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Arte Moderno


Enviado por   •  11 de Marzo de 2015  •  4.168 Palabras (17 Páginas)  •  358 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En la sociedad moderna occidental se establece una relación de tipo individual, sub- jetiva y hedonista con el arte. En los pueblos primitivos, en las antiguas grandes culturas orientales, en la Europa medieval, en mesoamérica y en general en las sociedades precapita- listas la obra de arte tiene un carácter colectivo y está ligada a una función que no es la de mera contemplación estética. Aún en las sociedades renacentista y barroca predomina ese carácter, aunque emerge poco a poco la actitud individualista que acabará por imponerse, dándose el cambio definitivo en el siglo XIX e insertándose en los parámetros que dicho siglo supone en la historia de la cultura: el siglo del romanticismo.

Los lenguajes artísticos —cualesquiera sean las formas concretas de las artes y de sus sistemas simbólicos— están íntimamente constituidos por varios tipos de lazos: los te- mas que abordan, la forma de expresarlos, los materiales que usan y cómo los usan, así como por las funciones sociales que cumplen.

La revolución industrial, parte primera de la modernidad, supuso un notable cambio en relación con la prevalencia de clases sociales nuevas, de nuevas relaciones humanas, de nuevas formas de trabajo, de nuevos materiales y de nuevas concepciones artísticas.

A lo largo de los siglos XIX y XX los cambios en todos esos órdenes han sido tan llamativos que, finalizado este último siglo, ni siquiera sabemos qué nombre dar a nuestra época para subrayar las diferencias tan radicales que decenio a decenio están establecién- dose con respecto a épocas anteriores no tan lejanas. Pues bien, si la ciencia, la técnica, la praxis ética y política, la nueva ordenación valorativa suponen una transformación muy no- table, lo mismo cabe decir en el campo de la estética.

Los complejos problemas que en este último frente se plantean han sido objeto de densas monografías que no sólo historian el arte contemporáneo, sino que replantean su definición, funciones, viabilidad..., llegando incluso a proponer fórmulas para "salvar" el ar- te. Ante esa situación, sería imperdonable intentar siquiera una configuración de los pro- blemas más significativos en esta materia. Nos conformaremos con una somerísima aproxi- mación a la cuestión Teniendo en cuenta que tratamos del arte moderno, en la época de su reproductibi- lidad tecnológica y en la era de los medios de comunicación de masas, veremos de centrar el análisis en las coordenadas siguientes, que han de ser consideradas como objetivos del tra- bajo: el hecho del arte moderno y la recepción social de dicho arte. Destacando estos as- pectos, otros muchos quedarán en la penumbra.

Excúsese esa necesaria parcialidad en aras de cierta claridad y del carácter de es- tas páginas.

En el contexto del curso “Ciencia, Tecnología y Sociedad”, este trabajo se sitúa en el Quinto Módulo: «Reflexiones filosóficas», especialmente centrado en la presentación y análisis de las relaciones tumultuosas e inevitables que en el siglo XX se han dado entre el Arte y la Tecnología

VASARELY, Cebra, 1938

XX
1.- HACIA UNA DEPRECIACIÓN DEL ARTE MODERNO.

En 1950, los responsables de los más prestigiosos museos de arte moderno de Es- tados Unidos —el conocido A. Barr, por el M.O.M.A., Wight, del Museo de Arte contempo- ráneo de Boston, F. H. Taylor, director del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York— firmaron un "manifiesto sobre el arte moderno" en el que, como consecuencia de agrias polémicas que venían arrastrándose desde 1929, fecha de fundación del M.O.M.A. resultó generalmente admitido por los diferentes museos norteamericanos el valor artístico del llamado “arte moderno” y supuso un giro en la aceptación y la actitud del público especiali- zado hacia dicho arte.

Entre otras cosas, el "manifiesto" dice:

"Afirmar nuestra creencia en la constante validez de lo que se conoce generalmente como arte moderno, que ha producido las obras más originales y, significativas de nuestro tiempo. Creemos que la denominada “incomprensibili- dad” de ciertas obras de arte moderno no es sino el resultado inevitable de la ex- ploración de nuevas fronteras. Creemos en el valor humanístico del arte moder- no, aun cuando éste pueda no coincidir con el humanismo académico y su insis- tencia sobre la figura humana como elemento central del arte. Un arte que ex- plore nuevos niveles de conciencia y nuevos métodos técnicos está contribuyendo al humanismo en su sentido más profundo, ya que está ayudando a la humanidad a adaptarse al mundo moderno. Por creer profundamente en la vitalidad del arte europeo, norteamericano... nos oponemos a su definición en términos de estre- cho nacionalismo, sostenemos que todo arte moderno de carácter internacional es tan válido como otro tipo de arte que resulte obviamente nacionalista en sus temas. Deploramos la tendencia a identificar el arte nacional exclusivamente con el realismo popular, el tema regional o el sentimiento nacionalista. Rechazamos asimismo la presunción de que todo arte que constituya una innovación estética deba considerarse de algún modo como social o políticamente subversivo; nos dolemos de la supresión del arte moderno por parte del nazismo y del sovietismo y entendemos que el deber primordial de un museo de arte contemporáneo es el de mostrarse receptivo a nuevas tendencias y talentos, no siendo función del mu- seo tratar de controlar el curso del arte o decir al artista qué debe o no hacer, ni imponer dogmáticamente sus gustos al público".

Estas líneas del "manifiesto" ponen de relieve algunas de las peculiaridades propias de los problemas del arte norteamericano a mediados de nuestro siglo —nacionalismo ame- ricano versus internacionalismo—, así como subrayan también aspectos centrales de la pro- blemática general del arte moderno, dejando translucir las polémicas mantenidas por éste con el público (el tema de la incomprensibilidad), los museos (la pertinencia de un arte no figurativo, sino decorativo o provocador, en los académicos museos), los nacionalismos en general (que pretende dictarle sus temas al arte), las ideologías totalitarias (para las cuales el arte debe cumplir una función social adoctrinadora y de exaltación ideológica), sus pro- pias corrientes (enfrentadas a veces desde posiciones radicalmente contrapuestas)..., ade- más de situar la aparición de las nuevas manifestaciones artísticas en el ámbito de las nue- vas tecnologías.

Estas son las cuestiones básicas con las que ha convivido la creación artística a lo largo del siglo XX, siendo de ahí de donde extraeremos

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