CARTA PARA ABRIL, LA NIÑA DE MIS OJOS.

2 DE OCTUBRE DE 2013

CARTA PARA ABRIL,  LA NIÑA DE MIS OJOS.

Hija seré lo más breve posible para no aburrirte: Hace mucho tiempo, existió en Grecia un rey muy poderoso llamado Alejandro Magno. Mientras caminaba por una plaza de la ciudad de Atenas, quiso poner a prueba a un vagabundo que la gente tenía por sabio:  ”Soy el rey... ¿Con qué podrás ser feliz?…pídeme lo que necesites, ¿quieres que haga algo por ti?...Diógenes contestó: “sí, que te apartes un poco y no me tapes el sol”.

En tu vida verás hija, -espero que más temprano que tarde-, las cosas que de verdad valen, no se pueden comprar con dinero…no puedes ir al mercado con tu lista y decir:

Disculpe Sr. me da por favor: -un kg de respeto, -necesito una bolsa de autoestima, - un metro de tolerancia, - también dos litros de dignidad y por último,  -750 gramos de amistad…la vida real es más interesante; esas cosas, -ya que tú eres muy lista-, podrás ganártelas o construirlas; ¿Cómo?...mira,  aprendiendo de los buenos pensadores, amando el trabajo, disfrutando el estudio, construyendo amistades duraderas…pero sobre todo tratando a los demás como te gustaría que te trataran a ti: con respeto, con tolerancia, con cariño.

¿Sabes?, Hay una actitud muy generalizada en nuestra sociedad, que se puede sintetizar en una sola frase: “tanto tienes, tanto vales”. Es increíble como mucha gente, tal vez demasiada, está de acuerdo con esa idea, hasta la consideran –o la consideramos- un modelo para vivir; si traes ropa “de marca”, si manejas un carro último modelo, si comes en restaurantes costosos, si tu casa es grande, lujosa…entonces eres una persona respetable, importante, digna de amistad y te buscan para padrino de bautizo.

Definitivamente los servicios que estos productos proveen son indispensables para vivir: vestido, transporte,  alimento, techo; pero éstas  cosas son solo medios para hacer nuestra forma de vida, son herramientas, hija; en sí, no nos proporcionan felicidad, no nos confundamos y los coloquemos como la meta de una vida.

Te parecerá curioso hija pero hace 25 siglos (unos 150 años antes del tiempo de Alejandro Magno), ya las comunidades tenían esos mismos problemas que nosotros queremos ver como males de la modernidad…en Grecia, en ese mismo mercado de la ciudad de Atenas, en la misma esquina, otro hombre sabio exclamó mientras caminaba entre la gran diversidad de productos locales y de ultramar, que ahí estaban a la venta: “¡cuánta cosa que no me hace falta!”.

...