ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El sempiterno 2666


Enviado por   •  27 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  954 Palabras (4 Páginas)  •  118 Visitas

Página 1 de 4

El sempiterno 2666

        Hago honor de forma insólita al cabizbajo de las gafas tristes, al fumador cavilante y pobre, al oyente del rock de madrugadas silenciosas llenas de humo e ideas en las que escribía para pasar sus horarios de los trabajos más cómplices de su enfermedad, una enfermedad nada física (aunque de estas también tenía), era un sufrimiento más sentimental, hondo y poético, el de ser escritor.

        Aquella condena no es novedosa en ningún sentido pero es acaso Roberto Bolaño, nuestro protagonista en el texto, quien mejor supo capturar esta sensación tan famosa ya como la náusea de Sartre o el tiempo que se derrite en Dalí. Escribir para Bolaño era una obsesión y a esto, no temo agregar que bien también lo es leer. Ser lector, tanto como ser escritor, es una apuesta terrible, una apuesta al fracaso. No hablo aquí desde los grandilocuentes discursos necesarios para promover la lectura en los países decadentes, no, que de eso se encarguen los políticos y demás espíritus optimistas, hablo desde el buscar estético, de la elevación de la expresión, de plasmar la vida en unas líneas leídas o creadas pero finalmente unas líneas.

        A este libro, 2666, llegué con esta sensación obsesionante, con esta idea de que leerlo calmaría  mi sed por un momento y me daría el paso final en Bolaño mientras que lo que más hizo fue dejarme el dolor de saber que Bolaño está infértil como creador, muerto en un sentido más coloquial. Este tomo gigante, gordo, rojo, con una ilustración desconcertante y un epígrafe aterrorizante sacado del mismísimo Baudelaire: “En un desierto de tedio, un oasis de horror”, esta frase vuelve más emocionante el viaje incluso antes de emprenderlo, te prepara, te dice ¡despierta, lector!, estás ante algo horrendamente extraño, ante un sinsentido de los más exquisitos, imagínate, lector, aquel oasis de horror deleitando los deseos más malvados de la mente, ante eso precisamente estamos cuando sostenemos 2666, el intrigante y azaroso año.

        La lectura entonces se convirtió en una conversación imparable y bella, pues el chileno conservaba en él los rasgos de un poeta moribundo, su sentir y su proceder, toda gran narración debía ser poética, ya lo había dicho y lo lograba, su historia está llena de curiosidades, frases inolvidables, escenas bien trabajadas, diálogos con ritmo que vuelven a los personajes arquetipos de locos bien particulares. Habría que sumar, ya que estamos en la cuenta, las ideaciones provocadas en mí, las imágenes desérticas de un mundo transfigurado, ¿por qué?, el escenario de 2666 está narrado con grandeza en la pluma del chileno, llega a sentir uno la inmensidad de un desierto, el sabor arenoso que dejan las palabras que llevan a ninguna parte, perderse en este libro es fácil, quizás necesario para sentirlo, no hablo del ensimismamiento de leer que fácilmente se logra en libros buenos, hablo de no encontrarle lógica y aun así disfrutarlo.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (6 Kb) pdf (69 Kb) docx (12 Kb)
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com