Fernando Savater

El capitulo comienza cuestionándose cómo sabemos cuando algo es cierto y cuando no. Para solucionar sus dudas Fernando Savater acude a Descartes, un importante filósofo que llegó a plantear la siguiente hipótesis: que todo cuanto creemos que es real, no es más que un sueño, o simplemente está producido por un genio maligno que intenta engañarnos. Pues bien, a partir de ahí Descartes comienza a extraer una serie de conclusiones entre las que se encuentra la siguiente: por mucho que ese genio maligno me engañe, o por mucho que sueñe, al fin y al cabo hay algo de lo que se debe dudar, y es de que existo. El pensar, dudar, equivocarse… todo eso le lleva a deducir ``pienso, luego existo´´ una de sus frases más celebres y en torno a la cual gira gran parte de su filosofía.

Lo que Descartes se pregunta ahora es qué es ese yo del que no cabe duda pensar. Pues bien, lo relaciona con la res cogitans. Descartes utiliza ese yo como sujeto de las cosas aunque también a veces como localizador verbal, aunque verdaderamente habla de su ``yo´´ como su alma.

El alma se encuentra separada del cuerpo y se comunica con este mediante la Glándula pineal. A la vez, la identidad personal a través de ``yo es lo que nos diferencia de los demás y esa identidad personal lo expresa la memoria a través del tiempo, y aunque el tiempo pase seguimos siendo los mismos a pesar de los cambios que tengamos a lo largo de nuestra vida.

Las personas tenemos aparte de conciencia autoconciencia, lo que llama conciencia de la conciencia, es decir, que cada persona es capaz de identificar sus propios pensamientos y sensaciones y darles una interpretación individual. Sin embargo Descartes considera que el alma, como hemos dicho antes está conectada al cuerpo y es ahí donde viene su dilema. ¿Qué es el cuerpo? Una pregunta que parece tener una respuesta tan obvia como , es lo que va conmigo , Descartes no la consigue ver así de clara, pues piensa que el cuerpo es todo el tejido celular del que estamos hecho y nuestras posesiones no forman parte de él, sin embargo otra parte de él como el pelo, las uñas , la orina… son partes de él pero transitorias, es decir, dejan de serlo una vez que las hemos expulsado.

En cambio, hay quien cree que no tenemos sino que somos nuestro cuerpo. Aristóteles pensaba que el alama es la forma del cuerpo, entendiendo por forma no la figura externa sino aquello que nos hace existir.

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