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Sipcologia


Enviado por   •  7 de Marzo de 2013  •  3.003 Palabras (13 Páginas)  •  489 Visitas

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La transición a la vida universitaria

Como se mencionó anteriormente, el ingreso a la universidad supone un encuentro (o desencuentro) con un campo disciplinar específico y con una cultura institucional que requieren del aprendizaje de sus lenguajes, sus saberes y sus costumbres. Dicho aprendizaje no resulta tarea sencilla para quienes comienzan a construir el oficio de estudiante universitario. Son muchos los temores, ansiedades e incertidumbres que se entraman al elegir qué estudiar, al inscribirse e iniciar el curso de ingreso, al experimentar cambios en relación a las experiencias previas del nivel secundario y al afrontar las primeras dificultades que se presentan. Es por eso que cobra importancia detener la mirada en dichas situaciones para comprender las peculiaridades que adopta la ‘experiencia estudiantil’ durante el primer año de estudios. Es precisamente con la intención de comprender la experiencia universitaria desde la perspectiva de quienes transitan cotidianamente este ‘mundo cultural específico’ (Carli, 2007), que se presenta la percepción de los estudiantes de Ingeniería de Sistemas sobre su primer año de estudios. Esto supone dos cuestiones: en primer lugar, plantear la necesidad de una mirada teórica, epistemológica y metodológica que permita leer la ‘experiencia universitaria’, para lo cual “no basta con estudiar los programas, los roles y los métodos de trabajo, sino que es necesario captar la manera con que los alumnos constituyen su experiencia, es decir, fabrican relaciones, estrategias, significaciones a través de las cuales se constituyen en ellos mismos” (Blanco y Pierella, 2009: 74). Y en segundo lugar, reconocer el primer año de estudios como parte del proceso de transición académica que conlleva cambios propios del pasaje de la escuela secundaria a la institución de nivel superior. En referencia a esto último, puede decirse que la “transición se inicia durante la escuela secundaria, y si bien resulta difícil señalar su culminación, se entiende que va más allá de la elección de la carrera, prolongándose durante las actividades del primer año universitario, lapso en el que los alumnos han de ir aprendiendo a desenvolverse sobre la base de determinados requerimientos de distinto tipo, en algunos casos explícitos y en otros implícitos” (Araujo, 2008: 110).

A partir de lo mencionado anteriormente, y considerando que la experiencia del primer año en la universidad está íntimamente vinculada a las vivencias previas en el nivel secundario, a las particularidades del proceso de elección de la carrera, a las situaciones vividas en el curso de ingreso y a los cambios que supone afrontar una nueva etapa, muchas veces fuera del propio lugar, es que en los apartados siguientes se hará referencia a todas estas cuestiones desde la voz de sus protagonistas.

El ingreso a la universidad supone importantes cambios en relación a la experiencia previa en el nivel secundario. Se podrían plantear, entre otros, la mayor exigencia curricular unida a la flexibilidad en los recorridos por los planes de estudio y en los requisitos de asistencia. Como sostiene Vélez (2005) recuperando a Ortega (1997), esto conlleva mayores responsabilidades y mayores riesgos de que se acumulen las tareas y se produzcan encrucijadas.

Entre las opiniones de los estudiantes entrevistados aparecieron expresiones como: “el secundario no te sirve para nada, todo lo que aprendés […] es todo muy light”, la escuela “es otra cosa, es más otro nivel” aunque uno de los entrevistados valorizó el nivel de formación adquirido en su escuela secundaria. Otros hicieron referencia al ‘choque’ que significa ingresar a la universidad en cuanto a la relación con el conocimiento y con los demás actores de la institución. Por un lado, la cantidad y complejidad de los nuevos saberes disciplinares que se deben aprender exige a los recién llegados reacomodar hábitos de estudios y rutinas que, hasta el momento, venían siendo eficaces. Así, se plantea que al ingresar a la universidad se produce un encuentro con un montón de “cosas nuevas”. Dice un estudiante: “Programación por ejemplo…en la escuela yo no había tenido nunca y después era todo más avanzado” y esto hace, sostienen otros, que uno se deba dedicar exclusivamente a la universidad, lo cual -agregan- no garantiza que no te pueda ir mal. En palabras de los estudiantes: “La cantidad de horas que tenés que estudiar son muy amplias. Por lo menos en nuestra carrera o en mi caso estoy casi todo el tiempo dedicándole a la carrera”, “si querés llevarla al día tenés que estar mucho tiempo”, llegás a “no dormir antes de rendir”. Por otro lado, señalan los cambios en aspectos vinculares que perciben en relación a su experiencia previa. Sostiene uno de los entrevistados: “el secundario es más compañerismo, más familiar, más relación con los profesores, directivos y todos”, en la facultad “sos uno más, porque estás en el montón”, “ya todo depende de vos […] tenés que hacer la tuya y como vos quieras y fuerza”. Otras cuestiones señaladas fue el tipo de relación entre compañeros de diferentes años que se da en la universidad y no en la secundaria y las diferencias que percibe entre los docentes de uno y otro nivel. Así, se destaca la práctica habitual en Ingeniería de Sistemas de recurrir a alumnos de años superiores para despejar dudas ya que “en secundaria eso no existe”. También se sostiene que los docentes universitarios poseen más conocimientos que aquellos que tuvieron en el nivel secundario. Según plantea uno de los estudiantes entrevistados, los profesores en la universidad “son docentes en serio y les gusta enseñar”, saben tanto que tienen que “limitarse para no decirte demasiado” a diferencia del docente de la secundaria que “te explicaba lo que podía y no sabía siquiera lo que te estaba explicando”. Cabe señalar también aquellas opiniones referidas al desgano que observan en muchos profesores que, abocados a la investigación, deben desempeñar la docencia como parte de las exigencias del sistema. Otra cuestión interesante tiene que ver con la orientación cursada en el nivel secundario. Fueron varias las opiniones respecto de la ventaja con la que cuentan los egresados de escuelas técnicas. Asimismo, se hizo referencia a las consecuencias negativas que tuvo el hecho de que en ciertas orientaciones se quitase matemática como asignatura del último año.

Por último, puede decirse que el abordaje de la relación escuela secundaria-universidad desde la percepción de los propios estudiantes requiere considerar que en la construcción de la misma intervienen no sólo las situaciones vividas sino también las opiniones que los demás actores sociales tienen sobre ellas. Se trata, por tanto, de analizar

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