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Hermeútica


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  1.459 Palabras (6 Páginas)  •  302 Visitas

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Hermenéutica

El término viene del verbo griego hermeneuein y de las funciones asignadas al dios Hermes. A este le corresponde ser el mensajero que pone en comunicación a los dioses y, sobre todo, transmitir la voluntad de estos a los humanos.

El término hermenéutica proviene del verbo griego ἑρμηνεύειν (jermeneueien) que significa interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna cosa es vuelta comprensible o llevada a la comprensión. Se considera que el término deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el origen del lenguaje y la escritura y al que consideraban patrono de la comunicación y el entendimiento humano; lo cierto es que este término originalmente expresaba la comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses u oráculo, que precisaba una interpretación correcta.

El término hermenéutica deriva directamente del adjetivo griego ἑρμηνευτικἡ, que significa (saber) explicativo o interpretativo, especialmente de las Sagradas Escrituras, y del sentido de las palabras de los textos, así como el análisis de la propia teoría o ciencia volcada en la exégesis de los signos y de su valor simbólico.

Hermenéutica Universal:

Para Scheleiermacher, la tarea de la hermenéutica era “entender el discurso tan bien como el autor, y después mejor que él”. Intentó presentar una teoría coherente sobre el proceso de interpretación de los textos. Por esto, se lo considera como el padre de la hermenéutica moderna.

Presentó la teoría de la comunicación entre un emisor y un receptor basado en un contexto social y lingüístico común. Ese contexto común era el que hacía posible la comunicación entre dos personas. El receptor podía comprender el discurso del emisor. Ambos poseían una gramática y lingüística común. Además, un contexto social común favorecía la empatía.

Añadió a la teoría tradicional de la interpretación una dimensión psicológica. Previamente aquélla estaba basada en la pura decodificación gramatical del discurso.

El individuo articula un discurso sobre el eje del lenguaje. En la actividad discursiva hay una doble dimensión, por un lado, la individual de la persona que habla, y por otro, la social (del contexto social de la lengua). Así, el discurso tendrá un carácter común con la cultura en la que se articula y con el carácter del escritor. En este sentido, existen dos niveles de comprensión del discurso. Éstos son la llamada comprensión comparativa y comprensión adivinatoria. Por lo tanto, cada intérprete debe confrontar la dimensión social e individual del texto. Esto hace que la tarea interpretativa sea infinita. Cada intérprete pueda re-crear la actividad creativa y mental del autor a través del proceso interpretativo.

Schleiermacher propone un sistema circular que conocemos como el círculo hermenéutico. Cada intérprete necesita introducirse en la dimensión social y la dimensión individual del autor para comprenderlo.

Para ello, el intérprete deberá identificarse con las intenciones, formas de pensamiento, situación histórica y el contexto histórico del autor. De este modo, en la medida en que el lector se identifique con el autor y se ponga en su lugar, tanto mejor será la interpretación.

La intelección del lector es lo que llama comprensión comparativa. El segundo nivel de comprensión, el adivinatorio, es intuitivo y subjetivo. Es la comprensión de la individualidad del autor de un texto.

Así, en el Esbozo del 1805, Schleiermacher plantea que la hermenéutica es “comprender en la lengua y comprender en la persona que habla”.

Proponía una metodología interpretativa. El lector localizaba el contexto histórico-social y lingüístico y entraba en diálogo con la singularidad del autor.

Trataba de que hubiera una dimensión objetiva y otra subjetiva en el proceso de interpretar. Esta parte subjetiva era una dimensión psicológica en la tarea interpretativa.

Hermenéutica Histórica:

Esta perspectiva influirá en la aparición del historicismo diltheiano. Wilhelm Dilthey (1833-1911) cree que toda manifestación espiritual humana, y no sólo los textos escritos, tiene que ser comprendida dentro del contexto histórico de su época. Si los acontecimientos de la naturaleza deben ser explicados, los acontecimientos históricos, los valores y la cultura deben ser comprendidos. Según Wilhelm Dilthey, estos dos métodos serían opuestos entre sí: explicación (propia de las ciencias naturales) y comprensión (propia de las ciencias del espíritu o ciencias humanas):

Esclarecemos por medio de procesos intelectuales, pero comprendemos por la cooperación de todas las fuerzas sentimentales en la aprehensión, por la inmersión de las fuerzas sentimentales en el objeto.

Wilhelm Dilthey fue el primero en formular la dualidad entre las «ciencias de la naturaleza» y las «ciencias del espíritu», que se distinguen respectivamente por el uso de un método analítico esclarecedor, una, y el uso de un procedimiento de compresión descriptiva, la otra. Comprensión y aprehensión de un significado y sentido es lo que se presenta a la comprensión como contenido. Sólo podemos determinar la compresión por el sentido y el sentido apenas por la comprensión. Toda comprensión es aprehensión de un sentido. Para Dilthey todo conocimiento de las ciencias del espíritu es una comprensión y un conocimiento histórico. Este conocimiento es posible porque la vida (el objeto de estudio de las ciencias del espíritu) genera estructuras, ya sean desde una obra pictórica a una literaria; entonces concede a la hermenéutica el papel de disciplina encargada de interpretar dichas estructuras, permitiendo el conocimiento en las ciencias del espíritu.

Hermenéutica de la Facticidad:

Ya en el siglo XX, Martin Heidegger, en su análisis de la comprensión, afirma que, cualquiera que sea, presenta una «estructura circular»:

Toda interpretación, para producir comprensión, debe ya tener comprendido lo que va a interpretar.

Heidegger introduce nuevos derroteros en la hermenéutica al dejar de considerarla únicamente como un modo de comprensión del espíritu de otras épocas y pensarla como el modo fundamental de situarse el ser humano en el mundo: existir es comprender. Desde entonces su hermenéutica de la facticidad se convierte en una filosofía que identifica la verdad con una interpretación históricamente situada (Hans-Georg Gadamer). La hermenéutica es considerada la escuela de pensamiento opuesta al positivismo.

Hermenéutica filosófica:

Su pretensión fundamental es mostrar hasta qué punto ante la experiencia estética las ciencias naturales y su método particular topan con una barrera infranqueable. Uno de los motivos fundamentales es que en la experiencia estética, según Gadamer, se produce una disolución del sujeto perceptor y el objeto, esto es, la obra de arte. Una experiencia tal, capaz de romper la dicotomía sujeto-objeto rompe con la tradición de las ciencias naturales para las cuales todo motivo de estudio es ya siempre un objeto dispuesto para el estudio por parte de un sujeto o grupo de sujetos. La experiencia estética se hace, se lleva a cabo, mediante un movimiento de vaivén en el cual transitan en un mismo sentido la obra y el sujeto que la disfruta, así por ejemplo, en la contemplación de una obra de arte el espectador se ve sometido, él mismo, a los avatares de la trama y, con ello, se introduce en la misma obra a la vez que la obra opera sobre él. A esta noción englobante la denomina Gadamerjuego, posiblemente siguiendo, aunque en otro sentido, la estela del concepto de juego que estaba presente en Schiller. A la vez que se produce la disolución de sujeto y objeto bajo el juego, también se produce una variación con respecto a la temporalidad de la experiencia estética. El discurrir cotidiano se nos presenta como una temporalidad homogénea y casi lineal, sin embargo, en la experiencia estética, el sujeto se pierde para sí mismo y la percepción de la temporalidad varía. Gadamer intentará dar cuenta de esta nueva temporalidad, de este "verse absorbido", mediante el concepto de "fiesta". La temporalidad de la experiencia estética se asemeja a la festividad, es decir, es una ruptura dentro de la noción cotidiana de la temporalidad. Por otra parte, siguiendo la estela heideggeriana, Gadamer reivindica el valor de verdad inherente a la experiencia estética. En la obra de arte se nos da una suerte de verdad y existe una ganancia cognitiva evidente; la propia experiencia ya ha moldeado nuestro ser y hemos sumado aprendizajes que antes de la experiencia estética singular no estaban presentes. A su vez, la obra de arte y la experiencia que deviene de su disfrute, también puede dar lugar a conocimientos de orden moral. En este sentido, Gadamer reivindica el valor artístico de la alegoría frente a la habitual reivindicación del valor simbólico del arte. La alegoría tiene, entre otras, una función moral: pretende indirectamente conducir a una determinada noción acerca de lo bueno. Gadamer, al igual que su mentor Heidegger, prioriza la capacidad que tiene la poesía como herramienta para "traer la verdad", para "desocultar", además de su innegable valor para recrear nuevos mundos y fabricar lenguaje. En este sentido, considerará que la poesía, en el orden de las artes, juega un papel primordial. El mismo Gadamer abre su Opus magnum Verdad y método con un poema de Rilkeque, según su propio criterio, vendría a resumir, sucintamente, el núcleo de la hermenéutica filosófica.

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