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La Importancia De La Educacion Para Montesquieu


Enviado por   •  17 de Abril de 2013  •  598 Palabras (3 Páginas)  •  5.936 Visitas

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MARTÍNEZ GONZÁLEZ ALEXIS ALFREDO

DR. GERARDO PORFIRIO HERNÁNDEZ AGUILAR.

[¿QUÉ IMPORTANCIA LE DA MONTESQUIEU A LA EDUCACIÓN?]

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO

Montesquieu, en “El espíritu de las leyes”. Así, titula el Libro IV «Las leyes de la educación deben estar en relación con el principio de Gobierno». Según Montesquieu, éstas son las primeras leyes que recibimos y puesto que «nos preparan para ser ciudadanos», las leyes de la educación habrán de ser distintas en cada tipo de Gobierno: «En los monárquicos tendrán por objeto el honor. En la república la virtud y en el despotismo el temor». La educación en las monarquías no se recibe en los establecimientos públicos, no comienza sino hasta que el individuo está en el mundo, que es la escuela del honor. El honor es el «maestro universal» que debe guiar por todas partes. Las cualidades de nobleza, franqueza y urbanidad asociadas al honor no se cultivan porque sean debidos a los demás, a la sociedad, sino por cada ciudadano a sí mismo, porque son cualidades que sirven para diferenciarse y distinguirse de los conciudadanos y no para acercarse a ellos.

En el sistema de gobierno despótico la educación, para Montesquieu, tiene finalidades similares a las asignadas por Aristóteles a la tiranía. Porque, como se mencionó en el párrafo precedente, mientras la educación en la monarquía tiende a elevar el ánimo y la autoestima mediante el estímulo individualista del honor, en los estados despóticos el propósito consiste en abatir los ánimos de los ciudadanos, pues en este sistema de gobierno es preciso que la «educación sea servil». Aquí se cultiva la obediencia extrema, la obediencia ciega que supone ignorancia en el que obedece, pero también en el que gobierna, pues no tiene que deliberar, dudar, ni razonar, «les basta querer». En los estados tiránicos se cultiva el aislamiento insolidario en el que «cada casa se convierte en un imperio aislado», objetivo contrario al que persigue la educación, consistente en el aprendizaje de vivir con los demás. El saber es algo peligroso; la emulación, funesta para los ciudadanos que la intenten, y en cuanto al aprendizaje de alguna virtud, imposible, porque no hay ninguna que sea propia de la esclavitud. Por lo que, siendo todos los ciudadanos esclavos, la educación debe reducirse al mínimo, al igual que su participación política. La educación del ciudadano es,

en el poder despótico, políticamente nula, y, como consecuencia, comienza haciendo un mal súbdito para conseguir un buen esclavo, todo es muy distinto en el capítulo V de El espíritu de las leyes, cuando expone la educación en el gobierno republicano. «En el gobierno

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