Ensayo la Ciencia contra la Fe

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Introducción

     El libro de la ciencia contra la fe nos habla de la teoría de la evolución de Darwin. Esta teoría tan problemática para los sentidos humanos debido a la inseguridad de las respuestas que surgen de la misma. El autor de este libro es Raúl Leguizamón y este nos da una perspectiva de negación relativa a dicha teoría por sus huecos de investigación y la falta de respuestas hacia varios aspectos de la evolución tomando en cuenta al mono y al ser humano. Dicho texto busca conocer las semejanzas, diferencias, propiedades e investigaciones de la misma teoría. Todo va en conjunto con los principios ideológicos del autor y nos brinda un punto de vista único que jamás se nos enseñó en la escuela. El apartado no es para personas cerradas y sensibles en cuanto a los principios ideológicos de la naturaleza, por lo tanto, es recomendable no leer este texto si se tiene una idea muy arraigada a la teoría de la evolución.

Desarrollo

     El escrito comienza dando un punto de vista sobre la famosa teoría de la evolución que establece que el hombre evoluciono de su antecesor; el mono. Para el autor el hecho de que se le llame mono a un antecesor del ser humano es simplemente deshonesto puesto a que estos dos títulos no se le pueden atribuir a un solo término. Existe un gran problema con la comprobación de dicha teoría de evolución-Darwinista, esto se debe a la carencia de comprobación en los procesos que llevan a cabo la reproducción del ser humano y la del mono. Básicamente si los monos reproducen monos entonces los humanos reproducen humanos y no hay más explicación porque estamos debatiendo entre una ciencia comprobada y una ciencia especulativa e inexacta sobre muchas de sus bases.

     Las semejanzas que se le atribuyen al mono con el humano son bastantes y son evidentes, sin embargo, la respuesta sobre el enlace entre ser humano y mono radican sobre las diferencias entre ambos. Como en muchos casos, podríamos comparar una silla y una mesa, que por ser de madera y tener patas simplemente no son la misma cosa. Esto nos lleva tomar en cuenta un punto valido en esta teoría de la evolución, dicho punto son los fósiles que se han descubierto con semejanzas al humano. Cosa que no es tan simple de explicar porque existen diversas especies de monos que siguen siendo monos aun cuando cuentan con características muy específicas del ser humano. Cabe destacar que el hombre neandertal era sapiens, simplemente estaba acostumbrado a condiciones muy específicas en su entorno, lo que genero un cambio de reacciones en su organismo.

     La enigmática y controversial duda del origen del hombre nos ha llevado a argumentar que cualquier fósil que se encuentre con similitudes biológicas al ser humano es una prueba del antecesor del mismo, en este caso el mono bípedo/homínido. Los puntos clave de los estudios modernos de la teoría de la evolución han ido degradándose tanto en información como en investigación. Se han presentado diversos casos en los que lo que se piensa ser un fragmento biológico de la anatomía de un antecesor del humano resultan ser simples fragmentos de animales con una o dos características relativamente similares a las de un humano. Podemos destacar que los fósiles de homínidos encontrados han de ser previamente elegidos por los investigadores que no buscan la respuesta certera de las investigaciones, sino que los motiva la publicidad y el hecho de recolectar información a favor de la teoría Darwinista de la evolución.  

     En diversas ocasiones los investigadores a favor de dicha teoría de la evolución se han contradicho con aspectos esenciales en la comprobación de esta. Podrán existir muchos entusiastas que crean y vean cosas que no están, pero la verdad es que no se puede comprobar a ciencia cierta esta idea. También existe una extensa resolución de propiedades biológicas-moleculares que intentan explicar el fenómeno de la evolución, sin embargo, estos fallan debido a su inconsistencia y su falta de información auxiliar. Las investigaciones en homínidos han ido trastornándose en un dolor de cabeza para muchos con los nuevos estudios moleculares que se presentan. El estudio de la sangre y de los huesos han ido llenando de más preguntas la teoría de la evolución.  

     Un fundamento clave para dicha teoría Darwinista es que las diferencias entre las hemoglobinas de distintas especies mostraran la semejanza de un organismo con otro. Muchas de estas pruebas pueden resultar ineficaces e inexactas en muchos casos puesto a que hay pruebas que argumentan que entre las especies de peces cambia mucho esta diferencia y si se compara el pez con un humano la diferencia es mínima, por lo tanto, el humano es más parecido a un pez que el propio pez. Las ideas ilógicas giran en torno a esta teoría que aún no ha llegado a su explicación absoluta. Cabe constatar que el autor piensa que los árboles genealógicos, los cuales son principios de la teoría de Darwin, son mera fantasía puesto a que las características de todo organismo se representan como un mosaico y no en una estructura perfectamente alineada.

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