Alimentos Trangenicos
leangarcia5 de Julio de 2015
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Introducción
Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido modificados genéticamente para diferentes fines: mejor sabor, más atractivos a los sentidos, mayor facilidad para pelar o comer, más resistentes a plagas, etc. Pero al fin y al cabo no deja de ser un organismo vivo creado artificialmente gracias a la manipulación de genes.
Según este primer párrafo los alimentos transgénicos sólo tienen ventajas para el ser humano, están pensados para hacer la vida más fácil y sencilla; pero como todos los nuevos descubrimientos e investigaciones de hoy en día, los alimentos transgénicos también tienen sus opositores, y sus argumentos no son nada despreciables, en este trabajo vamos a comparar los perjuicios con los beneficios de estos alimentos, y al final intentaremos sacar una conclusión sobre si son negativos o positivos.
TRANSÈNICOS
Un transgénico, también llamado Organismo Genéticamente Modificado (OMG), es la planta, animal u otro ser vivo al que se ha cambiado su contenido genético de manera artificial, ya sea por medio de la introducción de genes de otro organismo con el cual naturalmente no cruzaría (por ejemplo algodón “cruzado” con una bacteria) o por la inhibición de sus características propias (es el caso de semillas a las que se les ha eliminado su capacidad natural de germinación).
Por ejemplo, la papa transgénica resistente a heladas fue el resultado de la introducción en la papa del gen que permite a peces vivir en aguas de deshielo, esto con el fin de darle a la papa la capacidad de resistir a muy bajas temperaturas.
Otros ejemplos son:
Maíz transgénico Bt, que contiene los genes de una bacteria llamada “Bt” (Bacillus thuringiensis) que proporciona características de toxicidad a algunos insectos como mariposas.
Soya RR (Round-up Ready) o resistente a glifosato, que contiene los genes de un microorganismo del suelo que otorga resistencia a un herbicida denominado glifosato.
Contras de los alimentos transgénicos.
1.- Falta de información y transparencia. Algunos alimentos transgénicos se están usando mezclados y de forma indistinta con alimentos no modificados. Esto, junto a la falta de legislación sobre el control y el etiquetado de estos productos, hace que el consumidor no tenga derecho a saber que come ni a escoger si desea o no consumir alimentos modificados.
2.- Falta de seguridad para la salud de las personas. Estos efectos hoy por hoy no están evaluados correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Algunos de los posibles riesgos son alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados, entre otros. Esto se debe a que muchos de los genes usados no hubieran estado presentes jamás en nuestra dieta sino es por el uso de estos alimentos.
Pero el verdadero temor que tienen muchos científicos es que los genes artificiales o proteínas que se le han adicionado al organismo se transfieran al genoma del ser humano. Según las últimas investigaciones este riesgo es bajo, pero no por ello nulo.
3.- Ausencia de alguna justificación ética y/o política. Dado que estos alimentos no son estrictamente necesarios para el ser humano, y por lo tanto podemos prescindir de ellos, es aquí donde entra el debate ético, cuya principal cuestión es que si tiene sentido ético correr el riesgo que conlleva la manipulación genética.
Por otro lado, algunos grupos políticos indican que se siguen más los intereses de ciertas empresas (generalmente económicos) que el beneficio de la población.
4.- Riesgos medio ambientales. En este ámbito es en el que los efectos son más diversos.
Hay riesgo sobre los propios organismos modificados, puesto que no sabemos cómo reaccionarán esas especies a largo plazo.
También debemos citar el riesgo para los ecosistemas, puesto que existe una elevada contaminación del suelo, pérdida de la biodiversidad, desarrollo de resistencia a insectos y “malas hierbas” o los efectos no deseados sobre organismos ajenos.
Todos estos riesgos son irreversibles, es decir no tienen vuelta atrás, e imprevisibles, puesto que no sabemos cuándo ni en qué medida aparecerán.
Pros de los alimentos transgénicos.
1.- Alimentos con una mayor productividad. Esta es la principal ventaja que exponen las empresas productoras de alimentos transgénicos. Es debido a que estos alimentos son más resistentes a plagas y parásitos, debido a que la mejora genética es mucho más eficaz que los insecticidas o desparasitadores por vía externa. Así se consigue que haya menos organismos que mueran por plagas o parásitos, lo que incrementa notablemente (aprox. 9 %) los organismos vivos.
2.- Alimentos más ecológicos. El mayor beneficio en este ámbito es debido al menor uso de sustancias tóxicas para tratar plagas y parásitos, lo que conlleva una reducción de la emisión de estas sustancias a la atmósfera, al suelo y al agua, así es el modo por el que se reduce la contaminación.
3.- Alimentos más nutricionales. Se pueden lograr alimentos con mayores características nutricionales que las que tienen los organismos naturales.
Opositores.
En varios países del mundo han surgido grupos opuestos a los organismos genéticamente modificados, formados principalmente por ecologistas, asociaciones de derechos del consumidor, algunos científicos y políticos, los cuales exigen el etiquetaje de estos; ya que tienen muchas preocupaciones sobre: seguridad alimentaria, impactos ambientales, creencias religiosas, cambios culturales y dependencias económicas. Llaman a evitar este tipo de alimentos, cuya producción involucraría daños ambientales y sociales.
Defensores.
Los defensores de este tipo de alimentos afirman que tras más de 20 años en el mercado, los transgénicos aprobados y comercializados no han causado ni una sola muerte ni han provocado una sola alergia en humanos, por lo que supondría que los ataques a los mismos por parte de sus opositores carecen de base científica.
Países productores de alimentos transgénicos.
Los alimentos transgénicos están prohibidos en toda Europa, excepto en España y Rumanía, aquí entramos en otro debate, bien político o ético sobre la posición de nuestro país con respecto a estos alimentos. ¿Qué significa este dato? ¿Estamos más avanzados que el resto de países europeos? ¿Es esto un síntoma de necesidad? A estas preguntas no le vamos a dar respuestas puesto que hoy en día no la tiene; pero lo que sí tienen es sembrado el debate.
Como vemos en el siguiente mapa, no hay un prototipo de país productor, puesto que está el país más rico y desarrollado del mundo, como es Estados Unidos, y otros países en vía de desarrollo como Argentina o Brasil.
Lo que sí vemos claramente en este mapa es que la mayoría de los países productores se encuentran en el continente americano.
También como hemos dicho anteriormente en Europa sólo producen España y Rumanía.
En naranja, los países que producen más de un 95% de la producción total.
A rayas, el resto de países productores.
Conclusión.
Según hemos visto son muchas más las desventajas que las ventajas. Además para el consumidor no hay apenas ventajas, estas las poseen las empresas investigadoras y los empresarios. En cambio las desventajas la sufre toda la sociedad.
Entonces, según esta conclusión, si la sociedad no tiene apenas ventajas; pero sí todas las desventajas, no creo que este tipo de alimentos tenga futuro.
Opinión personal.
Yo pienso que los alimentos transgénicos no son favorables, porque hay riesgos de que sean perjudiciales para la salud y los beneficios que obtendríamos los consumidores no serían suficientes como para arriesgarse. Los únicos beneficiados serían las empresas que sólo piensan en sus ganancias y no en la salud de las personas.
En cuanto al trabajo me ha parecido una investigación muy interesante, puesto que es un tema de actualidad y que levanta mucha controversia.
¿Con qué fin se producen los transgénicos?
A pesar que los transgénicos se promocionan bajo argumentos de desarrollo y bienestar para justificar su producción, las verdaderas razones que motivan su producción son comerciales y de generación de beneficios monetarios para las empresas que los producen y para los grandes agroindustriales que se dedican a
su producción.
Las empresas que promueven cultivos transgénicos buscan crear monopolio sobre las semillas y dependencia en los insumos usados en su producción (principalmente agroquímicos, maquinaria pesada y la misma semilla) y así garantizar sus ventas.
La expansión de los cultivos transgénicos es vital para el sector industrial que los produce (denominado industria biotecnológica) ya que éste posee grandes deudas con los bancos comerciales a raíz del alto costo que implica el desarrollo de transgénicos. Por ejemplo, la industria biotecnológica de los Estados Unidos, el año 2004 debía al sector financiero de este país la suma de 9.4 billones de dólares americanos. La venta de semillas transgénicas ayudará a pagar esta deuda, lo que explica la gran presión para su comercialización. En Bolivia, la producción de soya transgénica ha generado una deuda de $US 100 mil con el sector financiero.
La producción y comercialización de cultivos transgénicos involucra daños ambientales y socioeconómicos severos; por ello, resulta falso sostener
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