Dios

Para la demostración de la existencia de Dios como un ser no engañador, primero se ha tenido la idea de que existe un Dios, el cual es perfecto; pero una idea no sale de la nada, sino que ha de tener una causa, o que esa causa sea la misma existencia del Dios. Por eso en la tercera meditación se hacen dos demostraciones. La primera se habla de la relación que Dios tiene con el infinito, además de que los seres humanos son finitos y no podrían causar tal infinito, a pesar de que este esté presente en el hombre de manera potencial, nunca podrá llegar a la infinitud como lo es en Dios. La segunda explica que el hombre no podría haber existido, ni conservado su existencia sin la existencia de un ser perfecto superior, el cual es causa de sí mismo; entonces el hombre no podría ser producto de sí mismo porque en este caso sería Dios. Además se toma en cuenta que los progenitores (padres) solo son la causa de la creación del cuerpo, pero Dios los es del pensamiento (alma), el cual es el verdadero Yo; así el hombre se da cuenta de su inferioridad que tiene con respecto al ser superior y que lo hace imperfecto. Concluyendo, si Dios es un ser perfecto, no puede ser engañador, debido a que el engaño es producto de lo imperfecto y esto sería contradictorio.

Dios es definido como aquel ser no compuesto porque en él no hay nada de imperfecto.

La existencia de Dios a su vez nos demuestra la existencia del mundo, puesto que Dios al ser infinitamente bueno y veraz no puede permitir que nos engañemos al creer que el mundo no existe, es así como Dios nos garantiza la evidencia de nuestras ideas.

Pero Descartes, al final, aun teniendo en cuenta lo dicho, afirma que es nuestro deber y no el de Dios, liberarnos de las ilusiones y evitar los errores, incluso antes de ser capaz de definir a otro ser y comprobar la existencia del otro hay que empezar por saber quién soy Yo, ya que si se quién soy yo puedo saber que es y que no es el otro ser al cual trato de definir.

¿Qué soy yo? Una cosa que piensa dirá Descartes. ¿Y qué es una cosa que piensa? Una cosa que siente, que quiere, que imagina... Descartes atribuye al pensamiento los caracteres de una sustancia, haciendo del yo pienso una "cosa", a la que han de pertenecer ciertos atributos. La duda sigue vigente con respecto a la existencia de cosas externas a mí, por lo que el único camino en el que se puede seguirá avanzando deductivamente es el del análisis de ese "yo pienso" al que Descartes caracteriza como una sustancia pensante, como una cosa que piensa. ¿Qué es lo que hay en el pensamiento? Contenidos mentales, a los que Descartes llama "ideas". La única forma de progresar deductivamente es, analizando las ideas.

Las ideas adventicias, en la medida en que parecen proceder de objetos externos a mí, están sometidas a la misma duda que la existencia de los objetos externos, por lo que no puede ser utilizadas en el avance del proceso deductivo; y lo mismo ocurre con las ideas facticias, en la medida en que parece ser producidas por mí, utilizando ideas adventicias, debiendo quedar por lo tanto también sometidas a duda. Sólo nos quedan las ideas innatas.

Se trata de eliminar la posibilidad de que esas ideas puedan haber sido producidas por mí. Una vez asegurado eso Descartes analiza dos de esas ideas, la de infinito y la de perfección, y argumentando que no pueden haber sido causadas por mí, dado que soy finito e imperfecto, sólo pueden haber sido causadas por un ser proporcionado a ellas, por lo que tienen que haber sido puestas en mi por un ser infinito y perfecto, que sea la causa de las ideas de infinito y de perfección que hay en mí. A partir de ellas, demuestra Descartes la existencia de Dios mediante los dos conocidos argumentos basados en la idea de infinitud y en la de perfección.

Como resultado de la deducción

...