de las fotos tenía un Panda gigante y Justo le propone Ámbar enviársela a Dani el Mocoso. Se refería a su hermano pequeño, de cuatro años con el que le debía compartir la habitación Justo le escribe que lo estaba pasando bomba y que se alegraba que no estuviera ahí. Que vivir sin él era fantástico. Pero Dani no sabía ni leer. Justo era muy ordenado, no como Ámbar que era muy desordenada, pero tenía mucho mejor letra, era un gran ejemplo del equipo que formaban. Se ayudaban mutuamente, el que aprendía algo primero le ayudaba al otro. Ella le ayudaba con las letras y Justo con las fracciones. Eran un gran equipo eso era lo que pensaba Ámbar. Le hicieron un apostal al papá de Justo que se había cambiado de trabajo y se había tenido que ir él solo a Alabama. Justo, Dani y su mamá se quedaron en la ciudad de Nueva Yérsey para vender la casa. Habían tardado mucho en venderla, pero eso le alegraba a Ámbar, aunque eso pone muy triste a Justo. Ámbar sabía lo que era extrañar a su padre. Sus padres se habían divorciado y su papá se había ido muy lejos a otro país. No lo veía nunca y llamaba muy pocas veces. En cambio, Justo tenía suerte, su papá venía a casa algunos fines de semana y hablaba muchísimo por teléfono con él. A pesar de eso, Ámbar seguía cruzando los dedos para que no les compraran la casa y el señor. Daniels encontrara otro trabajo y volviera a vivir a la ciudad. En el otro extremo estaban Jaime y Roberto peleando por un lápiz dorado, ellos se pelean desde prescolares. El Señor Coten les había dicho que cuando fueran mayorcitos dejarían de hacer tonteras, pero esto nunca parece acabar. Roberto señala la cabeza de Ámbar ahí tienes un Ámbar dorado. Siempre la molestaban por su nombre, en un principio a Ámbar le hubiera gustado tener otro nombre como Clara, Sara o Vanesa, pero ahora le gusta mucho su nombre. El Señor Coten comenzó a hacer un cambio de luces indicando que era la hora de comer en China. En ese instante entran la Señora Armita, el Señor Burton y la Señora Edén son de la asociación de padres y han traído la comida China. Cuando terminan de comer ella y Justo se ponen a pelear con los palillos como si fueran espadas. Después el Señor Coten les repartió los papelitos de las galletitas de la suerte, el de Ámbar decía: Experiencia es la mejor profesora. Justo había dejado botado su papelito, Ámbar lo recoge y lo lee, este decía: Dentro de poco viajará a un nuevo lugar, donde empezará una nueva vida. Ámbar se comienza a atorar con los trocitos de galleta, se comienza a sentir mal.

Justo dice que es hora de picar y pone un paquete de galletas en la mesa de su cocina. Mientras Ámbar les sacaba el relleno y luego le daba las galletas a Justo. Así lo hacían desde Kínder, a eso le llamaban trabajo en equipo, Ana Burton lo llamaba ordinariez. Luego, entra la Señora. Daniels y tras ella Dani pidiéndole a Justo jugar mecano. Pensaba Ámbar que bueno sería tener un hermanito para hacerle rabiar. Pero ella era hija única. La mamá de Dani le advierte que no desordene nada porque vendrá un señor de la inmobiliaria a ver la casa. Ámbar pensaba que en ese momento era más importante cruzar los dedos y pedir con todas sus fuerzas que a esa persona le pareciera feísima en vez de hacer rabiar a Dani. O que la casa es demasiado grande o demasiado pequeña, que no tenga dinero para comprarla. Suena el timbre y la mamá de Dani dice si no les importaría jugar un rato con Dani? Aunque Dani no era su verdadero nombre si no que, Bartolomé. A Dani de pequeño le costaba mucho

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