LO PERSPICUO Y LO CONMOVEDOR

J. N. Findlay.

LO PERSPICUO Y LO CONMOVEDOR: DOS NOCIONES ESTETICAS FUNDAMENTALES

En esta lectura encuentro que como toda práctica relacionada al arte, es muy importante como espectador, una efectiva apreciación del objeto que tenemos frente, pero mas allá de una buena apreciación es necesario obtener una apreciación estética o experiencia estética, esa experiencia que es única, desinteresada y de contenido especial. Se trata de una conciencia que todos tenemos y la cual todos podemos desarrollar en un gusto de orden superior.

Ante una experiencia estética que no resulta fácil para muchos lograrla, pues requiere en primera instancia de una verdadera comprensión estética, de toda nuestra concentración hacia el objeto que muchas veces es afectada por ciertos distractores que nos sacan del pleno approfondissement estético. Es esencial la presencia de un campo estético con actitud estética, que sucede cuando realmente estamos interesados en lo que se nos presenta, como dice Findlay, nos importa y genera un placer observar como es el objeto, explicarlo, saborearlo, desarmarlo y volverlo a armar.

En la contemplación estética, no importa en que objeto nos detengamos, siempre que aparezca con energía y claridad correspondientes. Es un placer contemplativo, separado del sí-no provocado por nuestros gustos, creencias y convicciones. Pero no cualquier cosa es objeto de preocupación estética o potencialmente estético y para que ciertamente se nos presente estéticamente debe hacerlo de forma perspicua y conmovedora. Perspicua porque implica una detención práctica de la conciencia en el objeto, donde nuestra visión se extasía desde todos los ángulos del objeto entendido, sean agradables o no; en cierto punto es indiferente al contenido, capaz de moverse a otro objeto con la misma o similar intensidad y conmovedor por que manifiesta la intensidad de visión del sujeto, como si ésta visión se agotara o estuviera hechizado por el objeto estético. Hay objetos que por naturaleza son perspicuos y conmovedores, no obstante, hay objetos que se dan en forma perspicua pero no conmovedora, es decir objetos estéticamente insatisfactorios. El objeto puede tener formas tan simples, pero solo si estas se organizan en complejidades ricas sin mostrar perfectamente lo que tienen que mostrar, será el objeto capaz de conmover estéticamente. Son enfoques que varían de una persona a otra pero de lo que no hay duda es que hay valores estéticos naturalmente unidos a los objetos y presentes para nuestra apreciación. En nuestra conciencia gustamos de propiedades de orden superior que solo en los objetos intencionales de carácter contextual e interpretativo los encontramos.

Los problemas estéticos nos dan la oportunidad de tomar parte de la obra y cuestionarla de manera definida y reflexiva, con el objetivo

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