Aristoteles

VII: ARISTOTELES, VISIÓN DE LOS SERES HUMANOS

Entendiendo la psicología como el estudio de la psyche, en toda su complejidad, podríamos decir que Aristóteles se encargó de dar un brusco y radical giro en relación a dicha temática. Pasando por los atomistas y Pitágoras, hasta Platón, solo existían ideas abstractas, las cuales el filósofo se encargó de rebatir mediante tres puntos esenciales que discursan en sus teorías de las formas:

- El alma no es un constructo de “partes”. Aristóteles ve el alma como un todo, como el origen de las diferentes facultades que se expresan mediante las sensaciones.

- El alma no está separada del cuerpo. Aristóteles ve todo como una unidad necesaria, como un todo que se expresa inequívocamente de manera sensitiva y particular mediante las diversas facultades.

- Una interacción física no es puramente material, sino también lo es en fenómenos de la psyche. Aristóteles enseñando que en todo acto físico hay una sensación de la psyche que mediante las facultades expresa cierta variedad de posibles percepciones del alma causadas por la sensación del mismo acto.

Para Aristóteles es algo que viene desde afuera y necesariamente es divino, para él la muerte solo es un momento en que la mente se une con el pensamiento eterno.

Aristóteles nos enseña que el pensar es un acto trascendente y universal, no así las manifestaciones, definiciones o ideas que se crean a través de él.

“La investigación ética, no así la científica, no tiene como objeto el conocimiento. No es preciso que sepamos que es la virtud, sino que lleguemos a ser virtuosos. Pedir fundamentos lógicos a un orador es igual de absurdo que exigir persuasión a un matemático”

Aristóteles afirma que la virtud es práctica, es un hacer y esta diferencia es fundamental. Aristóteles separo las disciplinas filosóficas y esto ocurrió por un hecho fundamental que él creía que no es posible la especulación filosófica en una sociedad mal gobernada esto lo impulso a escribir de como estos animales políticos llamados hombres pueden lograr llevarse mejor.

Aristóteles nos dice que la perfección del alma es el arete, y en ese caso está de acuerdo con Platón y Sócrates, la diferencia está en que el camino para llegar a ello ya no es absolutista sino más bien tosco, resulta ser un equilibrio logrado mediante la ocupación equidistante entre dos extremos: el extremo y la carencia de algo.

“El hombre no es virtuoso porque haga actos virtuosos aislados: la virtud es un estado, una costumbre, un hábito; las actividades correctas que nos lleven a la felicidad deben fluir”.

¿Es la virtud natural o contraria a la naturaleza?, Aristóteles nos dice que no es ninguna de las dos en específico, sino que ambas juntas.

El ser humano no puede ser

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