Gustav Radbruch: Vida, pensamiento y el jurista en la reconstrucción alemana

¡Vosotros,  jóvenes juristas!

Gustav Radbruch  nació en Lübeck  el 21 de noviembre de 1978 y murió a la edad de 71 años en Heidelberg el 23 de noviembre de 1949. Vivió en distintas y marcadas épocas, como la primera guerra mundial, el periodo republicano que acaba con la llegada de los Nazis, posterior mente la segunda guerra mundial y al concluir, en el período de la reconstrucción de Alemania.

Estudió Derecho en tres universidades, comenzando sus estudios en Múnich, en donde adopta el ideal socialista, después se muda a Leipzig e influido por el marxismo no fue un genuino marxista, sino un liberal de izquierdas, Subsiguientemente en Berlín cursa los dos últimos semestres de la carrera y opta en dedicarse profesionalmente  al Derecho Penal y Filosofía del Derecho.

En Heidelberg conoció a  Max Weber y por su influencia se convierte en neokantiano, en el 1906 solicito un permiso para vivir dos meses en la cárcel de Bruchsal, para conocer y estudiar el funcionamiento de las instituciones penitenciarias, creando otra obra llamada La Psicología de la Reclusión; En Kiel se afilio al partido socialista (SPD) y en 1920 fue elegido diputado  del Reichstag y consecutivamente fue ministro de justicia en tres ocasiones.

¡Vosotros,  jóvenes juristas!  (“¡hr jungen Juristen!) Obra de Gustav Radbruch, fue publicada en el año 1919 por Verlag Gessellschaft und Erziehung,  en Berlín, adoptando una temática filosófica – jurídica, dividida en diez epígrafes,  principalmente dirigida a la juventud  Alemana sobreviviente de la revolución social de aquella época, estudiantes de derecho y de fondo a las autoridades del país,  profesores y al gobierno de las universidades. Explicando con mucha claridad cuál debe ser, a su entender, la función del jurista en la sociedad.

Los estudiantes de derecho que aspiran a ser juristas, son los nuevos hombres que asaltan las aulas, hombres de extremidades fuertes, de cerebros enérgicos, hambrientos, voraces, con un deseo primordial de aprender y un ímpetu despiadado de llegar a lo alto, porque así lo exige la nueva república social, lo cual genera confianza, unión de poderes y una reforma jurídica flexible.  No obstante el estado autoritario y de clases, genera desconfianza, división de poderes y una reforma jurídica rígida.

El Jurista del futuro, no es un ciego ejecutor, sino un colaborador fecundo de la ley al cuidado de sus compatriotas, teniendo como objetivo servir al hombre por medio del derecho, ayudando por igual a ambas partes y además a la sociedad, manteniendo la paz. Teniendo como preferencia ser árbitros que jueces, anteponiendo los procedimientos conciliatorios a los procedimientos contenciosos. Asimismo el jurista no solo es servidor del derecho y del estado, sino al mismo tiempo y por necesidad, de la justicia, la cual se presenta, como un ideal de especie peculiar y autónoma en conjunto de la moral.  

El espíritu de la transformación jurídica,  tiene que traducirse en una transformación de su estructura, al hacer referencia a Kant en donde explica que solo los conceptos nos habilitan a hacer intuiciones.  Al transformar la enseñanza del derecho teórico a su vez acompañado de la práctica, como primero el derecho pasado y después el derecho presente, y primero el derecho privado y posteriormente el derecho público, de esta forma el estudiante puede tener intuiciones.

Igualación de  la mujer.

El autor explica que las mujeres tienen aptitudes  para la ciencia del derecho y vocación jurídica, comprensión empática de relaciones humanas y procesos anímicos en cuanto presupuesto de la aplicación del derecho sobre todo, como juez de menores y de familia ya que anteriormente las mujeres no podían ejercer el derecho. Asimismo podemos pensar que  el sentido del espíritu natural que conlleva a la práctica del oficio del jurista como un quehacer del intelecto.

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