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Frases De Oportnidad


Enviado por   •  26 de Diciembre de 2014  •  2.519 Palabras (11 Páginas)  •  151 Visitas

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Frases de Oportunidad

Bebe de la fuente cuando tenga agua, no cuando tengas sed.

Cuando pierdes una oportunidad ganas una lección

Si no das oportunidad a un corazón, nunca sabrás cual es su intención

Nunca dejes pasar una oportunidad que te haga feliz a tí, aunque a los demás no les guste

Si estás casado y tienes la oportunidad... corre.

Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a serlo.

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.

Después de saber cuándo debemos aprovechar una oportunidad, lo más importante es saber cuándo debemos renunciar a una ventaja.

Chistes de oportunidad

Era un concurso en el que participaba una rubia, y en el público habían muchas rubias acompañándola.

El presentador le pregunto a las demás participantes, y estas contestaron correctamente,

Luego llega a la rubia y le pregunta:

-¿Cuánto es 4 x 4?

Y la rubia contesta:

-¡65!

El presentador le dice:

¡Que lastima, no es la respuesta! Y todas las amigas en el publico comienzan a gritar:

-¡Otra oportunidad!... ¡otra oportunidad!

El presentador acepta y vuelve a preguntar:

-¿Cuánto es 2 x 2?

La rubia contesta:

-¡4!

Y todas en el público:

-¡otra oportunidad!... ¡otra oportunidad!

ANÉCDOTAS DE OPORTUNIDAD

CADA UNA ES LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

La historia comienza un miércoles de marzo de 2004.

Trabajo en Madrid en un conocido banco que tiene filiales por todo el mundo.

Aquellos días eran especialmente movidos, pues me ocupaba de un grupo

de argentinos con los que ultimaba algunas operaciones.

Vino a verme Jorge, un compañero de trabajo a quien conocía de Logroño,

en donde habíamos estudiado la Secundaria y el Bachiller.

Me contaba que su novia y él esperaban con impaciencia recibir el piso;

la entrega de llaves se había retrasado varias veces,

y (aunque una cosa no conllevaba la otra) la boda también había sufrido retrasos.

Total, que, aunque vivía fuera de Madrid, se había trasladado

desde la casa de sus padres (en Alcalá de Henares)

a un piso de la familia de la novia en la Castellana.

Y vivía con su novia en el mismo piso.

Cuando objeté que esa no era la mejor manera de llevar el noviazgo,

él me razonó que quería a su novia y que se iban a casar

(¿qué más daba, por unos meses?); yo le razoné que la falta de respeto era la una causa clara de tantos matrimonios rotos

(cuando el amor falla en la cama, falla en la vida, recuerdo que le dije);

que el respeto de ese tiempo hasta la boda, en octubre,

iba a hacerle crecer en amor y en madurez...

Se fue refunfuñando. Por la noche me llamó:

- Santi - me dijo- tienes razón; ya he hablado con Clara y está

de acuerdo: mañana me vuelvo a casa de mis padres...

¿Podremos vernos mañana?

Yo, contento, me acordé de los argentinos y le dije que iba a estar difícil

pues tenía visitantes.

- Jorge, después de decírmelo tantas veces he pensado

confesarme. ¿Me ayudarás?

A mí me salió un "va a estar difícil"; el cuerpo me pedía decirle,

¿es que no te puedes esperar tres días? Pero al final le dije: - ya

hablaremos mañana. Y ahí estaba, a la hora del cafelito. Le dije

que me buscara por la tarde. A las seis, me llamó, me excusé

delante de mis colegas argentinos y le acompañé a la parroquia

a confesarse. Salió con una sonrisa de oreja a oreja y nos fuimos

a celebrarlo con un bocadillo de calamares. Nos despedimos en el

Parking con unas muchas gracias, hasta mañana.

Por la mañana los argentinos se retrasaron: les llamé al hotel y

me comentaron que no había ningún taxi disponible. Que había

habido un brutal atentado en el tren y que todas las taxis estaban

trasladando a las víctimas.

Aquel día esperé en vano a Jorge: había tomado el trayecto de

Alcalá de Henares y fallecido en el atentado. Fui al Ifema, lugar

espacioso y lúgubre donde se velaba a las víctimas,

y allí me encontré a Clara, desconsolada. La autopsia reveló que

la onda expansiva de la explosión le había reventado el bazo.

Ambos rezamos ante los restos de Jorge, que había obtenido

ese mismo día un pasaje

...

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