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Sistema Urinario


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2014  •  5.042 Palabras (21 Páginas)  •  238 Visitas

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INTRODUCCIÓN:

El aparato urinario comprende los dos riñones y las vías urinarias (los dos uréteres, la vejiga urinaria y la uretra). Los riñones producen la orina (compuesta por agua, electrolitos, urea, ác. úrico, creatinina...) que es conducida por los uréteres hasta la vejiga donde se almacena de forma transitoria. La orina de la vejiga es evacuada hasta el exterior por la uretra.

Los riñones están muy vascularizados y reciben el 20‐25% del volumen minuto cardíaco (1.2 l/min). Las funciones de los riñones son varias:

• excreción de los productos finales del metabolismo (urea, ácido úrico, creatinina...) y de sustancias extrañas controlar la homeostasis del agua y los electrólitos

• controlar el equilibrio ácido‐base

• síntesis de hormonas (eritropoyetina)

• participar en el control de la presión arterial (libera renina)

• participa en el control del metabolismo del calcio (convierte la 25‐OH vitamina D3 en 1,25‐(OH)2 vitamina D3)

La función de las vías urinarias es únicamente conducir la orina, almacenarla y expulsarla al exterior.

DESARROLLO:

RIÑÓN

El riñón tiene forma de alubia y mide alrededor de 12 cm de largo, 6 cm de ancho y 3‐4 cm de espesor. El borde lateral del riñón es convexo y el borde medial es cóncavo. El borde medial presenta una depresión profunda, el hilio renal. La zona del hilio renal se ensancha para formar el seno renal: contiene los vasos y nervios renales, parte de la pelvis (la zona inicial dilatada del uréter renal) y los cálices mayores y menores, todo ello rodeado por tejido conectivo y adiposo.

ORGANIZACIÓN HISTOLÓGICA

El riñón también presenta los dos componentes fundamentales de los órganos macizos: estroma y parénquima.

Estroma renal

La cápsula es una capa de tejido conectivo denso que rodea toda la superficie renal y se introduce por el hilio para formar el tejido conectivo del seno renal que rodea a la pelvis y los cálices renales. En la cápsula renal se diferencian dos capas:

Una capa externa con fibroblastos y fibras de colágena. Esta capa tiene adosada, por fuera, una cápsula de tejido adiposo de grosor variable. Una capa interna que contiene, además, miofibroblastos.

tejido intersticial: desde la cápsula se desprende un tejido conectivo laxo que se introduce entre el parénquima renal. Este tejido intersticial es escaso y no forma tabiques evidentes que delimiten los lóbulos y lobulillos renales.

Parénquima renal

Al hacer un corte perpendicular a la superficie del riñón, el parénquima renal se ve, a simple vista, dividido en dos zonas: una zona superficial más rojiza (porque acumula la casi totalidad de la sangre en el riñón), la corteza renal, y una zona profunda más pálida, la médula renal.

Corteza renal.

La corteza renal tiene 10 mm de grosor y se ve dividida en regiones pequeñas por los rayos medulares de Ferrein (unas estriaciones, 400‐500, que se irradian desde la médula renal). Las zonas de corteza que se encuentran entre los rayos medulares se llaman laberintos corticales. Como los rayos medulares no alcanzan hasta la cápsula, la parte más superficial muy delgada, de la corteza está formada solo por corteza y se llama cortex corticis (corteza de la corteza). El laberinto cortical está formada por diversas partes de las nefronas (corpúsculos renales, túbulos contorneados proximales y distales) y túbulos colectores arciformes, además de abundantes vasos sanguíneos. El rayo medular contiene túbulos rectos de la nefrona y conductos colectores

Medula renal.

La médula renal está formada por 8‐18 pirámides renales de Malpighi separadas por columnas renales de Bertin. La pirámide renal tiene el vértice (la papila renal) dirigido hacia un cáliz menor y la base, de la que emergen los rayos medulares, orientada hacia la corteza renal. La pirámide renal está formada por tubos rectos y asas de Henle de la nefrona y por conductos colectores (continuación de los que se encuentran en los rayos medulares de la corteza), además de vasos sanguíneos rectos (dispuestos en paralelo a los túbulos)

Las columnas renales contienen los mismos elementos que el resto de la corteza renal. En realidad, estas prolongaciones de la corteza renal, más que separar, rodean a las pirámides renales.

Cada pirámide renal se divide en una zona externa (médula externa) y una zona interna (médula interna). La médula externa se divide, a su vez, en una franja interna y otra franja externa. Estas divisiones dependen de la localización de diversas porciones de los dos tipos de nefronas, corticales o yuxtamedulares, que se distinguen (ver más adelante)

Lóbulo renal: una pirámide renal (con la mitad de cada columna renal contigua) y la corteza renal suprayacente a ella forman un lóbulo renal. El riñón humano tiene 8‐18 lóbulos (tantos como pirámides renales)

Lobulillo renal: un rayo medular y la corteza renal que lo circunda forman un lobulillo renal. Los límites entre los lobulillos son muy difíciles de establecer puesto que no hay un tabique de tejido conectivo que los delimite. (En el riñón, el concepto de lobulillo es más funcional que histológico: el lobulillo está formado por el conducto colector del rayo medular y todas las nefronas que drenan en el).

Vasos sanguíneos renales

La arteria renal se bifurca ya antes de entrar en el parénquima renal. Dentro del riñón dan las arterias interlobulares que ascienden entre las pirámides, en las columnas renales, hasta el límite corticomedular. Allí, las arterias interlobulares se dividen en arterias arciformes que transcurren paralelas a la superficie, en el límite corticomedular. De las arterias arciformes salen las arterias interlobulillares, más o menos perpendiculares a la superficie del riñón, que atraviesan la corteza hasta llegar a irrigar la cápsula renal. En su trayecto, las arterias interlobulillares dan ramificaciones laterales, las arteriolas aferentes. Las arteriolas aferentes se ramifican dando los capilares que forman el glomérulo del corpúsculo renal. Los capilares glomerulares se unen y forman las arteriolas eferentes. De estas arteriolas eferentes se origina una red capilar peritubular que irriga los túbulos vecinos. De las arteriolas eferentes asociadas a las

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