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El Amor


Enviado por   •  27 de Mayo de 2015  •  Informes  •  370 Palabras (2 Páginas)  •  125 Visitas

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el amor es una , el Estado, resultado de la asociación por propia voluntad de una multitud de hombres, y que tiene que procurar dar a éstos su seguridad, tiene un poder absoluto, como Leviatán: poder coercitivo, poder legislativo, poder de nombramiento de los magistrados y ministros de Estado, poder de juzgar, poder de hacer la paz y la guerra. Ese Estado es al que llama Hobbes Leviatán, palabra hebrea que se aplica a los animales astutos y solapados (Isaías lo identifica como “serpiente huidiza” y “serpiente tortuosa”). Ese carácter absoluto e indiscutible del poder del Estado se predica igualmente de su derecho; la voluntad del Estado es el único criterio de justicia o moralidad (voluntarismo).

Pero lo que nos importa destacar es, sobre todo, que no pueden existir derechos frente al Estado desde el momento en que quien detente el poder soberano del Estado dice Hobbes que “debe ser impune”, pues a ése “nadie lo puede castigar materialmente, por no tener suficientes fuerzas; y tampoco lo puede castigar en justicia por no tener con derecho fuerzas suficientes”. determinado por su naturaleza y no es libre; en el estado de la naturaleza (status naturalis), el hombre es malo, egoísta, antisocial y tiende a asegurarse la conservación a toda costa, como todo cuerpo orgánico (pesimismo antropológico de Hobbes), pero ello precisamente lleva a cada hombre al deseo de apoderarse de las cosas y, al darse idéntica pretensión en todos los individuos, tiene lugar un derecho de todos sobre todas las cosas, se origina una guerra de todos contra todos, donde los hombres, que son naturalmente malvados y sanguinarios, se combaten entre sí con saña. Como esto es insostenible, el propio egoísmo conduce al hombre al contrato social. De este modo, el hombre no es social por naturaleza, sino por necesidad.

Pero este contrato social supone para el hombre, sin embargo, ceder su autonomía o soberanía al Estado, hipotecando así toda su libertad, de manera que el Estado tenga un poder absoluto a fin de que pueda hacer todo lo preciso para mantener la paz, el orden y la seguridad, evitando el regreso de una guerra de todos contra todos, a lo que Hobbes tenía pánico (seguramente impresionado por las calamidades de su tiempo).

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